Capitulo Quince

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Estiró su mano hacia atrás sin despegar su vista de los enemigos, en busca de más flechas en su carcaj, pero solo encontró una, la dejó allí mismo sabiendo que esa debía usarla sabiamente y solo en caso de emergencia, ahora no bastaría para eliminar a sus oponentes, tendría que enfrentarse a puño limpio y avanzar en el campo de batalla buscando y recolectando las flechas que no dieron en el blanco.

Colgó su arco en su espalda y se lanzó en picada al piso, estaba ubicada en lo alto de un árbol lanzado flechas a todos los enemigos que se le cruzarán, se abrió camino entre todos sus compañeros que estaban combatiendo. Pilló a sus tres amigos arrinconados protegiéndose con un tronco, golpeó con una fuerte patada a un tipo que iba tras ellos, Usopp salto asustado al ver caer al hombre inconsciente frente a él.

- Sin médico y navegante estamos perdidos, yo voy a pelear con mis puños así que eres el único tirador que queda, demuestrales lo valioso que eres.

Le grito al paso, sonriéndole ampliamente mientras golpeaba a uno que otro tipo, su amigo inflo su pecho emocionado y defendió a sus compañeros de todo aquel que se le acercaba. La peliblanca siguió corriendo en busca de flechas para reutilizar recogiendo rápidamente las más cercanas a ella, dió con otra unos cuantos metros más allá, pero antes de poder correr hasta ella fue detenida con un puñetazo en su rostro, cayó al suelo algo mareada, se había descuidado y no había visto venir el golpe.

Se puso de pie rápidamente, obligándose a volver a todos sus sentidos a una velocidad abismante, esquivo el próximo ataque y devolvió otro con fuerza, sintió a lo lejos el grito de dolor de Sanji, junto con el llamado desgarrador de su nombre en la boca del peliverde, frunció su ceño, él debería estar prácticamente intacto con su exoesqueleto, desvío el golpe que el tipo con quién estaba peleando le lanzó, busco con su mirada al cocinero pero no dió con él, en cambio vio al espadachín peleando con un tipo, pero con una mirada de horror en los ojos, eso le puso la sangre helada, trago duro y golpeó lo suficientemente fuerte al pirata frente a ella para liberarse y correr hasta ellos.

Necesitaba llegar a ellos lo antes posible, su corazón desembocado casi no la dejaba respirar bien.

Una mujer se abalanzó a ella con un cuchillo, apuñalando su abdomen en el proceso, mordió su lengua evitando soltar un quejido de dolor, tomó con fuerza la muñeca de la mujer que hasta hace un segundo la estaba mirando con una sonrisa de satisfacción que cambió por completo a una de miedo al ver lo enojada que estaba, de una sola patada le fracturó el brazo y, además, se quedó con el cuchillo para defenderse más adelante, le dió un puñetazo dejándola inconsciente y siguió su camino.

Llegó hasta la planicie dónde estaban pelando los tres grandes, más su capitán, todos estaban ocupados con alguien al menos lo suficientemente fuerte como para no darles chance de ir ayudar al rubio que estaba tratando de ponerse de pie, con una gran herida abierta en su abdomen que incluso le permitía ver a través de ella, casi se desmayó al verlo de aquella forma, sus piernas de pronto se quedaron plantadas en el piso, mientras el hombre frente al cocinero lo tomaba por el cuello y comenzaba a asfixiarlo.

- Chopper - Grito a todo pulmón -

Volteo para ubicar al doctor de la tripulación, cruzaron miradas, el reno se transformó de inmediato al ver los ojos frenéticos y asustados de la arquera, tanto él como Nami salieron de su escondite para llegar hasta su amiga, Usopp les cubrió la espalda durante el camino que fue eterno de tanto pirata cruzándose en su recorrido para enfrentarlos.

Ella apretó con fuerza el cuchillo en su mano y corrió hasta el tipo que seguía asfixiando a Sanji, el rubio cayó al piso inconsciente cuando el tipo lo soltó debido a que la mujer se había subido a su espalda y lo amenazó con el arma blanca cerca de su cuello, quiso mirar al cocinero para saber si seguía vivo, pero la parte más cobarde de ella no quería descubrir la verdad, tenía miedo de quedar destruida.

De ser una completa inútil sin él.

Se concentró en el enemigo bajo ella, la tomó de los brazos sin importarle el cuchillo rozando su yugular y la elevó por sobre su cabeza, plantandola con fuerza en el suelo, la pequeña mujer sintió escapar todo el aire de sus pulmones en el impactó, a través de su vista borrosa pudo visualizar al gran hombre sonríerle, tenía algunos dientes de oro y  parte del lado derecho de su rostro tomando su ojo incluso dejaba al descubierto partes roboticas, era un ciborg como Franky, aún así, no entendía cómo es que pudo herir a Sanji de esa manera, el rubio era un súper soldado de elite creado por el Germa, le guste o no, su cuerpo está hecho para la guerra.

