XII

105 7 0
                                    

Sueños y esperanzas.

Audry.

Todas estábamos angustiadas. Ya habían pasado horas y aún no sabíamos nada de Carol. No sabíamos si estaba bien, si el bebé estaba bien... No sabíamos nada. Estábamos esperando a que entrara de nuevo, o que vinieran y nos dieran información. Pero... Es obvio que no le importamos a los enfermos esos.

Imágenes de Matt empezaron a llegar a mi mente. Recuerdos de los momentos en que estuvimos juntos. Recordé lo que pasó y lo que hizo que me molestara con él, y que de no haber sido por mi orgullo, probablemente no estaría en esta situación.

También recordé a mis padres, a lo bien que siempre me hacían sentir cuando estaba mal. A los divertidos que son. Recordé todo lo que han hecho por mí.

Y no poder salir de aquí y no volverlos a ver... No podría soportarlo. Quería volver a verlos. Necesitaba salir de aquí.

También pensé en que si ya alguien se había dado cuenta de que no estaba y me estaban buscando. No tenía información de cuánto duró el viaje, ni tampoco sabía cuánto tiempo llevaba aquí, pero si sabía que más de un día ya había pasado en todo este tiempo aquí.

—¿Ya han durado mucho no?—me preguntó Emma.

Volteé hacia ella, saliendo de mis pensamientos, y le respondí:

—Sí, en eso estaba pensando. Ya se han tardado mucho. Pero creo que ni Derrick, ni al doctor les importa lo angustiadas o preocupadas que estemos. Son unos...

Decidí tragarme mis insultos, no iba a lograr nada con eso. Solo esperaba que ya Matt me estuviera buscando, que me encontrara y me sacara de aquí. Era un policía después de todo. Algo ya debe saber... O hasta mis padres. Siempre se preocupan rápidamente.

Empecé a mirar a mis alrededores a ver si encontraba la manera de salir.

—Tienes razón, no vendrán a decirnos nada—habló Bett—. Al final somos sus apresadas, no sus confidentes.

Pasaron segundos, minutos y horas. Miraba a la puerta esperando a que alguien entrara, y después de lo que pareció ser una eternidad se abrió la puerta. Sonará ridículo pero a pesar de que fuera Derrick el que entró me daba un poco de alegría que al fin alguien viniera y nos dijera algo.

—¿Qué pasó con Carol?—soltó Emma enseguida.

—Amm... —hizo un encogimiento de hombros restándole importancia. Y ahí todas las esperanzas desaparecieron—. Ven Audry —se acercó a mí.

—No iré a ningún lado hasta que me digas si Carol está bien.

—Está mejor que nunca, ahora vamos.

—No te creo.

—No me importa. Vamos.

Se puso detrás de mí y me agarró las muñecas, empezó a ponerme algo. Parecían ser unas esposas. Obviamente me agité porque no sabía que hacía, pero después de ponerme esas esposas me quitó las que me amarraban al poste.

Me ayudó a levantarme y me empujó para que caminara. Pero no me interesaba colaborar, cuando estuve en la puerta me tiré al suelo y me recosté en ella.

—Levántate—ordenó.

—Livintiti—dije yo en tono de burla.

—O te levantas por las buenas o...

—¿O qué?—le reté.

Giró la Manilla de la puerta y la abrió, a lo que caí hacia atrás y mi espalda chocó contra el suelo.

El Rey Oscuro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora