Amy Contra el Mundo

12

[Narra Rouge]

Suspiré. Sonic se había ido y no había rastro de Knuckles, cada vez tenía menos esperanzas de conseguir un presente donde mi amiga fuera feliz.

También había perdido la esperanza de retomar mi romance con Knuckles, puesto que el nuevo no sabría mirar más allá de mi físico y jamás se centraría en lo que realmente hay en mí: la verdadera Rouge.

—¡Amy! —se escuchó una voz a lo lejos. Amy, quien estaba a mi lado pensando en sus cosas se volteó a comprobar quién la llamaba—. ¡Tú no, Tina! ¡La niña!

Era Knuckles, y si Knuckles llamaba a Amy Tina, eso significaba que estaba en presencia de uno de los niños.

Me asomé, a ver si venía acompañado, y a su lado encontré al pequeño Sonic, quien se había ido hacía un rato.

—¡Sonic! —exclamó Amy, muy sorprendida por la audacia del equidna—. ¿Cómo has pensado en traerlo aquí?

—Tengo un trato pendiente con vosotros —anunció—. Yo traigo al chico y os ayudo en lo que haga falta, y a cambio, Tina y Bianca, tenemos que hablar en privado.

No niego que me alegraba la vuelta del chico, aunque no fuera quien yo esperaba. Eran la misma persona al fin y al cabo, ¿no?

Al llegar a nuestra altura, Knuckles dejó al pequeño Sonic en el suelo junto a los niños, quienes estaban jugando con las cartas del tarot de Amy.

—¿Porqué tengo que quedarme aquí? —se quejó el erizo.

—Échale las cartas, Amy brujita —indicó Knuckles con una sonrisa triunfal, señalando a Sonic.

Amy se emocionó ante ello. Hasta ahora sólo le había echado las cartas a Tails, exceptuándose a sí misma, y le motivaba el hecho de poder hacerlo con una persona nueva.

El equidna nos hizo un gesto para que lo siguiéramos a un lado apartado y así hicimos. Nos alejamos hacia un pequeño río que había cerca.

—Lo que quieras decir hazlo rápido —le escupió mi amiga—. Ya sabes lo que te toca si haces una tontería.

No me habían contado nada, pero supuse que ambos habían tenido "algunas diferencias" durante el último viaje al presente.

—Os ayudaré a todo lo que digáis —propuso—. Pero antes tenéis que hacer una promesa conmigo... jamás permitáis que Eggman deje mi hogar caer en el vacío.

Ambas nos miramos con cara de incredulidad, aquello era nuevo.

—No te entiendo, Knuckles —Amy seguía sin parecer muy convencida.

—Eggman busca a Amy para luchar contra ella ya que vosotras fuisteis quienes frustrasteis sus planes, ahora mismo está planeando una venganza —todo aquello parecía irreal—. Puesto que irónicamente no podéis volver al pasado y cambiarlo, tenéis que actuar conforme a su plan. Si no, Angel Island se hundirá en el mar y yo no podré hacer nada. Todo queda en vuestras manos.

Nos la había jugado pero bien. Sabía que tendríamos que ayudarle o se apoderarían de nosotras los remordimientos, aunque por mí estaba bien. Era un trato justo.

—Está bien, Knuckles. Te arruinamos la vida, es nuestro deber ayudarte —mi amiga dijo aquello sin si quiera pestañear, realmente era fuerte—. Pero con una condición. Debes comportarte y no volver a buscar pelea con ninguno de nosotros.

Él sonrió. Ya tenía lo que quería y no le importaba tener que portarse si le ayudábamos a recuperar lo que una vez dio por perdido.

Dimos por terminada la conversación y volvimos al campamento, encontrándonos a Sonic y Tails hablando muy animadamente, aquello me alegró mucho, aunque no había ni rastro de Amy.