Capítulo Catorce

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【Necesito tener más información pues es muy útil tener muchos puntos de vista】

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Catorceavo encuentro: Apartamento de Alexa Thomson


—¿Ya tienes más respuestas? —Apareció Kyle a mi lado de la nada.

—Probablemente si, en la entrevista de Johan, ¿Tú estabas ahí en su cabeza, Kyle?

—No. —Me respondió muy seguro de ello—. Yo me di por vencido con su mente, bloquea muchos recuerdos ahora, incluso para mí es complicado ahora entrar en su mente. Ya no es tan débil como en su momento.

—Entonces... ¿Qué pasó? Estoy confundida.

—Te lo dije, el tiene más poder de lo que sabe y por parte ese poder es mío pero sigo sin ser yo por completo, puede ser alguien con la misma capacidad que yo tengo pero sin ser tan fuerte como lo soy yo. No soy el único que a muerto indignamente en mi época, muchos niños, madres y pobres hombres como yo murieron por placer del príncipe de mi pueblo.

—Entonces debe ser algún hombre de tu época pues Luke descubrió algunos susurros de una voz masculina en la grabación de voz en la entrevista de Johan.

—Es un buen comienzo para ti, a mi no me importaría que él muriese con todo el potencial que tiene y no sabe manejar. Cuando aprenda a manejarlo tendrá este mundo y mi mundo en su poder, créeme, no sería muy bueno que tuviera el control a pesar de que me hiciera ver como un monstruo peor de lo que es él.

—Dices que eres ¿El bueno ahora?

—Siempre lo he sido. —Se tomó un momento de respiro—. Siempre he tratado de darles la venganza que necesitan las almas perdidas, pues no merecen haber muerto por algún motivo que para el asesino fue "válido", nadie me dio la muerte que deseaba, nunca pude amar ni ser amado, no tuve la vida que quería, sólo odiaba al superior mientras moría de hambre...

—Debió ser bastante duro para ti... —Puse mi cabeza en su hombro para pasar mi mano por su espalda.

Nos quedamos unos segundos así, parecían una eternidad donde había tristeza pero al mismo tiempo un momento de paz. Me di cuenta de que Kyle, no aquel ser oscuro de las sombras que con sus garras me hacía temerosa, se había vuelto algo importante para mí pues me había dado más explicaciones de las que merecía escuchar. Por las múltiples preguntas que me formuló Johan antes, valió la pena no seguir la advertencia de ignorar a Kyle, él merecía ser escuchado también y para su suerte fui yo quién lo hizo.

—¿Qué te parece si hacemos algo que te hubiera gustado hacer antes? —Hablé al fin con una pequeña sonrisa en mi cara.

—No lo sé, seguramente sería raro que salgas con un muerto a plena luz del día y que se vea como que estés hablando sola.

—¿No eres capaz de ser tangible por largo tiempo?

—Si, pero terminaría bastante cansado, probablemente no me verías hasta cierta hora de la madrugada. —Me acarició la mejilla dulcemente.

—Estoy conforme con eso, si no te molesta que esté todo el día contigo.

—No me molesta. Incluso me agrada que me des una oportunidad para demostrarte que no soy lo que te hicieron creer, Alexa. —Tomó un poco de aire y se levantó de la cama—. Me gustaría pasear un rato contigo, si te apetece.

—Claro, suena bien. —Me levanté sintiéndome algo pesada, probablemente por el embarazo así que no tengo porqué darle importancia.

Salimos de mi apartamento de camino a cualquier sitio que Kyle quisiera, es decir, no tengo una idea clara de lo que quiera hacer pero sería interesante conocerle mejor ahora que soy bastante cercana a él.

Paramos en el parque para sentarnos en una banca, cerca de las 4:30 p.m, a Kyle parecía gustarle el cálido sol de la tarde, no me puedo creer que él haya sido el causante de la casi muerte de Johan.

—Hace mucho no veía el sol, a pasado tanto que no recuerdo la última vez que respiré el aire fresco en vida. —Mencionó mientras miraba el entorno.

—Lo he notado muy bien. —Me reí un poco—. ¿Qué te gustaría hacer ahora, Kyle?

—Hablar contigo. Quiero saber más de ti.

—Creo que sabes incluso más de lo que yo sabía de mi misma.

—Aún me quedan cosas por saber, tu edad es una de ellas pues pareces tener 18.

—No estás cerca, soy una adulta de 26 años.

—Vaya que te ves joven. ¿Qué te gusta hacer además de enseñar?

—Me gusta bastante la lectura, de hecho, me hubiera encantado ser maestra de lectura crítica o lenguaje en alguna preparatoria pero... No encontré puesto o no me aceptaban al ser tan joven.

—Que lastima. —Pasó su brazo sobre mis hombros, acercándome a él—. Me gustaría escucharte algún día leyendo, me gusta tu gentil voz.

—Gracias, Kyle. —Apoyé mi cabeza sobre su pecho, lastima que no logro escuchar su latir por estar muerto hace ya varios siglos.

Lo que pude sentir fue la mano de Kyle acariciando mi cabello lentamente, que satisfacción es parecer una minina consentida en los brazos de su amo. Me siento tan celosa de que los gatos tuvieran este placer antes que yo; tan relajante que no me imagino ahora que pasaría si se detiene, su dócil mano repasando cada mechón de mi cabello corto era una sensación divina de apreciar.

Cerré mis ojos con una tranquilidad que nunca he sentido.

—¿Te quedaras dormida? —Kyle preguntó entre una corta risa. No dejó de acariciar mi cabello durante ese instante.

—Probablemente. —Respondí aun con mis ojos cerrados, me aferré a su camisa para acomodarme mejor en su pecho donde me sentía segura.

—No te quedes dormida aún, se me hará difícil cargarte después con poca energía.

—Entonces permanezcamos aquí, juntos, dormidos y tranquilos. No quiero ir a ningún sitio más ahora.

—¿Ni siquiera a tu apartamento?

—Si quieres volver para dormir en mi cama, entonces si quiero regresar.

Se rio un poco dándome un beso en la cabeza—. Vamos, creo que es mejor dormir en tu cama que en la banca de un parque.

Así, nos levantamos de regreso a mi apartamento, seguimos jugando con las líneas del suelo en el camino, compramos unas galletas de avena en una tienda y seguimos hablando un poco más hasta que llegó la noche al igual que nosotros a mi habitación.

—Sabían muy bien esas galletas de avena. —Me dirigí a la cocina.

—De seguro has hecho mejores que esas y ahora te veré haciendo una buena cena.

—Lo dices porque no puedes detectar bien el sabor de las cosas.

—No. En serio cocinas bien. —Me dio una caricia en la cabeza.

—Tal vez. —Me reí.

—No seas tan modesta, Alexa. —Me sonrió—. ¿Me dejas abrazarte? Ya que nos tenemos un poco más de confianza.

—No tienes ni porqué preguntarlo, Kyle.

Me abrazó desde atrás por mi cintura, puse mis manos sobre sus brazos y nos reímos juntos, es bastante cómodo tener a un amigo fantasma tal y como Johan tiene una novia fantasma. Me alegro de conocerle... ¿Qué pasará con Johan ahora? No le he visto en todo el día y no ha salido de su apartamento pues no tuve que cerrar su puerta al llegar o al salir con Kyle.

·Dear Johan· [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora