Capítulo Veinte

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〘La riqueza de hoy será la fortuna del mañana y que el karma actúe según mi buen trabajo〙

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〘La riqueza de hoy será la fortuna del mañana y que el karma actúe según mi buen trabajo〙


Veinteavo encuentro: Afuera de "Cold Cup", la discoteca


Esta bella noche me visto mejor de lo normal, una ropa casual y con estilo, con un buen aroma, la confianza por las nubes, con dinero en el bolsillo, y con un descanso de varios días tan sólo para este momento. Mi cita se encuentra dentro de esta discoteca, es la primera vez que entraré aquí y no al observatorio a contemplar las estrellas junto a Morgan pero por suerte, ella no es la única que me adora y ella es con la cual pasaré el tiempo ahora.

Entré después de unos minutos y es tal cual me lo imaginaba, un lugar donde los jóvenes llegan para pasarla bien mientras beben y tienen sexo al final de la noche. La vi entre la multitud en una de las mesas de la discoteca, sentada y aburrida. Esperándome. Me acerqué y le hablé como lo tenía en mi plan; lo primero sería hablarle hasta tenerla por completo, lo segundo sería ganarme su completo deseo y por último... Hacerla parte de mi colección.

—Señorita Bright. —Mi sonrisa galante era perfecta para llamar su atención—. ¿Por qué tan sola en este lugar?

—¿Johan? —Me miró como si no me reconociera. Cierto, me he hecho algunos cambios incluso en estilo de cabello, si antes era irresistible ahora era un imán para el género femenino y masculino—. No pensé que te gustaran las discotecas y menos encontrarte después de que hubieras desaparecido. —Me hizo espacio a su lado en la mesa.

Me senté a su lado y me relajé un poco, ya me había dado la entrada que necesitaba—. No es nada importante, he pensado en mudarme desde la desaparición de Erik y Jennie, por eso no hay nada en mi apartamento, cada recuerdo y sensación de mis cosas las he vendido pero esta bien pues me conseguiré cosas nuevas.

—Me alegro por ti. —Me dirigió una sonrisa algo coqueta, esos labios rojizos eran tentadores. Ya sé porque Ryan salía con ella, aunque ya no más, él es sólo un daño colateral de mi colección—. ¿Ya tienes una idea de dónde te mudaras?

—No, pero eso lo veré después. ¿Tú qué haces aquí tan sola hoy?.

—Ryan me ha terminado por mensaje ayer... Pensaba en venir hoy y tratar de pasarla bien para que vea de lo que se pierde pero no encuentro entretención en este sitio.

—¿Quién necesita de alguien así? Ni siquiera tuvo el coraje de terminarte en persona, ya olvídalo. —No sintió nada cuando terminó con ella, fui muy cuidadoso con él tal y como se lo prometí—. No tienes porqué demostrarle nada, con el tiempo se dará cuenta de lo que perdió.

—Tienes razón, Johan. —Me volvió a sonreí mientras me probaba con su mirada—. ¿Te parece bien si tomamos unos tragos?

—Si me permites bailar después contigo, Samantha.

—Sam es más corto para ti, Johan.

Le sonreí antes de intentar besarla, ella cubrió su boca al tomar de su Martini, se hacía la difícil para intentar manipular mi deseo. El mejor método para manipular a alguien no es haciéndolo desearte, sino hacer como si en serio te estuviera manipulando esa persona; bebimos y pasamos un buen rato en la discoteca hasta la hora de cierre, salimos de esta para ir a la mansión Bright donde fue la fiesta de mitad de año... Sus padres no estaban, se habían ido de viaje así que teníamos todo para nosotros y yo tenía a la hija de los Bright en mi poder.

El alcohol fue lo suficientemente fuerte para ella, pude besar los rojizos y lujuriosos labios de Samantha mientras quedaba por la mansión hasta su habitación una prenda de ropa de alguno de nosotros. La recosté en la cama quedando sobre ella mientras aún seguía besando sus labios, el cuerpo de ella era bastante excitante, ni las damas del reino tenían aquel cuerpo tan delgado al natural con gran busto y de buena curvatura. Las mujeres después de 600 años son una maravilla sin alterar con algún corsé ajustado a matar, todas de mismo vestir aburrido y sin gracia, con maquillajes totalmente monótonos e iguales pero en la actualidad es tan diferente, llamativo y sin dudas atractivo.

Disfruté cada instante con ella, repasé cada punto sensible de su cuerpo mientras emitía los más hermosos gemidos con su boca. Tener el control por una noche fue una gran decisión entre ambos, yo tenía la experiencia y él tenía tan sólo que dejarse llevar por mi conocimiento, Johan es tan obediente que se ha vuelto mi mejor compañero para esta clase de trabajos. Desde su mente nos comunicábamos muy bien a pesar de tener mi concentración sobre el cuerpo de la riqueza de la ciudad.

—¿Qué tal la estás pasando, Johan? —Le pregunté, su mente están silenciosa y espaciosa ahora, no necesitaba aparecer físicamente ahora, todo es más fácil desde que obedece.

—Tener sexo con Samantha Bright no estaba en mis planes de vida sexual, Aarón. —Respondió, ¿Acaso no ve la preciosura de esta chica joven? ¡Que ciego es este chaval!—. ¿Por qué tenemos que hacer esto? ¿No podemos hacer lo que estaba planeado ya? Quiero descansar... —Se cruzó de brazos y bajó un poco la mirada casi molesto pero también algo muerto de cansancio.

—Es bueno experimentar cosas nuevas, Johan. —Levanté su mirada hacia mí con el dedo en su barbilla y le sonreí—. Te hace falta un poco de diversión en tu vida y ¿Qué mejor que disfrutar desde la pureza hasta la inteligencia? No te quejaste al estar con la pureza, incluso tú manejaste la situación.

Tragó saliva con dificultad al ponerse nervioso, tornando sus mejillas rosas y desviando la mirada de la mía—. Eso no te incumbe, Aarón. Acaba de una vez, quiero dormir, estoy bastante cansado que mi cuerpo no aguantará una noche más sin dormir... —Volvió a bajar su mirada pero ahora con tristeza mientras se abrazaba a sí mismo con un tipo de culpa y remordimiento.

—Te prometí que verías a Erik al terminar y pienso cumplirlo, Johan. Quédate tranquilo.

—Más te vale... Quiero hablar con él pronto...

Debo mantener la cordura de Johan bajo control por ahora, sin él no sería capaz de poder hacer lo que tengo en mente desde este punto. ¿Por qué tan a la defensiva con el tema de Davies?...

Oh, ese tal Erik Davies. Es un chico tan puro como el agua del río, la pureza de la colección que formamos ahora con tanta precisión y tiempo por delante. Sus labios eran como los pétalos de una rosa, tan suaves y su pasión era tan tranquila, calmada y lenta. Tan aficionado por sentir el momento que Johan respetó cada límite de su cuerpo pero aun así irrespetando su gusto por las mujeres. Fue un acto interesante de apreciar, sus manos entrelazadas con amor sin quitar el lado pervertido de sus cuerpos en el momento, ¿Por qué Johan dejaría que alguien como Erik pudiera dominarlo?.







...Otro misterio de este chico... Simplemente los jóvenes ahora...

·Dear Johan· [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora