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Habíamos llegado a mi casa. Abrí la puerta para que mis amigos pudieran entrar y les ofrecí asiento en mi sillón. Rouge estaba ansiosa por escuchar nuestra aventura.

—Bueno, ¿por dónde empezamos? —preguntó Silver.

—Por el principio, claro está —hizo la broma Rouge.

Entonces le contamos todo lo que nos había ocurrido con pelos y señales, incluida la parte en la que casi destruyo la línea temporal.

Ella nos escuchó muy atentamente y maldecía el no haber podido venir con nosotros, y cuando acabamos estaba llena de preguntas y curiosidad.

—¿Porqué Silver no quería que te salvases? —me preguntó.

—Te lo he explicado —reprochó él. Lo había aclarado ya tres veces—. La línea temporal habría cambiado, y al regresar a nuestro tiempo tal vez no estuviéramos contigo ahora mismo.

—Dios, qué paranoia, ¿no? —se rió—. Pero Amy, ¿no has pensado en que tal vez si te salvaras a ti misma nunca habrías tenido esa obsesión por Sonic? Tal vez tu relación con él sería mucho mejor actualmente.

—No me digas esas cosas, Rouge, que me dan ganas de volver y ayudarme —me quejé, pero cada vez con más ganas de hacer lo que ella decía.

—¡No sé cómo eres capaz de decir eso, Rouge! —exclamó nuestro amigo—. Imagínate que nunca se hubieran conocido, ¡ella no estaría con nosotros ahora mismo!

—Sí lo hubieran hecho, ¿cierto Amy? —me miró en señal de aprobación—. Tú lo conociste antes de que te raptaran.

—Eso es cierto... de hecho lo perseguí hasta Little Planet —reí, algo avergonzada.

—Bueno, si decidís hacer alguna locura, conmigo no contéis —Silver parecía algo molesto—. No quiero ser el responsable de que el espacio y el tiempo se destruyan.

—¿Y porqué el espacio si sólo viajamos por el tiempo? —se burló ella—. ¡Estás exagerando, Silver! Hazme caso, nuestra vida será mil veces mejor. ¡Puede que nos traten de heroínas y nos hagamos asquerosamente ricas!

—¡Sabía que no querías solo ayudar a Amy! —la atrapó—. ¡Tu única intención es "ayudar" a liberar Little Planet para que te den dinero y joyas! ¡Mentirosa!

—¡Aburrido!

—¡Hipócrita!

—¡Aguafiestas!

—¡Basta! —los interrumpí—. Me parece genial que cada uno queráis ayudarme a vuestra manera, pero cuando os ponéis a discutir juro que no os aguanto. Creo que deberíamos irnos a dormir por hoy, Silver y yo estamos muy cansados. Mañana podremos discutir con tranquilidad lo que deberíamos hacer.

Ambos se miraron y finalmente asintieron ante mi propuesta. Silver y Rouge se disculparon entre ellos y se levantaron del sillón para irse.

Los acompañé a la puerta para despedirlos. Silver iba a acompañar a Rouge para que no tuviera que volver sola a su casa, así que se fueron en la misma dirección. Una vez se alejaron lo suficiente, cerré la puerta y fui a la cocina en pos de servirme un vaso de agua fresca.

Subí a mi cuarto con el vaso tras haber bebido un poco y una vez allí me puse el pijama, abrí la cama para acostarme, me arropé y procedí a dormir.

Hacía mucho tiempo que no dormía tan mal. No dejé de dar vueltas sobre la cama, pensando en lo distinta que sería mi vida si jamás me hubiera obsesionado con Sonic y simplemente hubiéramos sido amigos... tal vez, y sólo tal vez, Sonic se hubiera enamorado de mi en vez de rehuirme.

Amy Contra el MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora