Capítulo Seis

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〖Que tu aliento se combine con el mío al igual que nuestros líquidos y latidos〗

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Que tu aliento se combine con el mío al igual que nuestros líquidos y latidos


Sexto encuentro: Cama de Johan Smith


Le quité sus bragas sintiéndome otra persona, no hubiera sido capaz de comenzar a lamer su vulva y clítoris si llegara a ser yo mismo el que estuviera controlando mi cuerpo. El calor de la noche me llevó a tocar los límites del cuerpo de Alexa y provocar los orgasmos de Morgan mientras tomaba mi cabeza por el placer que sentía, apretaba un poco mi cabeza entre sus piernas mientras le dirigía una mirada capaz de sonrojarla.

—¡Johan! —Gimió mi nombre al sentir como se mojaba más—. ¿Dónde aprendiste a hacer eso? ¡Vas a hacerme venir así!

—Es lo que quiero... —Musité con voz profunda y seductora mientras tocaba la clítoris de Morgan—. Te dije que mi primera vez contigo sería inolvidable, Morgan...

Seguía frotando su clítoris hasta que su humedad me hizo querer meter mis dedos en su vagina, moví mis dedos en su interior al mismo tiempo que los sacaba y metía múltiples veces, la espalda de Morgan se arqueó al estar pasando por tanto placer que hasta las sábanas de mi cama no se salvaban de estar desordenadas. Durante el tiempo que Morgan se retorcía de placer al punto de venirse, logré quitarme finalmente mis pantalones y bóxer sin poder controlar mucho más las ganas que tenía mi verga de sentir su cálido, húmedo y apretado interior.

Saqué mis dedos dejando que Morgan tomara algo de aire pero sin previo aviso metí enseguida mi verga en su vagina haciendo que gimiera demasiado alto, la saqué de nuevo y metí con algo de fuerza después acostumbrándome a lo bien que se sentía hacerlo. Tomé la cintura de Morgan con firmeza para mover mi cintura rápidamente haciendo que mi verga abriera completamente su vagina; al sentir como llegaba más profundo de su interior me hizo poner la verga más dura de lo que estaba en un inicio haciendo que Morgan abriera más las piernas al retorcerse del éxtasis dejándome tomar sus sentidos por completo.

El rechinar de la cama acompañaba los gritos, gemidos y jadeos de mi bella Morgan. No logro controlar mi fuerza cada que entro en ella pues su interior es lo mejor que he sentido en mi vida, entre algunos besos en sus labios y sus pechos lograba aguantar más en este momento tan memorable, grabé cada gemido, expresión de placer, cada orgasmo y beso que hubo en el instante.

—¡Oh joder! ¡Johan! ¡Voy a venirme! —Jadeó Morgan.

—También estoy apunto. —Jadeé tomando con  más fuerza la cadera de Morgan para meterlo por completo una última vez y venirme en su útero.

—¡Mierda! —Gritó antes de liberar su líquido junto un poco del mío.

Saqué lentamente mi verga de su interior que aun podía verse expulsando unas gotas más de semen sobre el regazo de Morgan mientras que su respiración intentaba recuperar por completo. Me acerqué a sus labios para darle un beso y luego acariciar su mejilla.

—¿Y bien? —Pregunté.

—No era algo que esperara de un virgen —Respondió con la respiración aun acelerada—, me esperé algo más lento y que acabara rápido. Me he equivocado contigo, Johan.

Contuve mi emoción con una pequeña risa y me recosté a su lado haciendo que ella me abrazara. No creí que lograría pasar las expectativas de Morgan en esta situación del sexo, aunque lo que me preocupa ahora es el trance en el que se encuentra Alexa pues me despedí de Morgan y Alexa seguía dormida. Desnuda abrazándome.

Tomé un baño mientras Alexa dormía con tan sólo mi camisa y su ropa interior pues no podría dejarla así, tal vez invente algo cuando despierte para que no sea tan raro que esté así. Estuve un par de minutos esperando a que Alexa despertara pero no lo hizo así que no pensaba dormir con ella. Llamé a Erik ya que suele jugar videojuegos hasta muy tarde en vacaciones.

—¿Qué tal, Johan? ¿Sin dormir de nuevo?

—Tengo una excusa ahora. —Miré a Alexa en mi cama por un momento—. Tengo visita.

—¿De Morgan? ¿Ya tuvieron sexo?

—Si tuvimos pero la visita no es de ella ahora, además de que me ayudaron los consejos que me habéis dado y la lectura que he tenido.

—Bien. —Se tomó un momento para hablar, tal vez jugaba mientras respondía —. ¿Con quién estás a estas horas de la madrugada?

—Con mi vecina, Alexa.

—¿La chica que se parece a Morgan pero viva? ¿Qué haces ahora con ella?

—Morgan poseyó su cuerpo y ahora esta dormida en mi cama.

Pasaron unos segundos de silencio por el lado de Erik, ¿Se había cortado la llamada?. No, aún estaba en llamada con él pero se había quedado mudo después de lo mencionado.

—¿Erik?

—¿Tuviste sexo con el cuerpo de Alexa mientras Morgan la poseía?

—Si. Me preocupa que recuerde algo cuando despierte, ¿Qué podría decirle si esta semi desnuda con mi camisa?

—¿Qué mentira se te ha ocurrido? Pues no puedes decir que tuviste sexo con ella sin ser ella.

—Que se desmayó cuando intenté besarla pues creo que recuerda cuando la acerqué a mi para ello pensando en Morgan.

—¿Estabas caliente durante su visita? Entonces viste a Morgan y Alexa interrumpió, ¿Verdad?.

—Es increíble que sepas lo que pasó casi exactamente.

—He pasado casi por lo mismo, tuve un novio con el cual iba a perder lo virgen hasta que llegó mi madre, le tocó salir por mi ventana cuando ella estuvo en la sala conmigo.

—Cierto, eres bisexual. En fin, volviendo al tema, ¿Te parece creíble?

—Lo es, con lo sexy que eres y como me imagino que sería ardiente que te acercaras lentamente para besar a alguien; también me desmayaría por ello.

—Por lo que no te esperarías eso de alguien tan culto y penoso que soy. Gracias, Erik, y dale las gracias a Jennie de mi parte pues intentaré arreglar mi cama para ser más creíble.

—Claro, pero luego te escribo para que me digas todo con detalle, semental.

Colgué algo avergonzado, ¿Un semental? ¿Yo? Poco creíble. Me acerqué a Alexa para cargarla y pasarla a mi silla de escritorio, arreglé mi cama y con cuidado le puse de nuevo su ropa a Alexa.

Ella comenzó a despertar así que le serví un poco de agua, vi que apenas recordaba donde estaba así que no debía preocuparme demasiado.

—Alexa, que bueno que despiertas. —Le dije sentándome en mi escritorio.

—¿Qué pasó? Todo me da vueltas y me duele la cabeza, las piernas, todo...

—No pensé que darte un beso fuera a casi matarte. —Me sonrojé al escuchar que le dolían las piernas, ¿En serio lo hice tan fuerte? ¡No soy un experto en ello!

—¿Un beso? —Sus mejillas se calentaron y al ver el vaso de agua lo tomó rápidamente para beberlo sin mirarme—. ¿Por qué me besarías?

Esa pregunta me dejó en duda al no tener una razón real y sincera, tengo dos opciones y es decir que me gusta o decir que me recuerda a mi primer amor...

·Dear Johan· [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora