〖Que tortura es el sexo cuando hace falta, que adictivo es tener su cuerpo contra el mío pero que locura es imaginar que algún día dejé de ser un santo〗
Quinto encuentro: Cama de Johan Smith
Acariciar las piernas de Morgan mientras besaba sus labios esta siendo la mejor sensación que he tenido en mi vida, siento la presión de nuevo en mi pantalón que al hacer contacto con la entrepierna de Morgan se muere por salir. El tener ropa puesta se hace incómodo al tener las tetas de Morgan contra mi pecho, puedo sentir su vagina contra mi verga y tengo la autorización de llevar mis manos a sitios que no he explorado aún de su cuerpo, mi boca deseaba tanto la suya que sólo despegaba mis labios de ella para liberar algo de aire que no sabía que aún tenía en mi cuerpo.
Tomé el control de su cuerpo al ponerme sobre ella mientras me decidí por besar su cuello, ella lograba emitir unos ligeros gemidos, sentí como su mano desabrochaba mi camisa y con la otra bajaba hasta llegar a mi erección, su manera de pasar su mano sobre mi pantalón me hacía desear con más ganas poder sentirla de una vez pero sé que no es suficiente aún, necesito llegar a su límite de desesperación por sentirme dentro de su húmeda vagina...
—¡Johan! ¿Estás en el apartamento? —Escuché a Alexa hablar al otro lado de mi puerta. Habrá escuchado mi llegada tal vez—. ¿Estás ocupado? —Sentí como su cuerpo se recostaba contra la puerta para intentar escuchar mi respuesta.
—Justo llega en el mejor momento... —Con poco aire en mi cuerpo, tomé de nuevo mi suéter para cubrirme mejor la erección—. ¿Me darías un momento, Morgan?
—Claro, de igual forma no pensaba dejarte salir de aquí después de ponerme así, Johan... —Se desvaneció al abrir la puerta.
Alexa cayó contra mí al abrirle, perdió el equilibrio al estar casi sobre la puerta. Cayó con su cabeza en mi pecho al descubierto, sus manos sobre mi estómago y tan cerca a mi que para detener su caída la tomé de su cintura sin dirigir palabra alguna; aún me hace falta el aire y el deseo no desaparece a pesar de la nueva situación que estoy pasando.
—¡Johan! —Se apartó avergonzada, su cara sonrojada era adorable—. ¡Lo siento si te interrumpí en algo! Sólo quería pasar a saludarte un momento, he preparado galletas y pensaba traerte algunas de mi apartamento. —Sigue siendo muy dulce después de que la haya olvidado algunas veces, hoy en día no olvido tanto las cosas como antes pero sigue siendo molesto para algunas personas que conozco.
—Gracias, Alexa. Y no te preocupes, estaba algo ocupado pero tu visita siempre es un encanto para mí. —Acaricié su cabeza. Estoy más relajado de lo normal, ¿Es un síntoma colateral del sexo y deseo?—. Me encantaría comer de tus galletas, cocinas bastante bien.
—Gracias, traeré algunas y podríamos hablar un rato ya que tampoco quiero molestarte tanto.
—No me molestas en lo absoluto, yo te esperaré aquí. —Acaricié su mejilla y le di un beso en la otra, curiosamente quise hacerlo.
—Esta bien... —Sus mejillas se calentaron antes de ir rápidamente a su apartamento por las galletas.
Me senté en mi cama para volver a mirar en mi pantalón, aún seguía algo activo sin quitarme las ganas de perder mi virginidad por completo. Sólo pase mi mano sobre mi verga un par de veces y durante el proceso soltaba algunos suspiros y gemidos de satisfacción hasta que estuviera activa de nuevo.
La puerta de mi apartamento se cerró cuando Alexa cruzó por ella nuevamente—. Johan, aquí tengo las galletas. —Dijo Alexa con una canasta pequeña con galletas decoradas en ella, se sentó a mi lado en la cama y me ofreció una de forma adorable.
—Gracias, Alexa. —Traté de ocultar de nuevo mi erección acomodándome un poco antes de recibir la galleta, de algún modo era placentero tener el riesgo de que Alexa viera mis deseos sexuales, era extraña la sensación pero de igual forma se sentía genial. —¿De qué quieres hablar, Alexa? —Pregunté antes de probar la galleta, gemí del exquisito sabor de esta—. Está muy buena.
—Gracias, tiene esencia de vainilla y chocolate, las hice para compartírtelas, deseaba pasar un rato contigo pero no te encontré en la tarde en tu apartamento.
—Había salido a la plaza con unos amigos, ahora estoy relajándome un poco.
—Había escuchado ruidos desde aquí antes de que me atreviera acercarme, parecía que estabas con alguien, ¿Te molesta si pregunto sobre ello?
—No... Pero no sabría como responderte.
—¿Por qué? —Ladeó su cabeza mostrando su curiosidad, era tan linda que sin duda me recordaba a Morgan esa mirada de ojos verdes tan maravillosa y sin dudas tan seductora.
—Morgan... —Dije acariciando su mejilla, recordando con más ansias mis ganas de sentir de nuevo su presencia.
—¿Johan? —Puso su mano sobre la mía en su mejilla.
Me tomé un momento para mirar sus labios, acerqué mi frente al punto de tenerla contra la suya y apartando la canastilla de galletas acerqué su cuerpo contra el mío dejándola sobre mis piernas, con sus manos sobre mi pecho y con su respiración acelerando lentamente.
—Johan... —Sus mejillas se volvieron rojas y pasó sus manos por mi nuca para acercar mis labios a los de ella—. ¿Me extrañabas, mi querido Johan? —Dijo Morgan con una sonrisa al poseer el cuerpo de Alexa.
—Bastante... ¿Dónde nos habíamos quedado? —Le sonreí de vuelta de forma picara, recostándola de nuevo en mi cama para besarla, durante el beso entrelacé nuestros dedos dejándome llevar por el deseo y calor de la noche.
Desabroché lentamente la pequeña camisa de Alexa, incluso sus tetas eran del mismo tamaño que de Morgan, hábilmente desabroché su corpiño para ver sus suaves y bellas tetas. Casi por inercia mi boca fue atraída por las puntas de ellas así que lamí lentamente una de estas mientras jugaba y jalaba la otra; sentía como los gemidos de Morgan aumentaban cada que se me escapaba alguna mordida, su interior me pedía a gritos que la hiciera sentir un éxtasis absoluto.
Pasé mi mano a los cortos shorts de Alexa, sus muslos se veían ajustados con ellos puestos. Tenía unas lindas bragas rosas que aún impedían mi completo paso hacia su interior húmedo pues sus bragas estaban algo húmedas, pasé mis dedos sobre ella buscando aumentar las ganas de Morgan y lo logré pues su dedo pasó a su boca para ser mordido por ella para luego mirarme de una forma deseosa de placer.
—Johan... —Pronunció con dificultad—. Me haces sufrir de una forma que no imaginas al provocarme de tal manera.
—Quiero que mi primera vez contigo sea inolvidable para ambos. —Expliqué—. Quiero hacerte mía por completo y darlo todo por ti pues tú siempre has sido y serás mi prioridad.
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·Dear Johan· [Segundo Libro]
Ficção GeralDear Johan, I want to thank everything that you do for me, I love you to much and I always gonna remember you. ·Dear Johan· [Segundo Libro] es un final no canónico de qué hubiera pasado si Morgan Willow no hubiera sido liberada de su maldición del...