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Declaración, celos y discusión.

MATTHEW.

Audry y yo empezamos a salir más seguido. Hasta que, dos meses después, ya éramos pareja. Sus padres habían hablado conmigo y me aceptaron—claro, el niño policía, cerebrito de la clase—.

Salíamos al cine, restaurantes en la ciudad, comíamos helados en el parque, hacíamos las tareas que nos encargaban y, Audry consiguió un empleo.

Era repartidora. Había una tienda de pizza en el pueblo y era conocido en la ciudad, así que muchas veces entregaba pizzas allá. El turno de trabajo era de 8:00AM. a 9:00PM. de lunes a viernes y los domingos era de 9:00AM. a 6:PM. Aveces también debía ir a llevar pizzas a la parte recidencial, una carretera de 10 minutos que llevaba hacia dónde estaban los universitarios.

Íbamos al cine en el auto de Jake. Audry no iba, porque eran las 4:00PM.  y además era martes, así tenía que trabajar. Solo íbamos Jake, su novia Katy,  Boggy, Bogga, Casidy y yo.

Llegamos a la ciudad y fuimos al cine. Se estrenaría... No sé cómo se llama la película, solo sé que es de agentes de esos secretos que tienen misiones y pelean como unos demonios.

Compramos las entradas y pasamos. La película era muy buena la verdad, la había elegido Boggy, el que era un experto en eso de películas, pero de igual modo no la entendía muy bien. Y no es porque no la entendía, sino que estaba distraído, estaba pensando en cierta señorita rubia de ojos azules. Por alguna razón su cercanía me hacía sentir seguro, y no sé si es porque se parece a mi hermana y me hace sentir que estoy con ella; o porque simplemente así son los sentimientos de las parejas.

Pasaron los días, notaba a Casidy muy extraña conmigo, y no se llevaba bien con Audry. Los demás si se divertían, pero a Casidy le molestaba todo.

Era sábado y estábamos caminando por los pasillos de la universidad agarrados de manos Audry y yo hacía la salida. Me dijo que la esperara en la salida porque debía hablar de algo con un profesor.

En la salida ví a Casidy esperando algo o a alguien en la acera. Me acerqué para preguntarle que le pasaba, me había estado evitando los últimos días.

—Hola Casi—saludé tras ella.

Ella se sobresaltó y luego se volteó.

—Ah, eres tú. Hola—dijo con indiferencia. Algo le pasaba.

—¿Qué te sucede?

—Nada.

—Por Dios Casi, te conozco desde hace... No lo sé. Desde que tengo uso de razón, quizás. Se que algo te sucede.

—Sucede que ya no aguanto más.

—¿Qué cosa no aguantas?

—No aguanto que estés con Audry. No aguanto que le des abrazos y la beses. No aguanto no ser yo. No aguanto que por más que trato de que te des cuenta de que me gustas tú me ignores. Traté de conquistarte por... casi toda la vida. Y ahora viene una chica de la nada y te haces novio de ella en un mes. Simplemente no aguanto verlos juntos.

Me quedé sin palabras. Su voz se quebró al decir las últimas palabras. Lágrimas bajaban por sus mejillas. Me sentía culpable. Culpable por nunca darme cuenta de todo eso y...

Por favor, soy pésimo captando indirectas.

Me dolió verla llorando al frente de mí, pero no podía hacer nada. Amaba a Audry. Lo único que podía darle a Casidy era amistad, no me sentía atraído por ella. Simplemente la quiero como una amiga.

—Matt —dijo con debilidad en sus palabras, aún sollozando— yo te amo.

Y lo que hizo después me dejó impresionado. Tomó mi rostro, se puso de puntillas y me acercó a ella para unir sus labios con los míos. No correspondí al beso. Simplemente dejé mis ojos abiertos de la impresión y use mis manos para tomar su rostro y apartarla de mí.

El Rey Oscuro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora