Capítulo Dieciocho

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〖Cada día que se aproxima me recuerda que otro se me fue siendo sólo un observador alimentando mi deseo de comer de nuevo〗

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〖Cada día que se aproxima me recuerda que otro se me fue siendo sólo un observador alimentando mi deseo de comer de nuevo〗


Dieciochoavo encuentro: Calles de la ciudad


Estoy de camino. Una luna gloriosa me observa. Ella, tan roja como la sangre que corre por mis venas con dificultad por mi falta de comida y descanso, no he dormido algunos días mientras observaba. Hoy es el día en que visitaré a Erik. Sé que está en su tienda de música favorita y estos días es donde prefiere ir para tener la tienda para él solo... No le hará mal un poco de compañía, ¿Cierto?.

Llegué a la tienda de música, los pasillos estaban vacíos exceptuando algunas personas que se irían en unos momentos pues tenían lo que buscaban. Discos de baladas y para los jóvenes un poco de reggaetón. No soy quién para juzgar los gustos musicales, me gusta el jazz suave y podría decirse que las clásicas junto algunas baladas románticas antiguas, esas son excelentes. Erik era distinto, le gustaba la electrónica, el K-Pop, el pop y algunas clásicas reconocidas de Mozart y Beethoven. Me le acerqué a sus espaldas mientras veía nuevos discos de K-Pop cuya banda no me interesa, cubrí sus ojos con mis manos y pregunté:

—¿Quién soy? —Sonreí un poco al sentir sus manos sobre las mías.

—¿Johan? —Quitó mis manos para girarse y mirarme, su expresión de alegría mostraba fácilmente que iba a abrazarme y lo hizo—. ¡Estaba preocupado por ti, gran tonto! ¿Dónde has estado todo este tiempo?

—He estado ocupado. —Le di algunas caricias en la espalda mientras me abrazaba con fuerza—. He pasado por un momento duro, tú sabes.

—¿Algo relacionado con amor? —Se separó de mí para mirarme a los ojos. Siempre me ha encantado la mirada de Erik, sus ojos de color café claro eran tan hermosos que deberían ser parte de mi colección.

—Si, Morgan y yo terminamos. —Se vuelve difícil controlar una fantasma pero no pasa nada, no es algo que yo no pueda manejar.

—Lo siento mucho por ti, ahora comprendo tu ausencia en la preparatoria. ¿Qué te parece si vamos a mi apartamento?, Así podemos estar cómodos y hablar un poco.

—Me encantaría, Erik. —Le di algunas caricias en el cabello antes de dirigirme a la salida para esperarlo.

Noté como vino apurado después de pagar algunos discos de música. Sus mejillas estaban algo acaloradas y su cuerpo estaba tenso, no podía evitar gozar mirarlo así; hace mucho no me ve y ¿Aún le gusto?. Fuimos directo a su casa mientras hablábamos un poco en el camino sobre cosas irrelevantes, cuando escuché la puerta de su casa cerrarse tras de mí, ya podía hacerme la idea de la soledad del apartamento tan espacioso, que tan sólo llevábamos la compañía de ambos mientras el perfume de su espacio se me pasaba por la mente con un bello recuerdo...

Erik dejó sus discos en su habitación durante mi recuerdo sentado en su sofá, al volver sentí su mirada puesta sobre mí, una mirada gentil que se adornaba con la pureza de aquel chico castaño, al devolverle la mirada sentí como su corazón se aceleró al instante haciéndole desviar la mirada para sentarse junto a mi sin mirarme y en silencio absoluto.

—Te noto tenso, Erik. —Mi voz se hizo profunda, sonora en el pequeño espacio de la sala de estar y mi mirada sólo podía enfocarse en la cara rojiza de Erik pues deseaba ver sus ojos de nuevo.

—¿Yo? —Se rio de sí mismo con nervios—, Claro que no. Sólo me alegro de tenerte de nuevo en mi apartamento, hace tiempo no pasabas un momento asolas conmigo en un lugar tan personal. —Me dirigió su mirada de nuevo, mostrando aquellos ojos que me fascinan junto a una sonrisa temerosa.

—Lo sé. —Me tomé la libertad de acercarme más a él—. Me agrada volver a encontrarte después de un tiempo difícil para mí, supongo que Morgan no era para mí después de todo. No me la merezco incluso después de todo... No es mía aunque la ame.

—Morgan no lo es todo, Johan. Habrá alguien que si te valore, viva o muerta pero te amará de la misma manera en que tú amas a las personas.

—¿Me das una opción? —Le sonreí gentilmente, el papel de cordero se me da bastante bien.

—Pues... —Sus mejillas se calentaron más, ya me hago una idea de lo que piensa. No hay nadie que conozca que me ame de la misma forma que lo hace él—. No estoy seguro pero es definitivo de que hay alguien allí afuera queriendo estar a tu lado a pesar de todo...

—Si ese alguien tiene unos ojos que me encantan ya sé quién es. —Tomé su mano que se tensaba intentando agarrar el material del sofá por la mente tan traicionera de él—. Erik, dime de una vez.

—¿A qué te refieres? No sé de que me hablas. —Apartó su mano y se alejó un poco de mi en el espacio sobrante del sofá mostrando los mismos nervios de antes.

—Me tomé el tiempo de saber dónde verte para esto, Erik. ¿No piensas decírmelo antes de que me decida por salir de tu apartamento?

—¡Qué quieres que te diga! ¿Qué me gustas desde que supe de ti? Que a pesar de Morgan, tu sexualidad, tus traumas. ¡Todo!... ¿Yo te amo?. —Se tomó un momento de respiro mientras se sentaba de nuevo, pues de la presión que le hice, se había puesto de pie—. ¿Eso querías escuchar, Johan?

—Si, me agrada que puedas ser honesto conmigo ahora, Erik. Incluso así. Incluso ahora. Eres importante para mí y no sé que haría sin ti.

Predije que se iría así que tomé sus muñecas para detenerlo junto a un beso en sus labios, se había quedado perplejo al separarme de su adorable rostro, incluso cuando solté sus muñecas después de ese beso de unos segundos casi eternos y maravillosos, tan sólo bajó sus manos mientras su cara se calentaba lentamente.

—¿Erik? —Sonreí un poco al ver como me miraba nervioso y avergonzado.

—¿Si, Johan? —Me respondió a los segundos pues aún seguía procesando el suceso.

Me reí un poco—. Tengo que irme pues-

—Quédate. —Pidió—. Por favor, insisto, ¿Puedes quedarte por hoy?.

Accedí pues sólo tengo que esperar hasta medianoche para actuar tal y como lo planeamos. Como lo planeé. Todo estaba yendo de acuerdo al plan. Días entre la oscuridad mientras permanecía despierto, valieron la pena por pasar esta noche con Erik.

Su pureza merece estar en mi colección junto al bello cuerpo de Jennie y la fina letra de Morgan, será uno más pero siempre será especial.

Ojalá todos los hombres fueran puros como Erik, pero le quitarían esa perfección de él que tanto lo destaca, él será mío también, un príncipe para mi castillo.





...Desearía que la emoción, la belleza, la pureza, la riqueza, la fortuna, la elegancia, el amor y la inteligencia fueran eternos...

...Tres de ocho requisitos de mi colección, la riqueza sigue en mi lista...

·Dear Johan· [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora