Capitulo 8

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-Si no se dan prisa, el agua se va a enfriar -les advirtió Harry.

-No podemos permitir eso -dijo Liam, en una voz que envió ondas de su vientre a su vagina. Sus músculos se apretaron en una necesidad caliente, roja.

Empezó a bajar los vaqueros, hasta que se quedó solo en las bragas. Ansiosa por terminar con esa agonía, metió los dedos y las sacó rápidamente.

-Eres perfecta -dijo Liam.

La tomo en sus brazos y la llevó al baño. La puso en la enorme bañera, llena de espuma y ella gimió de placer, cuando el agua templada envolvió su cuerpo.

-Te daremos algún tiempo para relajarte -dijo Liam, cuando se levantó. Le dio un beso en la cabeza-. Volveré en unos minutos para lavarte y secarte el pelo.

Los observó mientras salían del baño, después se hundió más en la espuma y cerró los ojos. ¿Querrían tener sexo con ella, ahora qué sabían qué era virgen? Estaba nerviosa con la idea. No solo por no haberlo hecho antes, sino porque habían tres hombres que querían hacer el amor con ella. Y ella no tenía la menor idea de cómo planeaban hacerlo. Pero maldita sea si la idea no la excitaba.

-Esto cambia un poco las cosas -dijo Liam cuando entró con sus hermanos en el cuarto.

- ¿De qué estás hablando? -preguntó Harry.

-Megan es virgen -dijo Louis.

Harry irguió una ceja, pero no dijo nada. Simplemente lanzó a Liam una mirada interrogativa.

- ¿Qué? -cuestionó Liam, sabiendo que habían muchas cosas en la mente de su hermano menor.

Harry suspiró y puso las manos en el bolsillo de sus vaqueros.

- ¿Cómo sabemos qué no cambiará de idea? ¿Cómo sabemos que no se calmará y volverá con su esposo?

Louis empezó a protestar, pero Liam lo silenció con una mirada. Podía ver la incertidumbre en los ojos de Harry, era el más desconfiado.

Una punzada de dolor se clavó en su corazón. ¿Algún día llegaría a saber que aguantó Harry en Irak? La tristeza pesó en su mente. Dios sabía cuánto él y Louis intentaron hacer que Harry se abriera, pero desde su vuelta hacia un año, no dijo una palabra sobre el tiempo que pasó cautivo.

-Harry, nos necesita. No estoy diciendo que será fácil. Maldición, está casada. Está muerta de miedo y confusa por lo que siente hacia nosotros. Todo lo que podemos hacer es protegerla y mostrarle lo buenos que podemos ser para ella.

Se giró hacia Louis.

-Confía en ti. Ya estableció una relación contigo. Creo que tú deberías ser el primero.

-Ella no es un pedazo de carne para que decidamos por ella -dijo Harry, con disgusto. Giró y salió de la habitación antes de que Liam pudiera responder.

Louis se rió, suavemente.

-Está en lo cierto. No necesitas controlarlo todo, Liam. No hay ninguna necesidad de orquestar todo el acto sexual. Creo que podemos manejarlo.

Liam no contestó. No era eso lo que quiso decir, pero quizá tuvieran razón. Estaba intentándolo demasiado. Se pasó una mano por el pelo y se masajeó la nuca.

-Estaré fuera, en el granero -dijo-. Puedes ocuparte de Megan.

La verdad es que necesitaba aire fresco. Necesitaba pensar.

El agua se enfrió y Megan no iba a esperar más por los hombres. Maldición, no era como si no se pudiera bañar sola. Aún así, se había sentado en la bañera como una tonta obediente.

La Mujer de Nuestras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora