Capitulo 29

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Megan abrió sus ojos lentamente y parpadeó para alejar las telarañas. Por un momento, no recordó en donde se encontraba o por qué estaba en aquel lugar desconocido. Y cuando recordó, un dolor como nunca haya conocido, se arrastró lentamente por su sistema.Harry.Cerró los ojos e intentó recordar todos lo que ocurrió, pero todo lo que le venía en la memoria era a Harry cayendo, la mano sobre el pecho cubierto de sangre. Lágrimas calientes llenaron sus ojos y escaparon de los párpados. Las sentía escurrirse lentamente y caer por sus mejillas. Una mano caliente agarró su rostro y suavemente le secó la humedad. Abrió los ojos para ver a Liam de pie junto a ella, con una mirada preocupada en su rostro. Parpadeó de nuevo para enfocarle. Lentamente se dio cuenta del resto del entorno. Estaba en un cuarto de hospital. Miró al otro lado, donde vio a Louis dormido en una silla. La ausencia tan visible de Harry mandó otro espasmo de agonía por su corazón. De su garganta, se le escapó un sollozo —uno al que intentó reprimir— pero que amenazó sofocarla con su intensidad. Finalmente, fue forzada a dejarlo salir. Sonó severo y feo, hasta en sus propios oídos. Y una vez liberado, surgieron más hasta que cada respiración trajo otro llanto. —Megan, escúcheme, cariño. Tiene que escucharme. Harry está bien. No está muerto. Está aquí.Liam agarró su barbilla, forzándola mirarlo, penetrándola con sus ojos color miel.— ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? —exigió él. Entonces oyó a alguien en el fondo. — ¡Déjame, maldita sea!— ¿Harry? —susurró ella. No podía ser. Lo vio caer. Escuchó el disparo. Sintió su sangre. Luchó para sentarse y casi perdió el conocimiento, por el dolor que se esparció por su pecho. Liam juró encima de ella y la forzó a acostarse. —Despacio, cariño. No te hagas daño. Detrás de Liam, surgió Harry, su cara demarcada, ojos inyectados de sangre, la mitad de su parte superior envuelta en vendas. Se volvió borroso ante ella, mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas. Nunca había notado tan hermosa vista en su vida. —Dios, Harry, no deberías estar levantado —protestó Liam.


Harry empujó a Liam a un lado, y en el momento siguiente, Megan se sintió abrazada contra el cuerpo de Harry. Presionó su mejilla contra su pecho, una masa de vendas empujaba su rostro. No le importaba. No le importaba el dolor que sentía en tal incomoda posición.

