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—¿¡Qué!? —exclamó. Nosotras le hicimos "Shhh" porque estuvo a punto de despertar a Amy—. ¿Sois idiotas? ¿Sabéis lo que acabáis de hacer? No me lo puedo creer...

—Ya verás como nuestra vida mejora... —le insistí—. Al fin podré llevarme bien con todos y Sonic no estará incómodo a mi lado.

—Rose... —murmuró—. Yo... te voy a tener que confesar una cosa. Prometí que no te lo diría, pero dado que nuestro futuro lo más probable es que ya no exista te lo voy a contar... tú a Sonic le gustabas.

—¿Qué? —me sorprendí. El estómago se me había revuelto—. Eso es imposible, ¿quién te dijo eso?

—El propio Sonic —respondió—. ¿Porqué crees que se fue cuando Knuckles sugirió que había ocurrido algo entre tú y yo? Estaba celoso. ¿Porqué crees que te acompañó a casa el día de la reunión? Porque estaba preocupado por cómo estabas. Sonic fue la única persona que realmente se preocupó por tus sentimientos exceptuándonos a Rouge y a mí... él no estaba incómodo a tu lado, sólo se ponía nervioso.

—¿Y cómo se supone que yo debía saber eso? —me quejé a punto de llorar—. Debería habérmelo dicho. ¡Igual que yo se lo decía antes de cambiar mi comportamiento con él!

Rouge me hizo una seña para que bajara el volumen para no despertar a mi yo del pasado.

—Porque precisamente le empezaste a gustar cuando cambiaste —me reveló—. Y ya no sabía si habías cambiado por educación o porque pasaste página.

Me quedé seca. No sabía cómo reaccionar ante aquello. Ahora, una parte de mí quería regresar a mi futuro, pero este ya no existía, y otra parte deseaba continuar con mi aventura para conseguir ganarme el respeto de mis amigos.

—Silver. Quiero regresar al futuro —murmuré, con la voz rota y afligida, tratando de que no se me saltaran las lágrimas—. Quiero irme a casa.

Silver me miró con los ojos vacíos, a punto de darme la más horrible de las noticias, una noticia que yo ya sabía, pero no quería que se confirmara.

—Rose... el futuro ya no existe. No como lo conocemos —mi corazón se deshizo en pedazos.

Entonces, noté como Rouge se me acercaba por detrás y me abrazaba, mientras musitaba a mi oído que todo estaría bien, que íbamos a conseguir regresar a salvo a un futuro donde fuéramos felices. Y entonces fue cuando rompí a llorar. No me podía creer que hubiera sido tan tonta, tan infantil y tan ingenua. ¿De verdad me pensaba que mi vida iba a ser mágicamente mejor? Oh no, qué equivocada había estado. La había cagado, y mucho, y ahora debía cambiar el pasado para poder regresar a un futuro que mínimamente le gustara.

—Silver, se me ha ocurrido una idea —propuso Rouge. Era como si pudieras verle la bombilla encendida entre sus orejas—. Podemos ir al futuro y comprobar que todo, efectivamente, haya cambiado. Si no lo ha hecho, nos quedaremos allí y destruiremos la señal giratoria de nuestro tiempo, para que nadie nunca tenga que pasar por esto. Si ha cambiado, regresamos, lo arreglamos, volvemos y destruimos la señal igualmente.

—Todo implica destruir la señal, ¿no? Me gusta ese plan —Silver sonrió un poco. Había que darle un poco de alegría al ambiente.

—Busquemos una señal ahora mismo —dije, algo menos triste—. El tiempo es más lento aquí, así que podemos dejar a Amy descansando aquí sin miedo a que le pase nada, pero tenemos que actuar ya de ya.

Mis amigos asintieron ante mi propuesta y actuamos enseguida. Dejamos a Amy en un lugar seguro y escondido de cualquier peligro que pudiera ocurrir y fuimos a buscar la señal giratoria hacia el futuro que pudiéramos encontrar.

Amy Contra el MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora