Llevábamos caminando un par de horas, no habíamos tenido apenas tiempo para descansar después de la batalla contra Eggman, pero debíamos dar con el paradero de los chicos antes de poder regresar a nuestro tiempo.
—¿Cómo estás, Lashes? —le preguntó Sally.
—Algo mejor, siento mucho no haberos avisado —se disculpó ella, dirigiéndose a todos menos a Sally, quien sí lo sabía ya que vienen del mismo presente—. Olvidé que vosotros no me conocéis.
—No tienes que disculparte, Lashes —la tranquilicé—. Has tenido suerte de que Silver sepa cómo disminuir un ataque epiléptico.
—No es nada —dijo él con modestia—. En el futuro del que vengo, dentro de 200 años, es muy común tener poderes psíquicos.
—Silver, te debo la vida —le agradeció ella—. Muchas gracias.
Continuamos nuestro camino tratando de no desorientarnos y finalmente llegamos al mar, donde vimos Angel Island alzada en el aire.
—Es preciosa —murmuró Knuckles—. Mi hogar... hacía tanto tiempo que no te veía, Angel Island...
Rouge, quien estaba a su lado le dio una palmadita en el hombro, dándole ánimos para regresar a la isla de la que él proviene.
Le tendió una mano para hacerlo volar junto a ella.
El pequeño Knuckles, quien había estado junto a ellos todo el camino observó la isla con admiración, pero esperó a que alguien le ofreciera llevarlo, Silver, en este caso, quien lo llevó con sus poderes telequinéticos.
Fuimos esperando en fila a que los únicos dos que podían volar nos llevaran a la majestuosa isla flotante, y una vez todos estuvimos allí fuimos en busca de Sonic y Tails.
[Narra Rouge]
Una vez todos los chicos estaban en la isla, me robé a Knuckles para ayudarlo a encontrar donde estaba la Esmeralda Maestra y que pudiera verla de cerca una vez más, y también para pasar tiempo con él.
—¿Porqué me sigues? —me preguntó, haciéndose el molesto.
—Por nada, simplemente quiero ver esa graaan joya con mis propios ojos —mentí.
—¿Y cómo sé que no vas a querer robarla? —me retó.
—¿Tu crees que he pasado todo esto devolviendo la Esmeralda a Angel Island para ahora llevármela? —le contesté, decepcionada de que en su mente yo fuera una simple ladrona—. Sólo quiero verla.
Él suspiró, ocultando una sonrisa. Mi comentario parecía haberle hecho gracia, y yo no entendía porqué, así que le pregunté.
—¿Que porqué me hace gracia? —se mantuvo pensativo durante un momento—. Porque es gracioso. La Rouge de mi mundo habría hecho eso.
—Me ofende que sigas pensando que soy la Rouge de tu mundo —me estremecí.
—No lo pienso, pero entiende que es complicado perdonar, aunque tú no fueras la culpable —me confesó—. Rouge en mi mundo me engañó para robar la Esmeralda Maestra, y cuando vio que yo no la tenía se fue, dejándome tirado... sólo acudía a mí cuando le hacía falta.
Quedé en silencio. Mis oídos no podían creer que yo misma hiciera aquello. Me gustan las joyas, pero jamás le haría tal cosa a mi Knuckles.
—Lo siento, Knuckles —me disculpé—. Sé que no soy culpable, pero espero que con mi disculpa puedas sanarte.
—No te preocupes, Rouge. Me he dado cuenta de quién eres en tu presente, y me he obligado a mí mismo a perdonar —me contó—. Una vez alguien me dijo que todo lo que odiaba ya no existe, y tenía toda la razón. Me ha costado tanto aceptar todo lo que ha pasado... estuve hablando con Lashes sobre mil cosas. Fui el amigo que ella siempre tuvo, aunque para mí ella no fuera nada más que un personaje de relleno, y cuando la vi tan débil en mis brazos... en los brazos de su amigo... ahí fue cuando me di cuenta de que os debo una disculpa a todos. Lo siento, Rouge.

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Amy Contra el Mundo
FanfictionAmy Rose es una enérgica y optimista eriza con muchas ganas de ayudar. Desgraciadamente se encuentra en una situación donde en su grupo de amigos se siente ignorada e incomprendida, exceptuando a dos personas: Silver y Rouge, quienes en poco tiempo...