Él la besó en la frente. —Gracias a Dios que estás bien —susurró él. Se alejó y Megan agarró su mano entre las suyas.—No te vayas.—Odio interrumpir —empezó Liam—. Pero los dos sienten mucho dolor deben descansar. Eso significa vuelve tu culo a la cama, Harry. los quiero recuperados, para que podamos ir para casa.Megan oyó la preocupación de su voz. También vio dolor en los ojos de Harry. Su propio dolor estaba rápidamente asumiendo el control. Pero primero tenía que decirlo. Llevó la mano para tocar el rostro de Harry.—Te amo. Debería habértelo dicho antes.Harry cogió su mano y besó su palma. —Yo también te amo.Liam pasó un brazo alrededor de Harry y lo alejó. Harry se apoyó contra su hermano. Megan miró hacía arriba donde Louis estaba a su lado. — ¿Está bien? —preguntó ella en voz baja. —Está mejor que tú —dijo Louis secamente. Dudo un momento, antes de tocarle el pelo—. Nos asustaste, muñeca.Ella no contestó. ¿Cómo podía decirle qué ellos no podían haber estado más asustados qué ella? Nunca estuvo tan aterrada en toda su vida. No quiso morir con tanto remordimiento. Las cosas se volvieron claras en aquellos horribles minutos en la nieve, cuando estaba segura de que nunca más volvería a ver a Louis, Harry y Liam.—Te amo —dijo ella, permitiendo que toda la emoción escapara en aquéllas dos pequeñas palabras.Louis se agachó para apretar su frente contra la suya.—Yo también te amo, muñeca. Tanto. No quiero volver a estar tan cerca de perderte nunca más. Cerró los ojos mientras él la besó suavemente en los labios. —Me duele —dijo ella bajito.Louis se levantó inmediatamente. —Llamaré la enfermera.Ella sonrió, estremeciendo por el esfuerzo. Sintió la mano de Liam acariciando su brazo y su hombro. Tiernamente empujó su pelo detrás de la oreja. —Descansa, cariño. Estamos aquí. No nos vamos a ir.Megan oyó entrar a la enfermera, sintió la picadura de la aguja, y segundos más tarde dio la bienvenida al olvido.—T... te amo —dijo arrastrando las palabras, mientras que el rostro de Liam se desdibujaba. —Yo también te amo, cariño. Ahora descansa.En los días siguientes, Megan durmió la mayor parte del tiempo. Harry se puso más y más irritado, hasta que la enfermera finalmente desistió de intentar mantenerlo en la cama. El cuarto día, le dieron el alta oficialmente. El mismo día, movieron a Megan a una habitación normal. Liam se relajó finalmente. Harry y Megan estaban fuera de peligro. Pronto los tendría en casa, donde pertenecían. Se sentó en la silla, al lado de la cama de Megan mientras ella dormía y estiró el cuello. Friccionó los ojos cansados y se preguntó como volvería a dormir otra noche, antes de estar seguro de que la amenaza del esposo de Megan desaparecía. Del otro lado del cuarto, Harry estaba sentado en el sofá, con varios cojines a su alrededor. Su hermano menor no había descansado suficiente después de su herida, Liam lo sabía, pero no sabía como hacer a Harry que se sentara. Louis se sentó en una silla cerca de Harry, el cansancio se veía en sus ojos. Todos estaban cansados. Querían la misma cosa. Ir a casa. El móvil de Liam sonó, y él respondió rápidamente, para no molestar Megan. Se puso de pie y caminó hacia la puerta, lejos de la cama de Megan. —Liam. —Liam, soy Danielle. ¿Es un mal momento?—No, ¿qué pasa? Danielle hesitó por un momento. — ¿Cómo están Harry y Megan?—Mejor. Hoy le dieron el alta a Harry y movieron a Megan. Los dos necesitan mucho descanso, pero ellos estarán bien.—Oh, es fenomenal, Liam. Mira, llamo porque pensé que debía saber que encontramos al tío que disparó a Harry e intentó matar a Megan. Está muerto.—Mierda. —Sí, dímelo a mí. Quería vivo al bastardo. Liam, sabes lo que difícil es acusar Mason Bardwell de cualquier cosa.—Sí, lo sé —gruñó Liam.— ¿Qué quieres qué haga?Liam suspiró y se pasó la mano por su pelo.—No hagas nada aún. Necesito hablar con Cal, también con Harry y Louis. No podemos hacer nada que pueda poner a Megan en peligro. —Te diré si descubro algo más —prometió Danielle.—Gracias —dijo Liam antes de colgar el teléfono. Se dio la vuelta para ver a Megan estudiándolo. —Hola —dijo mientras se acercaba a la cama. Se agachó y la besó en la frente, después alejó el pelo de su mejilla. — ¿Cómo te sientes?Sus ojos de canela lo miraban preocupados.— ¿Quién era al teléfono?Él no quería disgustarla, pero no iba a mentirle.—Era Danielle. El hombre quien te hirió... está muerto.Algo salvaje relampagueó en su rostro. —Muy bien. Casi mató Harry —dijo mordaz. —Casi te mató, cariño.— ¿Cómo está Harry? —dijo mordaz. Liam parpadeó por el abrupto cambio de tema. Pero cuando estaba despierta, Megan se concentraba en la salud de Harry. Sabía que aún estaba tratando con el susto de casi perderlo. Era un sentimiento íntimamente familiar. Echó un vistazo y vio a Louis y a Harry, estaban dormidos.—Están descansando.Megan cerró los ojos por un momento, los abrió y asintió. —Él no debería estar fuera de la cama.Liam se agachó para volver a besarla. No podía tocarla el suficiente. La besaba, la tocaba cada vez que tenía la oportunidad.—Quiero ir a casa —susurró ella. —Lo sé, cariño. Pronto. Te lo prometo.Acarició su pelo y sentó en la cama, cuidando de no sacudirla demasiado. Ella pareció haberse retirado dentro de ella. Algo que pasaba cada vez con más frecuencia desde que se despertó. Lo preocupaba. No tenía ni idea de lo que estaba pensando. Empezó a preguntarle, pero sus ojos se agitaron, y ella los cerró lentamente. Se quedó con ella hasta que oyó su suave e rítmica respiración, indicando que se quedó dormida. Se sentó en la silla, iba a descansar un poco.


Chicos ¿Qué creen que pase con Megan y su cambio de personalidad?

Rose

La Mujer de Nuestras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora