Aquella rubia llega a Beacon Hills dónde conoce a una persona que hará sus sentimientos volverse locos.
Odio.
Tristeza
Y amor.
Pero, eso no es todo. La rubia también hará que aquella chica se vuelva loca, la tristeza y el amor serán más fuerte que e...
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You are an idiot
Rachel Raeken
Tosi. Intente levantarme de la cama pero las manos de alguien volvieron a recostarme.
Mire al rededor encontrándome con Cora que solo me miró antes de suspirar.
—¿Ahora te dedicas a cuidar? —dije. Ella chasqueo la lengua antes de sentarse alado de mi.—
—No te ilusiones rubia. —dijo sentandose alado de mi.— Todavía no tengo lo que quiero, así que aún no puedes morirte.
La mire antes de rodar los ojos mientras ella sonreía burlona. Suspiré
—¿Y que es lo que quieres de mi? —dije. Me recosté estando sentada un poco.—
Ella me miró. Su mirada joder, era tan penetrante que odiaba cuando me miraba.
Ella se acercó a mi dejando sus manos en mi muslos. Tragué en cuanto sentí que se acercó a mis labios antes de sonreír.
—Muchas cosas Rubia. -dijo. Mire sus labios antes de volver su vista a sus ojos.— pero aún no es el tiempo.
—Te demandaré por acoso. —dije sacándole una sonrisa.— y te meteré a la cárcel, si no sabes nos llevamos cinco años.
Ella se quedó quieta antes de sonreír levantándose. Relamí mis labios antes de soltar un suspiro
—Si claro, haré que te creo
—¿Te acostaste con Gabriela verdad? —solté. Ella se colocó su blusa, joder apenas me di cuenta que andaba sin blusa.— Digo, no es de mi incumbencia pero te recuerdo que es cuatro años menor que tú.
—Tranquila rubia que no volveré a tocar a tu amiga, me equivoqué de amiga.
Bufé. Ella me sonrió antes de salir del cuarto dejandome en un silencio horrendo.
「」『🌷』「」
Suspiré. Mire mi nuevo apartamento, el departamento debajo del loft de los hale.
Camine hacia la cocina viendo, todo era muy bonito a decir verdad y grande.
Voltee y me fui para atrás en cuanto un perro me ladro. Grite mientras el perro seguía ladrando.
—Vamos rubia, ¿Te da miedo un perro?
Mire a Cora que rio mientras acariciaba al pitbull que me ladraba. Suspiré mirándola enojada
—Joder tía, ¿que mierda te pasa en la cabeza? ¡Es que eres una gilipollas! ¿Que acaso no te das cuenta? ¡Quita, quita! —grité en cuanto el perro volvió a lanzarse.—Ahg.
—¿Cuántas veces me has dicho ya gilipollas? —dijo mirando al perro que me miraba solo que sin ladrar.-—
—¡Las veces que sean necesarias! ¡Quítame este perro de aquí! —grité.—