- Mizuki, su brazo...- Gritaron con fuerza-

Giró su cabeza desorientada buscando la voz del espadachín, trato de inhalar con fuerza para reponerse, aunque trataba de tomar su arco el tipo se la estaba haciendo difícil dándole puñetazos como si fuese un saco de boxeo sobre su brazo derecho, repartiendo de paso algunos sobre su rostro, entendió de pronto lo que le gritó Zoro, el brazo de este tipo no era normal, no tenia casi nada natural, estaba compuesto casi por completo por cosas de metal, este ciborg debe ser algún científico de mierda que encontró los materiales y la forma perfecta capaz de perforar el exoesqueleto de los Vinsmoke.

- Hola - Paso por sobre ella Zeus sonriendo -

Suspiró agradecida de que hayan llegado sus amigos, si seguía recibiendo los golpes del tipo sin descanso la hubiese matado de una conmoción cerebral, se alejó un poco del hombre porque sabia que venia el ataque eléctrico de Zeus y Nami, se puso de pie algo tambaleante y apoyó sus manos en sus rodillas, gruño ante el choque eléctrico que recorrió desde la punta de sus dedos hasta su omóplato, el ciborg había dejado destruido su brazo dominante, abrió su boca buscando llenar sus pulmones de aire y aclarar su cabeza, los segundos que duró el ataque fueron suficientes para recomponerse y pensar en un plan para librarse del bastardo frente a ella, sin voltear a verificar a sus amigos, se enderezo dispuesta a pelear nuevamente con el tipo, porque tenía que darles unos minutos de ventaja al doctor y compañeros para ella poder usar su última flecha.

- Chopper, llévatelos lejos - Ordenó con seriedad -

- Mizuki-chin - Soltó asustado el renito - Ven con nosotros, por favor.

- Curalo doctor, yo me encargaré de este hijo de puta, por tocar lo que no es suyo.

Vio como entre Usopp y Chopper tomaban  el cuerpo inerte de Sanji por los hombros y lo alejaban del lugar, Nami se fue electrocutando a cualquier que se les acercarse, dejando sola a Mizuki con el hombre que había herido a Sanji, lo observó por última vez, pálido e inconsciente, parecía un ser sin vida, con su perfecto traje desarreglado y ensangrentado, y varios golpes en su bello rostro.

Tenía que reconocerlo, sentía demasiado miedo de perderlo, hace mucho tiempo descubrió que lo que sentía por el cocinero iba más allá del sentimiento de competitividad y molestia, no podía imaginarse la vida sin él, no podía perder otra persona en su vida.

Esquivo el ataque del hijo de puta que lo tenía ocupado, por más que quisiera ir a ayudar a la peliblanca, no podía librarse de él, de reojo vio como la mujer lo intentó todo para derrotar a aquel bastardo incluso con su brazo derecho fracturado, pero era demasiado fuerte, apretó la mandíbula molesto, debía acabar con este tipo lo antes posible.

- ¡Rengoku Onigiri!

Ejecutó uno de sus ataques especiales, y se fue con todo contra el hombre frente a él, que ya se encontraba cansado y agotado de aquella pelea eterna, le dio el corte final, cuando cayó al suelo inconsciente, volteo rápidamente para a ayudar a la arquera, fue en ese momento que el aire dejo su cuerpo por unos segundos, la imagen de ella unos cuantos metros más allá  de rodillas apuntando con su arco y flecha al tipo frente a ella. Su cabello estaba pegado y teñido de rojo en algunas partes de su cabeza, la sangre corría por su rostro y la herida en su vientre no tenía buena pinta, el arco temblando debido al dolor que debía tener en este por los huesos rotos, pero ella le estaba sonriendo ampliamente.

Se había vuelto completamente loca.

- Esa flecha no me hará nada - Vociferó altanero con una asquerosa sonrisa en sus labios -

- No es una flecha cualquiera - Volteo a ver al espadachín quien estaba a medio camino - No te acerques más, cuida a nuestro cocinero, los amo.

Lanzó la flecha directo al tipo frente a ella, lo último que sintió antes de que el calor de la explocion calcinara por completo su cuerpo, fue el grito desesperado de Zoro llamando su nombre, al menos moriría siendo amada por dos grandes hombres, porque aunque ninguno se lo dijo en palabras, las acciones hablaban por sí solas.

D O S - Zoro x OC x SanjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora