Enredaderas [ Tú x Diluc / Tú x Kaeya ]

Sobrevivir (1, resumen)

XV
Sobrevivir, primera parte
(resumen)

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Notas preliminares:

Este capítulo va dirigido a las personitas que decidieron saltarse el anterior. Contiene un resumen que, si bien igual tiene menciones de abuso (porque así es la historia de t/n), es mucho menos explícito y más suave. Además, también encontrarás los párrafos en los que tu personaje interactúa con Diluc, para que no te pierdas nada de eso♡. Lo que está sacado textual del cap. original va en cursivas.

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Inicias tu historia con el pecho apretado, y Diluc escuchándote en silencio.

Le cuentas cómo, cuando vivías en Sumeru, te dedicabas al dibujo, sobre todo botánico. Un día, surge la oportunidad de que trabajes en un proyecto de investigación de la escuela de Biología de la Akademiya, y no dudas en tomarla. Es ahí cuando conoces a Heath, un chico amable, risueño y de fácil conversación, que formaba parte del equipo. Heath era alumno de la Akademiya. Eventualmente, ambos se vuelven cercanos, acabando por enamorarse.

Pasa al rededor de un año, y su relación parecía ir viento en popa, junto a tu vida en general. Después del proyecto en el que conociste a Heath, para ti vinieron más oportunidades dentro de la Akademiya, provocando que ahora fueras alguien a quien pedían trabajos de ilustración de libros constantemente.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. De a poco, Heath se volvió abusivo. Partió de forma emocional, y no demoró en pasar a lo físico. Pero era complejo pedir ayuda, pues Heath, en público, seguía siendo el mismo. Además, cuando te hería, lo hacía de forma estratégica con el objetivo de que no se notara.

Tras contarle esto, te quedas callada unos minutos.

Abrazaste tus piernas, y Diluc frunció el ceño visiblemente. Respiraste profundo, intentando que la voz no se te quebrase. No era fácil hablar de ello, y Diluc, que lo entendía, guardó silencio hasta que decidiste continuar. Sin embargo, en su pecho la rabia crecía con cada palabra tuya, y los sentimientos de tristeza se arremolinaban en su estómago. Quería tomarte la mano, para demostrarte que estaba ahí; que te escuchaba. Pero sabía que, en ese momento de vulnerabilidad, era mejor darte tu espacio, al menos mientras terminabas tu historia.

Entonces, sigues hablando.

Le cuentas al pelirrojo cómo llega un punto de quiebre en la relación, pues Heath, pidiéndote que vayas a su casa una noche que saliste con tus amigos, en un ataque terrible de celos y posesividad intenta demostrarte que "eres suya", y te encierra en su habitación. Heath te arranca la ropa, y el resto es historia.

Incapaz de continuar, callaste. Temblabas violentamente, recordando. Aguantando, como podías, el torrente de lágrimas que pugnaba por salir de tus ojos. Diluc, suavemente, posó su mano enguantada sobre la tuya. Sintió que era forma de darte apoyo sin invadir tu espacio, y no se equivocaba, pues eso te reconfortó. No te miraba directamente, para evitar que te sientieses presionada.

—No tienes que contarme los detalles—dijo, finalmente, con el tono más suave y amable que habías escuchado en su voz—. Entiendo lo que sigue.

Asentiste, recomponiéndote dentro de lo posible.

Al día siguiente, cuando por fin Heath te deja ir porque tus padres podrían estar preocupados, corres a casa a pedir ayuda a tu familia.