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Pues no. No iba a ser para nada sencillo.

Seguimos a Sonic de cerca y tratando de no perderlo de vista, pero se movía tan rápido que se nos hizo muy complicado. Sin embargo, a los minutos se había parado en seco, observando algo que había a unos pocos pies del cielo.

—¿Qué es eso? —susurró Silver a mi lado—. No lo consigo ver con claridad.

—Parece Metal Sonic —le respondí, aunque no estaba muy segura—, aunque no me tomes la palabra, puedo estar equivocada.

—¿Y esa niña escondiéndose tras Sonic? —no me había dado cuenta de ello hasta ahora, puesto que con tantas luces y colores vibrantes se camuflaba.

—Probablemente yo —volví a responder—. Si ese es realmente Metal Sonic, que es lo más probable, esa niña soy yo... y estoy a punto de ser secuestrada.

Hubo un corto silencio en el que Silver se quedó pensativo.

—Y Sonic... te salvó —indicó, dando en el clavo.

—Y no sólo a mí —expliqué, bastante ilusionada—, sino a todo Little Planet. Desde entonces admiro un montón a Sonic.

—Pensaba que estabas enamorada de él —aquella pregunta no me pilló desprevenida, puesto que era lo que todos piensan.

—Bueno, pude llegar a confundir esa admiración con amor, lo que más tarde se convirtió en obsesión. No siento nada romántico por él actualmente, somos amigos y yo lo admiro, nada más. —mentí. Sonic sí me gustaba, pero desde hacía un tiempo estaba intentando ser una amiga suya más porque no quería incomodarlo. Sabía que mis sentimientos no eran correspondidos.

Tras eso Silver volvió a quedarse pensativo. Aunque sé que Silver no puede leer la mente me siento vulnerable al momento de mentirle, puesto que es capaz de entender los sentimientos de sus amigos a la perfección. Con él nadie puede cerrarse en banda, ni si quiera Shadow.

Sin embargo, no dijo nada ni trató de sonsacarme la verdad. Algo que también me gusta de él es que respeta los espacios de los demás y nunca insiste sobre un tema que a la otra persona le incomoda. En resumen: es el amigo perfecto.

Volviendo a la realidad, vimos en primer plano cómo Metal Sonic llevaba a mi yo del pasado a la fuerza y cómo Sonic se veía obligado a salvarme. Aquella escena me hacía sentir algo revuelta. Quería ir a salvarme puesto que mi estancia bajo custodia de Eggman no fue agradable, pero sabía que si iba a hacerlo alteraría la línea temporal.

—¿Rose? —me llamó mi amigo—. Te veo con mal cuerpo...

Me quedé en silencio, sin saber qué responder.

—Lo siento —las palabras salieron de mi boca sin yo controlarlas y salí corriendo.

El martillo de mi yo del pasado estaba tirado en el suelo, justo al lado de Sonic. Lo cogí con ambas manos y me dispuse a pelear contra Metal, sin embargo debía tener cuidado, puesto que me tenía atrapada a mucha altura, y si me soltaba podría hacerme daño.

—¡Rose! —me gritó Silver desde atrás—. ¡Estate quieta!

Sin embargo, no le hice caso. No podía permitir verme así. No deseo a nadie lo que yo pasé, ni di quiera a mi yo pasado.

—Otra vez esta mujer —se burló Sonic, quién estaba cerca mía—. ¡El que debe ganar a Robotnik soy yo, no tú!

«Robotnik... hace años que no escucho ese nombre» dije para mis adentros.

Ignoré lo demás que me había dicho, di un gran salto y apunté con el martillo a Metal, pero este simplemente salió volando con la Amy del pasado. Caí al suelo flexionando mis rodillas para no hacerme daño y observé cómo se alejaba poco a poco. No parecía tener mucha prisa.

Amy Contra el MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora