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Estaba tumbada en la cama desde hacía un rato. Había quedado con Silver en media hora, pero tras salir de la ducha lo único que me apetecía era dormir.

Mi teléfono sonó. Era una llamada de Rouge. Descolgué.

—Amy querida —la voz de Rouge se escuchaba a través del aparato—. Lo siento mucho, no voy a poder ir con vosotros como me dijisteis. El pesado de Shadow quiere hacer no sé qué y dice que o lo ayudo o lo ayudo, así que no tengo otra opción.

—No te preocupes Rouge —le dije con calma—. Pásala bien con Shadow, espero que no te caliente demasiado la cabeza.

Ella me agradeció la comprensión y tras hablar no mucho más colgamos el teléfono. Estuve a punto de tumbarme en la cama, pero sabía que si lo haría tendría menos ganas aún de salir, así que me empecé a preparar enseguida.

Cuando llegó la hora de salir fui al lugar donde había quedado con Silver, una plaza en la que había una señal giratoria, la cual era poco concurrida donde se estaba muy a gusto y en la que había disfrutado de muy buenos momentos con mis amigos. Él ya había llegado, así que fui q saludarle corriendo con un abrazo, como hacía siempre.

—¿Cómo estás Amy? —me preguntó, haciendo referencia a la reunión de esta mañana.

—Algo mejor —confesé—. Te quería agradecer lo que hiciste por mí, fue muy lindo. Además, cuando acabamos Sonic me llevó a casa.

—Se siente un poco mal —me dijo, algo que yo ya sabía—. No le presta atención a su alrededor demasiado, y cuando por culpa de eso hace que alguien esté incómodo se acaba sintiendo mal.

—Tal vez a los demás les ocurra lo mismo —sopesé—. Ellos tampoco deben de estar dándose cuenta de que con su comportamiento indiferente pueden hacer daño...

—Muy probablemente tengas razón —aquello me hizo sentir más tranquila—. Ánimo Amy, te prometo que todo volverá a la normalidad.

Silver estaba muy dispuesto a apoyarme, pero de lo que no se había dado cuenta era que la normalidad nunca existió. Quizás antes de que el grupo se expandiera, cuando sólo éramos el equipo Sonic y yo, pero cuando llegaron los demás todo se empezó a complicar.

Me acerqué al centro de la plaza, donde estaba aquella señal. Parecía llevar ahí siglos. Estaba oxidada y la hiedra se había enredado en ella. Si pasabas muy rápido a su lado, la señal giraba para leerse "Futuro" o "Pasado", sin embargo, no parecía tener ninguna función.

La apariencia de esta señal despertaba una extraña sensación en mí. El mero hecho de que esta señal hubiera tenido alguna función en algún momento en el pasado me hacía desear más y más fuerte saber cuál era. Además, era como si no fuera la primera vez que la viera, como si en alguna zona recóndita de mi cerebro albergaran los recuerdos de ella funcionando.

—Realmente te gusta esa señal, ¿eh? —señaló mi amigo—. Cada vez que venimos te paras a observarla.

—Jajaja... no es complicado darse cuenta —me reí algo nostálgica—. Rouge me lo dijo una vez también. Es como si la hubiera visto antes.

—Tal vez te confundes con un checkpoint y tu cerebro se empeña en convencerte de que te suena —trató de encontrarle solución él.

—Sí, tal vez...

Pero no pudimos hablar durante mucho más tiempo, puesto que un gran estruendo que nos dejó sordos fue seguido de un pequeño temblor en el suelo.

Eran Badniks, y de los peligrosos.

—¡Amy, cuidado! —me advirtió Silver.

Me di la vuelta y me encontré un gran Badnik amenazando con golpearme, aunque por suerte logré esquivarlo.

Amy Contra el MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora