Capítulo VII.

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En el capitulo anterior. 

Esa tarde su empresa se convirtió en un caos, muchas personas curiosas en las calles mirando a la fallecida colgar desde el piso veinte, la prensa agolpada tratando de hablar con Hyunjin y la policía acordonando el edificio en busca de pistas. El azabache sentía que la cabeza le iba a explotar, ¿Cuánto más duraría esta situación? ¿Quién era el enfermo que le estaba haciendo esto?

 El azabache sentía que la cabeza le iba a explotar, ¿Cuánto más duraría esta situación? ¿Quién era el enfermo que le estaba haciendo esto?

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Hyunjin solo podía ver como su oficina se convertía casi en un estudio fotográfico gracias a las pericias y como su sala de juntas se convertía en un interrogatorio, desde el conserje de la puerta de entrada hasta el fueron interrogados para saber quién había venido a dejar el paquete, nada raro de momento se había hecho igual que todas las veces que se recibían cosas en la oficina.

Los repartidores llegaban, el conserje firmaba que se recibían y luego se comunicaba con las oficinas hacia donde estaban destinados los paquetes para que alguien de esa área fuera por ellos, posiblemente ni siquiera la gente de las entregas sabía que era lo que contenía el paquete.

— ¿Cree que se trate de la mafia? — pregunto al oficia Bang el cual negó inmediatamente.

—No tiene sentido ya que ellos fueron quienes lo amenazaron hace unos meses en la catedral y esa misma noche apareció la cabeza de uno de ellos en su casa — Hyunjin hizo un gesto de disgusto ya que no quería volver a rememorar aquel himpas — A lo que voy es no tiene sentido que miembros de la mafia busquen hacer este tipo de regalos cuando en primer lugar son ellos quienes buscan ponerte en peligro.

—Quiero respuestas, oficial Bang. Ya no basta con los mayores esfuerzos de la policía, quiero un responsable y lo quiero encarcelado o me veré en la obligación de hacerlo yo mismo.


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En momento como estos solo podía pensar en la necesidad de paz, paz que solo un hombre de hermosas pecas era capaz de darle. Desde aquella primera noche en el departamento del rubio su obsesión por rondar a Felix solo había crecido más y más, ahora mismo lo único que quería era ver su hermoso rostro y convencerlo de regalarle aquellos besos que en ocasiones se le eran tan esquivos.

La ciudad de Hades. - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora