cap 1

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Harry Potter y GINNY Weasley se habían casado poco tiempo después del fin de la guerra.

Una pareja echa por el cielo era lo que proclamaba el profeta sin embargo con el paso de los años descubrieron que no era tan así. Harry quería hijos y Ginny no, sin embargo el amor y dependencia que la pelirroja sentía por Harry era tanto que decidió intentarlo pero por cada embarazo había una pérdida.

Harry no decía nada, solo se limitaba a abrazarla ya consolarla pero en las noche cuando pensaba su esposa dormía profundamente el moreno iba al cuarto del hijo que jamás tendría y lloraba amargamente por el nuevo bebé que había perdido.

Con el tiempo si relación comenzó a enfriarse, o así lo sentía GINNY, tanto sus amigas como muchas damas de sociedad le aseguraban que si no le daba a Harry un hijo este la dejaría, no ayudaba en nada el echo de que Ginny y Harry fueran alfas, Harry no podía marcarla, ni anudarla, tenían que usar inhibidores de olor de por vida para evitar conflictos territoriales.

Así que Ginny recurrió a medidas desesperadas, aún que era ilegal buscaría a una persona que gestara el único embrión que habia sobrevivido de su tratamiento de fertilidad, su última oportunidad de mantener a su familia unida.

¿Pero que bruja o mago Omega estaría dispuesto a hacer tal cosa? La concepción se cachorros era algo sagrado dentro del mundo mágico razón por la que prácticas como el vientre de alquiler donde prácticamente madres vendían sus cuerpos y muchas veces a sus hijos era una práctica repudiada.

— Tal vez en el mundo muggle podria haber alguien que ...

— no, ni pensarlo Harry, un muggle jamás entendería todo lo que vivimos y además habría la posibilidad de que sea squib pues no tendría un núcleo mágico del cual alimentarse.

— Amor, enserio no necesito de un hijo para ser feliz contigo, quiero ser padre pero solo si es contigo.

Harry siempre era tan comprensible con ella que llegaba a hartarla, tal vez si no fuera tan buen alfa y marido a GINNY no le pesaría tanto no cumplirle su único deseo.

Pero entonces recordó algo, una noche mientras hablaban de anécdotas de guerra Harry rememoró la vez que salvó a Draco del fuego y como es que luego había testificado a favor de la señora Malfoy para dejarla en libertad y es que Harry no soportaba ver a un Omega como Draco en prisión, esas habían Sido sus palabras.

— ¿Que no Draco Malfoy era un beta? — había preguntado su hermano aquella vez

— No Ron, yo también lo pensé pero luego me enteré que era omega, por eso Voldemort lo perseguía tanto — a GINNY no le pasó desapercibido la mueca de desagrado de su esposos al mencionar lo último

— ¿Acaso tienes asco de Malfoy cariño?— tenía que saber que pensaba su esposo

— Oh no, claro que no, es solo que pensar en Voldemort y en Draco no es una imagen agradable — el moreno soltó un largo suspiro — hubiera querido ayudarlo más.

¡Eso es!

El estúpido sentido de héroe de su amorcito le facilitaría la vida. Se dedicó a buscar todo lo relacionado con el rubio mimado, al parecer su padre seguía en prisión y su madre y el chico vivían en una cuarto rentado en una dona baja de Londres, su dinero estaba confiscado y sus propiedades habían sido vendidas.

Supo por buena fuente que el Omega vivía en un pequeño departamento en la zona pobre de la ciudad, su madre trabajaba como mucama de una de sus antiguas amigas mientras el Omega trabajaba como asistente de pocionista en una botica, no ganaban mucho y a manos los trataban mal pero no podía aspirar a más.

Solo debía mover unas cuantas piezas, siendo esposa de Harry Potter no hay nada que no pudiera hacer, así que primero averiguó la situación de Lucius en Azckaban, restringió las visitas y disminuyó sus raciones de alimento y ropa, cuando el rubio omega se enteró de esto pego el grito al cielo aún más cuando el auror encargado le dijo que "la familia financiaba el costo de vida del prisionero", dos días después se encargó de que despidieran a Draco de su trabajo hundiendolo así en la desesperación pues aquel hombre era la única persona que le había dado un empleo sin mirar dos veces su antebrazo, solo faltaba el toque final.

Narcissa Malfoy había Sido acusada de robar el costoso collar de diamantes de la señora Sprouts, la mujer para la que trabajaba, no ayudo a su defensa que el collar apareciera debajo de su colchón esa misma tarde.

Todos estos eventos nos llevan al día de hoy dónde un muy nervioso Omega estaba sentado frente a ella, tenía lágrima secas en las mejillas y las manos le temblaban pero Ginny era la única persona que se ha Ian ofrecido a ayudarlo en su desgracia.

— Entonces, solo es tener al bebé y ya — murmuró mientras sostenía el contrato en sus manos

— Así es, durante ese periodo estarás muy bien atendido y me encargaré de que tu madre salga en libertad no tienes de que preocuparte

— Yo... Ginny esto es demasiado — le parecía hasta algo inhumano desde su punto de vista — estamos hablando de un cachorro.

— Que no será tuyo, será totalmente mío, el embrión es mío y de Harry, tu solo debes poner la incubadora — lo vió removerse cuando uso aquel termino

— ¿Y que opina Harry de todo esto? — sus ojos grises la miraron por primera vez en el día

— Yo me las arreglo con Harry, el es mi marido y padre de mis hijos — le gruñó fuertemente y es que aún que era una alfa de bajó rango la chica tenía un aura dominante — ¿Aceptas?

Draco nunca se plantó la idea de ser madre, aún después de recibir su casta jamás se imaginó trayendo a un niño al mundo de mierda en el que vivía, por desgracia habia tenido su primer celo cuando la guerra está a en auje, en una situación de lo mas desagrable, durante los meses siguientes cuando todos confirmaron de que Draco era un omega muy fértil Voldemort estuvo detrás de el buscando que Draco le diera un hijo, pero su vientre parecía cerrarse ante la idea de tener hijos de aquel mounstro o tal vez los muchos cruciatus y maldiciones que recibió en su entrenamiento a mortífagos dañaron algo en su útero pues por mucho que aquel mounstro lo intentará inseminar nada quedaba en su útero.

Pero no podía decírselo a Ginny, necesitaba salvar a su madre y posiblemente a su padre también tal vez más adelante pudiera exigir algo más pero por ahora tenía una decisión que tomar.

— está bien, hagamos esto — con manos temblorosas firmó el contrato a la espera de que nada saliera mal ya poder desaparecer con su madre lo mas pronto posible.

A la mañana siguiente Draco se encontraba comenzando el tratamiento invitro, una cantidad de hechizos hormonales, pociones y más cosas que lo ayudarían a un buen resultado, Ginny no escatimó en gastos así que cuando dos semanas después le implantaron el embrión el se sintió de una u otra forma aliviado.

Esa misma noche Ginny preparó una cena para su esposo y con mucha ilusión le dió la prueba de embarazo perteneciente a Draco.

— Estoy embarazada mi amor, seremos padres — le dijo totalmente ilusionada

— Ginny, esto es — Harry estaba estupefacto y en cierta parte temiendo lo peor

— ¿Que pasa cariño? ¿No estás feliz por nosotros?

— No, no es eso amor — se levantó a abrazarla — es solo que, tengo miedo de que pase otra vez.

— tranquilo Harry, este es el bueno, yo lo sé.

— eso espero amor, eso espero.

Omega de alquiler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora