Capitulo 15

245 8 0
                                    

Liam entró en la cabaña y colgó su Stetson y su abrigo en el gancho de la puerta. Miró alrededor, pero solo vio los trozos de carbón agonizantes del fuego. Todo el mundo debía haberse ido ya a la cama.
Su ingle estaba apretada. ¿Hallaría a Megan en la cama con sus hermanos? Sabía que Louis y Harry se acostaron con ella separadamente, y la verdad era, que esperaba ansiosamente hacer lo mismo.
Caminó en silencio por el pasillo y se paró cuando vio su puerta cerrada. Ninguno de ellos dormía con la puerta cerrada. Probó la perilla y la encontró bloqueada. ¿Qué demonio? ¿Dejarlo fuera de su propio cuarto?
Se volvió y caminó hasta el cuarto de Louis, para ver si él estaba allí. La puerta estaba entreabierta. La abrió con el codo y se asomó dentro. Louis estaba dormido entre las sábanas arrugadas. Solo.
Se acercó y sacudió el hombro de Louis. Se despertó inmediatamente.
— ¿Qué hora es? —exigio Louis en una voz atontada.
—Son las tres de la mañana. se sentó y se restregó los ojos.
— ¿Dónde demonios estuviste hasta ahora?
—Ayudando a Danielle a encontrar al niño perdido. ¿Dónde está Megan?
—En tu cuarto —contestó Louis.
— ¿Por qué está la puerta cerrada?
Louis se levantó y encendió la lámpara de al lado de la cama. Clavó a Liam una mirada de disgusto.
—Está sufriendo, Liam.
El corazón de Liam se sacudió. No le gustaba pensar en Megan sufriendo. Antes de irse, ella estaba enfadada, pero había esperado que Louis y Harry hubieran aliviado cualquier preocupación que tenía.
— ¿Por qué no resolvieron el problema? —exigió Liam.
—Tú le estás haciendo daño, Liam. No nosotros.
— ¿Yo? ¿Qué demonios hice yo?
Liam sintió crecer su ira. No iba a jugar estúpidos juegos mentales, y Louis le estaba sacándole de quicio rápidamente.
Louis suspiró y deslizó sus piernas por el lado de la cama.
—Mira, liam, está teniendo una época dura, y el haber corrido en cuanto recibiste la llamada de Danielle, no ayudó. Esta insegura y ¿quién puede culparla después de lo qué le hizo el cabrón de su esposo?
— ¿Está enfadada porque fui a ayudar a Danielle?
—Quizá si tú le habrías explicado la naturaleza de tu relación con Danielle, Megan no se sentiría como se siente, pero ella sabe que hay algo entre ustedes dos, y sabe que a Danielle le gustas. Hasta ahora, Danielle actuó como una puta celosa. Como una mujer desdeñada. Megan no es estúpida, Liam. Yo tampoco. Algo hay entre tú y Danielle.
Los músculos del rostro del liam se endurecieron y presiono los labios.
—Lo qué pasa o no entre nosotros no es problema tuyo.
—Ahí te equivocas —dijo Louis, sin alterarse—. Muy equivocado. Es mi problema. Amo a Megan. Y creo que tu también, Liam. Creo que Harry también la ama, aunque le llevaría mucho tiempo hasta admitirlo para él mismo. Cualquier cosa que haces y hiere a Megan, es mi problema. Es tanto mía como tuya y de Harry. Si esta relación va a funcionar, vas a tener que sacar tu cabeza del culo.
Liam soltó la respiración en un largo suspiro.
—¡Dios!. No pasó nada entre Danielle y yo esta noche,Louis. No le haría eso a Megan.
—Lo sé—Louis dijo bajito—. Pero ella no lo sabe. Todavía no hemos ganamos su confianza. Y no va a ofrecerla ligeramente después de lo que le sucedió.
—Y mientras tanto, me quedé fuera de mi propio cuarto, sin llave.
Louis se rió.
—Creo que puedes dormir en el sofá. Me pregunto si tendremos una rotación fija cada vez que uno de nosotros la enfade.

—Buenas noches. Lamento haberte despertado —dijo Liam y salió.
Cerró la puerta tras de sí y se quedó mirando fijamente la puerta cerrada de su cuarto. No hay nada que no arreglaría un destornillador. Quizá fuera la hora de que él y Megan tuvieran un poco de tiempo a solas.
Algunos minutos más tarde, se deslizó calladamente en su cuarto. Megan había dejado la lámpara encendida y arrojaba un suave brillo sobre de la cama. Dejó el destornillador en la cómoda y empezó a sacarse la ropa.
Caminó hacia la cama y miró el cuerpo de Megan. Solo su rostro sobresalía del edredón. Su rostro estaba rojo y manchado. Su corazón se apretó ante la evidencia de sus lágrimas.
Él empujó suavemente el edredón y trepó a su lado. La atrajo con firmeza hacia sus brazos, gustándole el modo en el que sus suaves curvas se derretían en su duro cuerpo.
Ella se movió y abrió los ojos llorosos. Brillaron sorprendidos cuando lo vio.
— ¿Cómo entraste aquí?
—Con bastante facilidad. ¿Por qué me dejaste afuera?
Ella alejó la mirada. Arrastró un dedo desde una mecha de su pelo hasta a su cuello.
—Necesitaba un tiempo a solas —dijo ella suavemente.
—Eso es comprensible, pero no tienes que cerrar la puerta para conseguir eso.
Ella lo miró de nuevo con ojos preocupados, la incertidumbre estaba al acecho en sus profundidades.
Él suspiró. Louis tenía razón. Debía haber explicado su relación con Danielle, desde el principio. Entonces quizás estaría deslizando su verga en el coño de Megan, en vez de estar acostado con la polla dura, y tener una charla sensible.
Él comprobó su impaciencia y agarró las mejillas de Megan entre las manos.
—Escúchame, cariño. No hay nada entre Danielle y yo. Lo siento si has tenido la impresión equivocada.
Megan se movió y tiró del edredón, envolviéndose a modo de protección, en vez de hacerla parecer más fuerte, solo la hizo parecer más vulnerable.
—No lo entiendo.
Su voz sonó suave y trémula, el tipo que haría que un hombre se pusiera inmediatamente duro. Si él no lo estuviera ya. Era toda suave y femenina, como una mujer debía ser.
— ¿Qué es lo que no comprendes, cariño?
Lo miró de nuevo.
— ¿Por qué no la escogiste?
Liam frunció el ceño. No era lo que él esperaba que dijera.
—Es todo lo que yo no soy —continuó Megan—. Es fuerte, alta, bonita. Apuesto que no necesita de nadie.
Liam se apoyo contra las almohadas, tomando a Megan en el proceso. Estaba acunada contra su pecho, y puso su mejilla sobre su hombro. Acaricio su brazo con la mano.
—No te mentiré. Hubo un tiempo en el que estuve atraído por Danielle. He llegado tan lejos como traerla a casa, presentarla a Harry y a Louis. Pero supe de inmediato que no era la persona que buscábamos. No sentí la conexión. No como lo hice contigo, y era obvio los otros tampoco. Harry la despreció rotundamente a primera vista. Aún no me he dado cuenta del por qué. Louis, pues, era indiferente. Dejé de verla después de aquello.
Megan se presionó contra él. Él podía sentir la llegada de otra pregunta. Una que aparentemente era difícil para ella, si el lenguaje de su cuerpo indicaba algo.
—Harry dijo… dijo que tienes debilidad por mujeres en apuros.
La bombilla incandescente se fue inmediatamente. Liam se sentó, arrastrando a Megan con él. Agarró su barbilla y la forzó a mirarlo a los ojos.
—Cariño, siempre te protegeré, pero no es por eso que estás aquí. Harry es un idiota. Habla solo para escuchar su voz, lo juro. Si quieres una explicación de porque tú y no ella, bien, no lo sé. Solo puedo decirte lo qué siento aquí.
Llevó su otra mano al corazón.

La Mujer de Nuestras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora