Hyunjin era un huérfano adoptado por un héroe anónimo que le trajo paz por muchos años a Ciudad Gótica, el misterioso Batman. Diez años después de su muerte el joven azabache decide seguir los pasos de su padre y combatir el crimen por las noches.
...
—Felix... — susurro el azabache cuando ambas respiraciones se regularizaron un poco y los tapaba a ambos con la sabana, el pecoso alzo la mirada desde el pecho del mayor que era donde estaba apoyado escuchando atento lo que su esposo quería decirle — Yo soy Shadow.
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El silencio sepulcral no era porque hubiera tomado al pecoso por sorpresa, ciertamente Felix casi podía palpar que la verdad quería abandonar los labios de Hyunjin hace ya un tiempo, su silencio fue al comprender que ahora él debía serle igual de sincero y confesar su propia verdad.
— Mi sol... ¿Me escuchaste? — cuestionó al no recibir respuesta del menor.
—Siempre lo he sabido, amor — el azabache abrió los ojos en demasiada, no le sorprendía que el pecoso se diera cuenta, siempre supo lo observador que era, pero le llamaba la atención del porque guardar silencio — la primera vez que nos acostamos... esa noche que fuiste a buscarme al hospital de Arkham. Ese día pude ver algunos golpes en tu cuerpo y solo fue cosa de sumar uno más uno, nunca creí que fuera trabajo arduo en el gimnasio.
— ¿Por qué jamás lo mencionaste?
—Sabía que terminarías confesándolo, solo te estaba dando el tiempo de hacerlo a tu ritmo — el azabache trago nervioso mientras era analizado por esos ojos castaños en los que se reflejaba el cielo nocturno — sé también que lo del atentado en donde te balearon no fue tal, te hirieron mientras corrías por los techos tratando de alcanzar algo o... alguien. — el menor había dejado caer su máscara finalmente y la comprensión en los ojos oscuros no hizo más que confirmar las sospechas que el mayor tenía hace ya un tiempo.
—Si. Lix... — si instinto le decía que no debía preguntar, que esta noche tendría que ser solo amor, caricias y sexo, pero el mismo decidió decir la verdad y ahora debía lidiar con la verdad ajena — yo solo quiero saber, ¿me escondes secretos?
—Lo hago. — El azabache asintió mientras las verdad de lo que ya sospechaba era confirmada por labios de su esposo —, pero ya no lo hare más. Voy a darte toda la verdad que necesitas y... si tu no quieres seguir conmigo después de lo que diré yo puedo entenderlo — quería decirle también que si decidía no seguir con él, enloquecería, se quedaría seco de tanto llorar y luego buscaría la manera más rápida de morir, pero no quería poner esa culpa sobre Hyunjin — ¿Estás listo para escuchar?
—Lo estoy. — la verdad no lo estaba, era como si hubiera un hilo imaginario entre ambos y estuviera a punto de romperse.
—Mi nombre de nacimiento es Lee Yongbok — de pronto el azabache recordó el pañuelo que el menor le dio en la ceremonia que hace meses se hizo en honor a su padre, aquel pedazo de tela tenia aquellas iniciales grabadas — Mis padres eran farmacéuticos en un pueblo al sur de gótica, cuando ambos se casaron decidieron vivir en la extravagante ciudad que era custodiada por un enigmático hombre murciélago, eso fue lo que me contaron. — Hyunjin asintió tratando de imaginar cómo serían los padres del pecoso, ¿A cuál de ellos se pareciera? entonces el menor siguió con el relato— Cuando yo tenía seis años una noche alguien entro a casa, mi padre entro a mi cuarto muy asustado y me metió dentro de un baúl que luego escondió dentro de un armario — aquella noche estaba borrosa para el menor — me quede allí por horas, quizás hasta la mañana siguiente.
