Onírico

Agustín y su padre

      Mientras tanto en París: Agustín llegó a las 13:30 pm a su destino, al bajarse del avión vio un cartel que decía:

           "Bienvenido Pequeño Agustín"

         Emocionado fue corriendo a ver quiénes eran y era su nueva mamá con su nueva hermanita, su nuevo abuelito, él estaba superfeliz de verlos, les dijo cómo estuvo su viaje. María abraza muy fuerte a Agustín y le dice:

        —Tranquilo, nosotros te cuidaremos.

    Después rápidamente se presenta y dice:

         —Yo soy María, tu nueva mamá, ella es Susana, tu nueva hermanita y él es Roberto, tu nuevo Abuelito.

        Luego de presentarse cada uno se retiraron del aeropuerto a casa en un Audi R4 blindado de color blanco, en el viaje Agustín no paraba de asombrarse con lo hermoso que es París, lugar que miraba por la ventana, colocaba una cara de felicidad, luego de unos 60 minutos de viaje por fin María dice:

        —Estamos llegando a casa

        —Qué genial (Dice emocionado)

      Al llegar estaba sorprendido porque tenía un enorme jardín, al cruzar el portón de acero, Agustín ve en la entrada de la puerta dos hombres muy armados, 8 hombres dando vueltas por el jardín, todos tenían chalecos antibalas. María al bajarse del auto abre la puerta a Agustín, después caminan tomados de la mano hacia la entrada de la casa, los guardias saludan cordialmente a María, Agustín ansioso entro corriendo para conocer por dentro la casa, luego de un largo rato llega a la cocina en la cual encuentra comida por montones, aparece María y le dice con voz dulce:

         —Agustín, hijo mío, te voy a preparar algo rico para comer

         Ese mismo día en Londres, Jefferson está comiendo comida enlatada, pensando en cómo organizar, crear y ejecutar su venganza para así poder llenar ese hueco que tenía por esos imbéciles que casi lo separan de su familia, pasaron los días preparo su ropa elegante, aceito su arma con un trapo viejo, después busca en su libreta con las direcciones de los lugares que frecuentan: Calle los laureles con las rosas 43, Calle los trapenses con los gladiolos 87.

        Salí del hotel, toma un taxi que encuentra afuera y le dice al taxista que necesita ir a los laureles con las rosas 43, me miro y se puso en marcha, por el camino me pregunto si era francés le asentí con la cabeza de que sí, llegamos rápido me dijo son 20 libras, le pague y me baje del auto, espere debajo de una garita eran las 17:10 pm, vi una cafetería entre a pedir un café negro y seguí esperando, miro el reloj eran las 18:00 pm, veo un auto rojo, marca Chevrolet del cual se bajó uno de los tipos, entro a la puerta de un edificio, en ese momento me levante rápido de mi asiento para cruzar la calle y seguirlo, abrí la misma puerta, mientras empuñaba mi arma, apuntando en la oscuridad, busco rápido un interruptor de luz al encenderlo miro al frente y lo veo correr hasta detrás de unas cajas, empiezo a disparar rápido, pero el muy desgraciado logra esquivar las balas, él se va rápido a otro cuarto, donde se da cuenta de que no tiene salida, mea cerco lentamente apuntándole, le grito date vuelta y le pregunto con ira ¿Te acuerdas de esa vez que me disparaste?. Yo a diferencia tuya no fallo, jale el gatillo y del cañón salió la bala que viajaba rápido en dirección a su barriga atravesando las paredes de su estómago con fuerza mientras, votaba sangre de su boca, me acerco lentamente a él para preguntarle ¿Por qué quería matarme?, él me responde:

         —Solo seguí las órdenes del jefe para poder irme libre a buscar a mi hijo Agustín, porque su padrastro lo maltrataba, la miré a los ojos y le dije mostrándole una foto de Agustín, ¿Este es tu hijo?, él me mira mientras trataba de no asfixiarse con su propia sangre y dice con la respiración cortada que sí.