Amy Contra el Mundo

15

[Narra Amy]

Todas fuentes de luz natural se habían cerrado y estábamos a oscuras, exceptuando las luces rojas que parpadeaban y que hacían doler mis ojos intensamente, como si hubiera estado cortando cebollas, y los oídos nos retumbaban gracias a la alarma que sonaba.

El Knuckles pequeño que nos había descubierto corrió a atacarnos.

—¡Venís a hundir Angel Island en el mar! —nos acusó mientras trataba de darnos puñetazos, los cuales nosotros esquivamos.

—¡Queremos salvar Angel Island! —le quiso hacer entrar en razón su versión del futuro, aunque no había manera de que escuchara—. ¡Eggman te está utilizando!

—¡Tú quieres utilizarme! ¡Eggman quiere ayudarme a proteger la Esmeralda! —se auto convencía a sí mismo.

La alarma se hizo más fuerte y las luces empezaron a parpadear más fuertemente.

—¡Knuckles! —gritó Lashes, apoyándose en su compañero e ignorando el protocolo de nombres en clave—. Estoy muy mareada.

—¡Lashes! —la visión se Lashes apenas aguantándose en pie lo perturbó—. ¿Qué te pasa?

—¡Necesito salir de aquí! ¡Por favor!

Ninguno entendíamos porqué Lashes se estaba sintiendo enferma, pero la situación empezaba a sobrepasarnos. Habíamos sido descubiertos por un Knuckles del pasado que colaboraba con Eggman y este mismo no tardaría en aparecer, además de que nuestra amiga parecía desvanecida.

—¡Knuckles, llévatela! —le ordené.

—¡Pero tengo que hablar con mi yo del pasado! —se quejó, lo cual me alteró más de lo que ya estaba.

—¡Hazme caso por una vez y vete con ella! —las lágrimas asomaban a mis ojos, ¿cómo iba a sacar de esta a mis amigos?—. Nos veremos fuera, ¡ya tendrás tiempo de hablar con el tú del pasado!

Él asintió y la cargó a sus hombros, quien parecía un fantasma, dejándonos aterrados. Vimos cómo salía corriendo evitando todos los Badniks que comenzaban a venir a por nosotros.

—Espero que lleguen bien —rezó la pequeña Amy.

Miré a Sally, quien estaba al lado suya, que tenía la cara completamente pálida.

—¿Estás bien, Sally? —le pregunté. Por suerte me pude dar cuenta de que Sonic y Tails habían estafo luchando contra los mismos Badniks a los que Knuckles había esquivado, por lo que no nos habían escuchado llamarnos por nuestros nombres.

—Amy... Lashes es epiléptica —aquello me cogió por sorpresa y la culpa se apoderó de mí—. Las luces de alarma...

No dije nada ante ello, pues hordas y hordas de robots se nos acercaban, pero por muchos que derrotara en mi cabeza seguía rondando el hecho de que yo había obligado en cierta manera a Lashes a ayudarnos a pesar de su condición.

«Tú no podías saberlo» me decía para mis adentros, pero nada funcionaba.

—¡Amy! —llamé a la pequeña—. Tienes permitido sacar el martillo, ¡machaca a todo robot que se te acerque!

Y a su vez yo también empuñé mi Piko Piko para hacer volar cientos de piezas metálicas.

La batalla se mantuvo intensa, tanto que nos habíamos olvidado de la presencia de Knuckles, quien estudiaba nuestros movimientos para atacar cuando menos nos lo esperáramos.

—¡Chicas! —nos llamó Sally—. Hemos hecho retroceder considerablemente a los Badniks, pero no bajéis la guardia, puede ser que Eggman quiera cansarnos.