Al haber salido de la casa con mis hijos, empecé a conducir hacia donde estaba mi padre, ya entrando a la zona urbanizada, me estacione en la orilla, prendí mi teléfono y lo llame:
—Hola, papá, ¿Cómo estás?
—Hola, hijo, estoy bien, ¿y tú? ¿Dime en que puedo ayudarte?
—Iré al grano, necesito que cuides de tus nietas unos días.
—Claro, no tengo problema, tráelas al hotel ibis Budget.
—Gracias, papá.
Corto la llamada, veo el retrovisor para saber cómo estaba Susi y Agustín, luego sigo conduciendo, de camino pasamos a un restaurante a comer algo, al entrar pido:
—Muy buenos días ¿Cuál es el menú del día?
—Muy buenos, bienvenidos al restaurante Terra, el menú es:
-Plato de entrada: Es sopa casera.
-Plato principal: Espaguetis con salsa de champiñones y jamón o filete pescado en una guarnición de ensalada
-Postre: Helado de chocolate negro cubierto con crema.
—¿Cuánto sale eso para tres personas?
—Un adulto sale 18 euros y 13 euros por niños, ¿También tenemos un menú infantil para niños?
—¿Cuánto sale ese menú?
—Sale 8 euros por niño, se compone de una hamburguesa, una buena cantidad de papas fritas y un vaso mediano de bebida, de postre una rebanada de pastel de manzana.
—Muy bien quiero el menú de hoy y dos menús infantiles
—Excelente elección sería 34 euros, en 7 minutos más estaría listo su pedido, ¿Paga con tarjeta o efectivo?
—Efectivo, muchas gracias
Después de pagar nos dirigimos a una mesa para poder esperar tranquilos nuestra comida, al sentarnos Susi mira una silla vacía y dice:
—Papá extraño a mamá
—Lo sé hija, yo igual, pero te prometo que daré con el culpable de todo esto
—Gracias, papá, pero quiero que hagas sufrir al culpable.
Al escuchar eso mi mente se congeló y trato de analizar cada una de esas palabras, luego aparece el garzón con nuestro pedido, empezamos a comer y tratar de relajarnos, cuando terminamos de comer nos levantamos y despedimos a los encargados, deje una propina de 200 euros. Salimos del lugar y nos subimos al auto para seguir nuestro camino, después de más de 2 horas de viaje, llegamos al hotel, veo la hora era la 13:55 pm, entramos a recepción y pregunto:
—Buenas tardes, señorita Andrea ¿En qué habitación está Roberto Betancourt Fernández?
—Señor Jefferson Betancourt ¿Cierto? Roberto está en la habitación 7, piso 8
—Si el mismo, muchas gracias, señorita.
Entro al ascensor más cercano y marco el piso 8, luego de unos cortos minutos llego y al salir con las niñas buscamos la habitación, al encontrarla toco la puerta fuerte, abre mi padre quien me abraza fuertemente y me da el pésame, luego me invita entrar.
Al estar adentro dejamos, los dejamos mirando televisión mientras vamos a la cocina a conversar, le cuento que necesito que cuide de Agustín y de Susanita porque iré en busca del tipo que mato a mi esposa, él me mira asombrado diciéndome:
—Hijo, estás seguro, ese tipo es un hombre muy peligroso
—¿Qué sabes de él?
—Eehm, ten esta tarjeta, ve a esa dirección, encontraras a los padres de Leonardo, ten igual esta foto de ellos, interrógalos y lograras saber mucha información de él, al igual es muy conocido en el pueblo, pero solo se cuentan rumores, así que no te fíes
—Muchas gracias, papá, te encargo los encargos
—Sí, no te preocupes, estoy armado hasta los dientes
Al escuchar esas últimas palabras me retiro del lugar, al entrar al ascensor bajo lentamente a la planta y me despido de Andrea, después al subirme al auto, veo la tarjeta que tenía escrito:
"Restaurante Baranaan, abierto desde las 00:00 pm hasta las 5:00 am".
Después miro la fotografía, la los objetivos, aparee una mujer de unos 60 años aproximadamente, vestida con un chaleco gris, una bufanda roja, la clásica falda negra y unos zapatos negros, el hombre se veía de unos 68 años, con una boina negra, unos lentes de marco muy fino, una Bufanda roja a cuadros, tenía puesto un ambo gris, pantalones de tela café claro y zapatos negros. Guardo la foto junto a la tarjeta en un sobre y los dejo en la guantera para salir rápido y no levantar sospechas.
Estando lejos manejo un poco más rápido para llegar a casa de Gustavo, después de mucho rato conduciendo me detengo a descansar un rato, al estar en la orilla de la carretera veo pasar un Mercedes Benz negro, el cual se detiene delante de mí, se bajan 3 tipos de estatura promedio con fierros en las manos, tocan mi puerta exigiéndome bajar del auto, al salir uno de los tipos me apunta al cuello con un cuchillo que saca de su chaqueta, rápidamente agarro su muñeca y la tuerzo, después con fuerza le doy una patada en el estómago, el tipo bota el cuchillo y queda en el suelo quejándose del dolor. Aparece un segundo tipo a golpearme con un fierro, lo detengo con el brazo y saco de mi terno un abre cartas que se lo entierro en el hombro, al caer le hago presión con el pie en donde está la daga, grita de dolor muy fuerte, el tercero me trata de atacar por la espalda, al girarme le doy un empujón con el pie el pecho, él cae hacia mi auto, lo agarro de la cabeza y empiezo a golpearle con la puerta del auto, al ver al tipo en el suelo tomo el fierro que tenía su compañero, empiezo a pegarle en la espalda. Al terminar me arreglo mi chaqueta, subo al auto y sigo manejando hasta llegar a la casa.
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Onírico
AléatoireJefferson Betancourt es dueño de un hospital infantil (Necker), perdió a su esposa muy joven por lo cual nunca pudieron tener un hijo, sufre una noche la pérdida de su casa, al intoxicarse con el humo cae al hospital donde empieza a vivir muchas cos...