Mientras tanto en el hotel donde está mi padre, él juega felizmente con Susi mientras Agustín duerme, al terminar de jugar va a ver cómo está la pequeña, se da cuenta de que está tranquilo, al volver decide prender la televisión y se da cuenta de que llego a la ciudad una feria de juegos. Apaga la televisión y Susi le mira tiernamente y pregunta:
— Abuelito, ¿Podemos ir? (Pone cara triste)
— Mm, no sé si será lo correcto, pero bueno vamos
Al decir eso salen del piso y se dirigen al estacionamiento del hotel, al llegar encuentra su viejo Audi Coupé GT de 1986, busca las llaves en su pantalón, al encontrarlas se acerca a abrir las puertas y Susi entra muy feliz, salen rápido en dirección a la calle, al seguir manejando empiezan a contar las monedas, sigue manejando, pasan los minutos y llegan a la ubicación de la feria, buscan dónde estacionar, al bajarse empieza a saltar de la felicidad y Roberto le toma la mano para no separarse, al entrar paga las entradas, siguen caminando y miran muchos juegos, (la montaña rusa, los carritos chocones, pegarle al topo, etc.). La niña pide algodón después de comerlo, pide subir a la montaña rusa, se suben y dan muchas vueltas gritando de emoción, al salir toda enérgica va a hacer fila para entrar a los carritos chocones, ya estando dentro empiezan a jugar, después de varios minutos de juego salen, después van a un carrito para comer maní tostado, ve la hora y eran las 18:38 pm, al ver la hora se retiran al estacionamiento, cuando llegan, se suben rápido al auto y salen del lugar, va manejando tranquilamente, al parar en un semáforo le pregunta a Susi:
— Mi pequeña Susi, ¿Cómo lo pasaste hoy?
— Superbién abuelo, quiero volver algún otro día
— Sería genial poder hacerlo.
Al terminar de decir eso el semáforo cambia de color, Roberto continúa manejando hasta llegar a otro semáforo:
— Opino que para la próxima vuelta traigamos a tu padre
— Sii, qué gran idea abuelo, así podemos pasar tiempo con él
— Porque dice eso, ¿No pasas mucho tiempo con él?
— La verdad no mucho, ya que se la pasa más en su trabajo. (Lo dice con voz triste).
Al cambiar nuevamente de color, empieza a acelerar para llegar a tiempo al hotel y ver a Agustín, pasa de 40 km/h a 120 km/h, al acelerar de la nada aparece, se atraviesa una camioneta roja, trata de esquivarla, pero al hacerlo chocan contra un poste. Despierta en una ambulancia camino al hospital, siente que falta algo, se da cuenta de que no siente la mitad del cuerpo, al reaccionar asustado, mira a una paramédica revisando la cantidad de suero, que va hacia la sangre, después mira a su otro lado y un paramédico le dice:
— Señor tranquilo, usted está bien, no se asuste
— Mi nieta, donde está mi nieta
— Señor, cálmese, ya llegaremos al hospital.
El paramédico le coloca un calmante para que pueda dormir, al llegar al hospital salen con la camilla corriendo a la sala de operaciones, al llegar, aparece un grupo de expertos y proceden a cortar, luego de media hora terminado todo, lo envían a una sala para que guarde reposo.
Al despertar mira a todos lados y ve que está en el hospital, se ve las manos, todo estaba bien, pero al revisarse el resto del cuerpo nota que no tiene sus piernas, aparece una de las enfermeras y llama a un doctor, luego de unos minutos aparece el doctor Carlos Rodríguez Vega, era el jefe a cargo de la operación, cuando lo ve Roberto, inmediatamente le pregunta:
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Onírico
RandomJefferson Betancourt es dueño de un hospital infantil (Necker), perdió a su esposa muy joven por lo cual nunca pudieron tener un hijo, sufre una noche la pérdida de su casa, al intoxicarse con el humo cae al hospital donde empieza a vivir muchas cos...