Capitulo 11

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Megan se deslizó en el asiento de detrás, junto a Harry, mientras que Louis se sentó delante. A pesar del calor del abrigo, temblaba. Principalmente, por los acontecimientos de la última hora.
A su lado, Harry se sacó el abrigo, quedando en una camisa que moldeaba perfectamente sus músculos.
Ella no quería nada más que esconderse en aquel pecho, pero dudó. Aún no estaba segura de querelación tenía con Harry. Parecía desconfiar de ella. Así que miró por la ventana y esperó la llegada de Liam.
Tendría que ser idiota para no percibir las chispas entre Liam y Danielle, y eso a molestó. Mucho. ¿Fueron amantes? Había más que vago interés ardiendo en aquellos ojos. Entonces recordó su comentario sobre Harry y Louis, de que Liam quería Danielle, pero ellos no.
Frunció el ceño y cerró los ojos. Estaba cansada y exhausta mentalmente, y no le gustaban los ardientes celos que sentía.
Apenas se dio cuenta que se abría la puerta y que entró Liam. Él la miró, pero ella no encontró su mirada, no estaba segura de querer ver lo que había en ella. Se sentía demasiado insegura para intentar comprender lo que había entre Liam y Danielle.
Salieron del aparcamiento y comenzaron el viaje. Alejándose de Mason.
Empezó a temblar, cuando la realidad de lo que hizo la golpeó. Se enfrentó al bastardo y ganó. Ahora quizá iba a desaparecer aquel terrible miedo.
Una mano caliente la alcanzó y masajeó su cuello. Levantó los ojos y vio a Harry, que la observaba fijamente. Buscó en su rostro alguna señal de lo que estaba pensando, pero no encontró ninguna pista.
—Ven aquí —dijo él.
Voló en sus brazos y enterró el rostro en su tórax. Brazos fuertes la envolvieron y una mano flotó su espalda.
—Estoy orgulloso de ti —susurró él.

Lágrimas bajaron por su rostro, mientras que el alivio se derramaba en su interior. Tantas semanas de miedo constante, habían dejado su huella. Ahora estaba libre.
Se enterró más hondo entre los brazos de Harry, abrazándolo lo más fuerte que podía.
La siguiente cosa que recordaba, fue que el coche paró y que el frío aire rozaba su rostro, mientras que se abría la puerta. ¿Se había quedado dormida? Todo lo que sabía era que no tenía ganas de moverse de los brazos de Harry. Con reticencia, levantó la cabeza. Llegaron a la cabaña.
Se deslizó, cuando Liam abrió la puerta y bajó del jeep. Se metió más en el abrigo y se apresuró hacía la puerta, ansiosa para estar dentro, donde había calor.
—Tengo hambre —anunció ella, dándose cuenta que no había comido nada desde el día anterior.
—Ve a calentarte cerca del fuego, prepararé el almuerzo —dijo Louis, empujándola en dirección a la sala.
Liam y Harry la siguieron. Liam fue añadir más leña en las agonizantes llamas.
— ¿Entonces, qué pasó allí? —preguntó Harry.
Liam se paró y se volvió hacia Megan, queriendo oír la respuesta.
—Mason estaba allí cuando llegamos a la oficina —comenzó Megan.
Liam maldijo.
—Danielle debía saber que estaba allí, desde el principio.
—Intentó salir inmediatamente, pero rechacé acompañarlo. Pensé que no me podía me forzar, qué Danielle no lo dejaría. Entonces pedí a Danielle que nos dejara a solas durante unos algunos minutos.
— ¿Hiciste qué? —preguntó Harry, y su expresión se oscureció.
—Era la única manera —dijo—. Le dije que sabía lo que hizo en el día de nuestra boda, que le vi matar a aquel hombre, le dije que quería el divorcio y él tenía que dármelo, si no, le diría al mundo entero lo que hizo.
— ¡Mierda! —exclamo Harry.
—Sí, mierda —asintió Liam, masajeando su nuca.
Ella les miró sorprendida.
—Pensaba que queríais que me divorciara.
—Y lo queremos, cariño. —dijo Liam, abrazándola—. Pero te queremos segura, y acabas de decir que el bastardo sabe que lo puedes sacar de tu vida.
—Era solo para convencerle de que me diera el divorcio —dijo ella defensivamente.
Liam le acarició los hombros, con ternura.
—No te preocupes, cariño. Conseguiré tu divorcio, pero lo más importante, es que nunca más volverás a ver la cara del bastardo.
Louis les llamó de la entrada.
—He preparado unos bocadillos, vengan a comer.
Megan se giró y caminó hacia la cocina. ¿Se equivocó al amenazar a Mason? La preocupación volvió a su mente.
Se sentó y Louis le empujó un plato delante. Los hermanos tomaron asiento y empezaron a comer.
— ¿Qué vamos a hacer? —preguntó, incapaz de detener la pregunta por más tiempo.
— ¿Qué quieres decir? —preguntó Liam.
Ella hesitó, sintiéndose insegura con la entera situación.
—Con relación a mí... a nosotros.
—Vamos para Denver para ver a Carl y pedirle para que procese tu divorcio lo más rápido posible. Entonces iniciaremos nuestras vidas. Juntos.
Miró el plato y jugó con el bocadillo. Mil preguntas llenaban su mente y no sabía por cual empezar.
— ¿Quieres cabalgar después del almuerzo? —la interrumpió Harry.

La Mujer de Nuestras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora