Confesando los pecados

0 0 0
                                    

         Tras no poder dormir por la noticia, me levanté en la mañana tenía un mal presentimiento, pero no le di importancia, ya que por fin llego el día tan esperado, me levanto, el reloj de la pared marcaba las 7:55 am, despierto a los demás para que se levanten y empezamos a empacar todo, ya preparados bajamos en grupo al primer piso, al llegar me despido de la recepcionista y agradezco la atención, nos retiramos a la calle, empezamos a subir todo a los autos, al estar bien preparados empezamos a movernos con cuidado, pero antes debía pasar a al banco, le digo al chofer, la nueva dirección, empezamos a recorrer las calles principales hasta llegar a una plaza, al bajarme veo el banco central del pueblo, entro y me presento:

       — Muy buenos días, soy Jefferson Betancourt Sánchez

       — Wao, muy buenos días, señor, que lo trae por este lugar

       — Necesito retirar todo mi dinero

      — ¿Todo?

     — Sí, escucho bien

    — Señor, está seguro

   — Si señorita.

         Le entrego mi tarjeta de cuenta junto a mi carte D' identité, rápidamente empiezan a correr entre varios grupos de trabajadores con mucho dinero en los brazos, empiezan a amontonarlo y contarlo rápidamente en una máquina, luego de 20 minutos me entregan 30 millones en fajos de 1 000 euros, los voy acomodando y contando, al estar asegurado los voy guardando en un bolso y un maletín, me despido de todos y agradezco por el servicio.

       Al salir nos subimos y digo al chofer:

       — Necesito ir al hotel ibis Budget

      — Enseguida jefe.

        Nos movemos y seguimos nuestro trayecto, luego del viaje, por fin llegamos, al estacionarse, me bajo con un guarda espaldas que tenía el bolso con dinero, entramos al hotel y le digo al de recepción en turno:

      — Muy buenas tardes, necesito subir al piso 8.

      — Muy bien, adelante, el ascensor está al fondo a su izquierda

     — Muy amable.

       Al entrar presiono el botón 8, luego de unos segundos llegamos y empezamos a buscar la habitación de donde puede estar Agustín, mientras caminamos escuchó la dulce voz de una mujer cantándole a un niño para que duerma, me detengo y veo la habitación 9, toco la puerta y nos escondemos en un basurero grande con ropa que estaba en el pasillo, con la tapa entre abierta, veo que sale una mujer con Agustín de la mano, se dan cuenta de que no había nadie y se entran. Salimos del escondite y dejamos el dinero en la puerta, saco mi agenda y escribo:

"Soy Jefferson, nunca nos conocimos personalmente, pero te encargo que cuides de mi hijo, te dejo en el maletín y en el bolso un total de 10 millones de euros para que compres todo lo que necesite, confió en que cuidaras bien de él".

       Tocamos la puerta y salimos corriendo del lugar lo más rápido posible, al bajar escucho cómo abren, llegamos al primer piso, me retiro del lugar con pequeñas lágrimas que caían de mis ojos, mientras me preguntaba en mi mente, ¿Por qué tuve que despedirme así de mi príncipe?, sé que lo hice por su bien, para que crezca lejos del oscuro mundo en el cual vivo, que no sufra lo que sufrió Susi, cuando se enteró de que sus padres tenían una doble vida gracias a un oscuro pasado, desde niño mi padre me entreno como si fuera una máquina de matar, me hizo aprender 4 idiomas, tener cinturón negro en Judo y Karate, al terminar toda mi enseñanza logre entender que el propósito de tanto sufrimiento era por mi bien para poder defenderme el día de mañana.

OníricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora