Amy Contra el Mundo

1

Mi nombre es Amy Rose, tengo dieciséis años y estoy dispuesta a ayudar a mis amigos en todo lo posible... si tan solo me hicieran caso.

Siempre trato de darles consejos, de ayudarles en batalla y de hacerles sentir escuchados, pero al final la única que no se siente ayudada soy yo.

A veces pienso en lo tanto que me gustaría tratarlos como ellos me tratan a mí, pero no puedo evitar tratar de ayudarlos cuando los veo en problemas.

Cabe decir que no me tratan mal. Nunca jamás me atrevería a decir algo que no es cierto. Ellos me aman, pero a veces se siente como si fuera alguien que simplemente está ahí, que realmente no soy importante en sus vidas. Me aterra el mero pensamiento de no estar y que sus vidas sean iguales, pero así es como me siento a menudo entre ellos.

Por supuesto no es así con todos. Rouge y Silver, mis mejores amigos siempre me han hecho sentir escuchada y querida. Aunque a veces duele saber que sólo eres importante para dos personas, en lugar de para el grupo completo.

Aunque bueno, sé que esto sólo son imaginaciones mías, y realmente el grupo completo me aprecia, pero molesta tratar de hablar en una reunión y que no me escuchen, o tratar de proponer planes y me digan que es aburrido. Duele verlos reír entre ellos y yo... simplemente estoy ahí, fuera de onda.

—Hey, Rose —la voz de Silver me sacó de mis pensamientos. Estábamos en plena reunión—. Estabas ensimismada, y tenías cara triste. ¿Ha ocurrido algo malo?

—Ah, Silver —mencioné su nombre antes de negar—. No, no me ocurre nada. Bueno, lo de las últimas semanas.

—Podemos salir luego a hablar si te apetece volver a desahogarte —me ofreció con una sonrisa—. Pero ahora mismo creo que deberías prestar atención a la reunión, lo que están diciendo es importante.

Asentí con la cabeza y le sonreí de vuelta. Amo las sonrisas de Silver, puesto que son sinceras y calmantes, al igual que las de Rouge. La presencia de ambos me tranquiliza enseguida, aunque desgraciadamente la segunda no pudo venir hoy, y confío tanto en ellos que hace aproximadamente dos semanas les conté como me sentía desde hacía dos años.

Sonic estaba discutiendo con Tails algo que no entendía, puesto que había pasado la mayor parte de la reunión en trance.

—Sonic, no lo entiendes —se apresuraba a decir el zorro—. Esto es importante, Eggman está planeando algo peligroso y tú estás empeñado en que es lo mismo de siempre.

—Sí Tails, sí que lo entiendo —le espetó Sonic, algo desquiciado—. Siempre que nos reunimos por algo de esto, Eggman está planeando algo "peligroso", ¿y sabes qué? ¡Siempre es lo mismo de siempre!

Odio cuando Sonic y Tails discuten, ver tan buenos amigos peleándose por algo que se podría solucionar si tan sólo ambos pusieran de su parte por escuchar lo que dice el otro...

Finalmente decidí hacer algo de lo que me iba a arrepentir: intervenir. Siempre que discuten trato de ayudar, y siempre acabo sirviendo para nada, aunque cada vez que ocurría tenía la esperanza de que ocurriera otra cosa distinta, y por lo tanto hoy esperaba también que ocurriera así.

—Sonic... —llamé su atención—. Creo que en vez de discutir deberíais escucharos el uno al otro y...

—Ames, agradezco tus ganas de ayudar, pero... —titubeó tratando de no ofenderme.

Iba a continuar hablando, pero Silver lo interrumpió.

—Amy tiene razón —saltó en mi defensa—. Siempre acabáis discutiendo por lo mismo y trata de ayudaros con eso, pero no le hacéis caso nunca. Creo que es el momento de escucharla.

Mi corazón se puso un poco menos triste. Silver es un amigo genial, a veces siento que le debo la vida.

Sonic quedó en silencio. Se veía en sus ojos que lo que dijo Silver le hizo sentir mal por mí, pues sé que no me ignora a propósito y cuando se da cuenta se viene abajo y se siente mal amigo.

—Lo siento Ames... —se disculpó conmigo. Era algo que no ocurría a menudo, pero aquella disculpa me hizo sentir algo mejor—. ¿Qué sugieres?

Tomé aire antes de hablar.

—Creo que deberíamos escuchar qué tiene por decir Tails —dije, tratando de parecer calmada—, y entonces decidir si es realmente peligroso o no. Y decidirlo entre todos, no sólo lo que digas tú, Sonic.

Sonic apartó la vista avergonzado.

—Está bien —concordó—. Di todo lo que sepas, Tails.

Y la reunión continuó tranquilamente. Al fin me sentía escuchada, y todo gracias a Silver. Estaba completamente agradecida, y muy feliz.

Al salir le pedi a Silver quedar algo más tarde, a la hora de merendar. Quería darle las gracias por lo que había hecho, y también avisamos a Rouge por teléfono por un chat que tenemos los tres.

Ya estaba camino a casa cuando apareció Sonic corriendo tras de mí.

—¡Sonic! —me sorprendí.

—¡Ames! ¡Te fuiste demasiado rápido! —me reprochó—. Te dejaste esto allí.

Me dio una libreta en la que tenía varias cosas escritas sobre mis sentimientos. No me preocupé por que pudiera leerla puesto que estaba cerrada con un candado cuya llave sólo sabia dónde estaba yo misma.

—Gracias, Sonic —le agradecí—. Eres un amor.

—Ehh... de nada —parecía aún avergonzado—. Por lo de antes, ¿te parece que te lleve a casa?

—¡Oh! Claro, Sonic —acepté con gusto. Estar con Sonic siempre era bienvenido—. Así llego antes y descanso un poco al llegar.

Entonces sin decir nada más Sonic me cargó, y en menos de tres minutos había llegado a mi casa, a la que normalmente se llegaba en quince.

Una vez allí me despedí de él y le di las gracias. Entré a mi casa y me fui a la ducha.

Me sentía bien tras tanto tiempo guardando cómo me sentía. Había hecho bien contando con Silver y Rouge.

————————————————

Bueno bueno. Esta es mi primera historia de Sonic después de años. Quería hacer algo así desde hace algún tiempo, pero no sabía cómo hacerlo y no me apetecía hacer una historia de un ship como tal, aunque habrá tanto Sonamy como Knuxrouge.

Finalmente pensé en que una historia dedicada a mi personaje favorito de la franquicia sería lo ideal para hacer la historia de Sonic que tanto quería escribir y bueno, pues aquí la tenemos.

Espero que tenga al menos algo de apoyo ya que me encantaría que lo leyeran más personas, y en caso de que lo hagan pues espero que os haya gustado porque lo estoy escribiendo con todo el cariño que le tengo a Amy.