『 Antoni Mascherano - Fanfic 』
Camilie Morgan, hermana menor del conocido coronel Christopher Morgan.
Para el coronel Morgan, Camilie es su mayor debilidad, aquella chiquilla testaruda había ganado su corazón.
Desde el primer momento que sus mirad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Años atrás...
Capítulo 14
En la familia Morgan por generaciones se a dicho que los que portan los genes de las Bestias se enamoran una sola vez en la vida, también se decía que los Morgan no tenían niñas, la familia solo se componía por varones o lo fue hasta que ella llego.
Camilie Morgan nació en medio de una tormenta, una niña hermosa de hipnotizantes ojos grises. Hija de Alex Morgan y Sarah Harts, hermana de Christopher Morgan.
El primogénito Morgan siempre a recordado el día en el que llegó aquella chiquilla. Su madre la cargaba, su padre tenía una gran sonrisa y sus ojos brillaban como nunca había visto.
No comprendía quella emoción hasta que la vio.
Fue testigo de la primera sonrisa de la Morgan. En medio de los chillidos emocionados de Sarah, la menor sonreía viendo a su hermano.
En ese momento Christopher Morgan se enamoro de su pequeña hermana y Camilie Morgan se enamoro de su hermano mayor.
Ha donde fuera ella, el iba detrás. Ha donde el iba, ella lo seguía.
El lazo de hermandad que los unía sorprendió mucho a los mayores, y esque jamás habían visto a Christopher tan protector como lo era con su hermana.
Al Morgan le asqueaba que tocaran a su hermana, odiaba que la despertatan. Para el, los "caprichos" de su pequeña hermana eran ley. Lo que ella quisiera el lo conseguía y se lo entregaba con una sonrisa en el rostro que solo dibujaba para ella.
Camilie Morgan era una maldita diosa que debía ser tratada como tal y pobre de aquel que se atreviera a lastimarla.
Por eso estaba esperando en su coche, en medio de la oscuridad, afuera del asqueroso bar en el que el maricon de David se encontraba.
Dio una profunda calada al cigarro al ver al rubio salir a tropezones del bar.
El idiota había creído que tenía poder sobre ella, intento alejarla de él, sin saber que su hermana sabía jugar mucho mejor que cualquiera.
Tomo el arma a su lado bajando del coche, escondio el arma a su espalda llendo hacia el rubio que balbucear tratando de encontrar las llaves de su auto.
Sonrió, dando otra calada al cigarro.
—David.
El rubio giro con el ceño fruncido, mirándolo con confusión.
—Cuañadito.— aquellas palabras hicieron que soltara un bufido — ¿Que haces aquí? ¿Esta Cami contigo?
<<Suficiente>>
El rubio no pudo reaccionar, el Morgan se fue sobre el tomándolo del cuello.
—¡Sueltame Christopher! — chillo — ¿Que mierda haces? — dio otra calada al cigarro.
—Es mía. — gruño
El chico palidecio. Mucho se decía sobre los hermanos Morgan. Que Christopher estaba obsesionado con ella, que ambos mantenían una relación oculta. Se decia que el había matado a todos los pretendientes, que su hermana destruía a aquellas que lo tocaban.
¿La verdad? Estaban enamorados del otro, pero no de la manera que todos creían. Ella era su hermana, su luz. El era su hermano, su protector.
David había intentado lo que muchos y como ellos había perdido.
Soltó el humo del cigarro y con una sonrisa lo preciono contra la frente del rubio, este grito y pataleo tratando de moverlo
—Deviste mantener los ojos en otro lado. — saco el arma, apuntando al rostro
—No. No, no. ¡Por favor!
Vacío el cartucho en su rostro, suspiro satisfecho.
El recuerdo del rubio levantando la mano a su hermana lo hacía temblar de rabia.
—Fuiste más idiota que los demás.
Regreso a su coche, subiendo con tranquilidad, acelero pasando a un lado del cuerpo rodeado de sangre, cargo el arma nuevamente y apunto al coche.
Las llamas aparecieron, consumiendo el cuerpo del rubio.
Acelero haciendo rugir el motor.
Nuevamente, entre la oscuridad de la noche, solo la luna fue testigo de otra muerte en manos de la bestia en honor a su sangre.
