La verdad de todo

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            Despierto y miro a mi alrededor, me doy cuenta de que estoy en el mismo hospital de mis sueños, aparece desde una esquina una enfermera sorprendida a hablarme:

         — Don Jefferson, ¿Está usted bien?

       — Si señorita, ¿Qué me paso?

      — Don Jefferson Alfonso Betancourt Sánchez usted llegó a este hospital porque presento una contusión severa en la zona derecha de la cabeza, lo cual le produjo un coma.

     — ¿Cuánto tiempo he estado en coma?

     — 2 años, señor.

     — ¿Qué año es hoy?

     — Es el 2010 para ser más exactos es el día 10/05/2010, son las  19:50 pm

     — Muchas gracias, señorita.

         Al escuchar eso me miro las manos, la enfermera me muestra unas tarjetas con números y letras, me pide que diga lo que hay en cada una, al responder todo bien, se acerca y con una linterna me apunta a los ojos y pide que los mueva de izquierda a derecha, al hacerlo me mira mientras se retira sus guantes y dice:

      — Está todo en orden

     — Excelente, ¿Ya me puedo retirar?

     — No se puede, ya que primero debo tomarte exámenes de sangre y rayos x para ver cómo está su cerebro, ahora, según los primeros exámenes, su cerebro sufrió un leve trauma a sique, ahora debemos examinar nuevamente para ver si todo está cómo antes o hubo algún cambio, a sique me debe esperar aquí, voy y vuelvo.

       La enfermera se retira de la sala, para ir en busca de una jeringas y tubos. Al estar solo aproveché para escaparme por la ventana, hasta que al llegar a la orilla me di cuenta de que estaba en el 5.º piso, retrocedo, veo mi ropa colgada en un perchero, me cambio rápido y me pongo a correr al ascensor más cercano, ya dentro marco el piso 1, al llegar a planta después de unos minutos, salgo por el pasillo principal del hospital lentamente sin levantar sospechas, estando afuera del hospital, busco mi teléfono en los bolsillos y marco a un taxi, reviso mi otro bolsillo y encontré un fajo de billetes, luego de 5 minutos de espera llega el taxi, me subo y escucho la sirena adentro del hospital, a las enfermeras gritando que se escapó un paciente, después de escuchar eso le ordeno al taxista acelerar, al salir del lugar le digo donde ir, tras trascurrir una hora de viaje, llego a mi casa, le pago al chofer con la mitad del fajo mientras le digo: 

     Te daré el pago por la carrera, pero también te daré un poco más a cambio de tu silencio ¿Entendido? 

       Entendido, señor, seré una tumba.

         El joven al ver la cantidad de dinero, se emociona y sonríe muy feliz, se baja y me abre la puerta, le agradezco por la amabilidad, al salir corro a mi casa, entro y veo el piso de madera, las paredes blancas con una leve capa de polvo, veo una escalera caracol que da al segundo piso, empiezo a subir, al llegar veo mi vieja cama me tiro encima y veo el reloj que marca las 20:30 pm, descanso un rato, después al levantarme camino por un pasillo mientras veo las paredes con fotos de mi esposa juntos en la playa, me dirijo al baño para lavarme los dientes, estando a dentro me veo al espejo, estaba flaco, con una barba mediana, el pelo largo, la mirada cansada, me lavo los dientes, acto seguido coloco un tapón y junto agua en el lavamanos, agarro la tijera de baño junto al rastrillo y me empiezo a afeitar. Cuando termino, salgo y me dirijo a mi cama para dormir.

        Al despertar la mañana siguiente, me refriego los ojos, tomo el despertador que marca las 11:15 am, tiro las sábanas de la cama y me levanto para dirigirme al enorme ventanal que muestra toda la ciudad, después de un rato observando me voy al baño y me saco la ropa, al estar desnudo me miro al enorme espejo de la pared y veo realmente lo delgado que estoy después de no haber comido bien en el hospital, me paso las manos por el pelo, siento algo de textura rugosa, me acerco al espejo y busco otro espejo, trato de encontrar lo que era, cuando lo logro me doy cuenta de que tenía un enorme parche, luego me meto a la ducha, abro la llave y mientras corre el agua tibia por mi cuerpo, me pongo a pensar en todo lo que soñé y cómo fue que me golpeé la cabeza, me doy cuenta de cómo mis sueños de tener una familia se derrumbaron con la muerte de mi amada esposa, al terminar salgo en dirección a mi habitación, busco el traje perfecto en mi enorme armario (4 metros de ancho por 3 metros de alto), al vestirme empiezo a bajar las escaleras y voy a la sala principal, al llegar camino a sentarme en uno de los sillones de cuero, pero tropiezo con una escultura en bronce de la cabeza de Julio Cesar, al agarrarla me doy cuenta de que tiene Sangre, me siento y miro la mesa de centro hecha de mármol, donde está mi botella de whisky añejado de 24 años y mi paquete de cigarros, junto a unas cartas sin abrir, dejo en la mesa la escultura, después levanto la mirada y veo el cuadro de mi esposa pintado al óleo, vestida de negro con el collar de diamantes blanco y rubíes color azul que le regale por el cuarto aniversario de bodas, su piel blanca, sus labios rojos y sus ojos cafés con esa mirada perfecta, me sirvo un vaso, mientras de mis ojos caen lágrimas, lo levanto y digo:

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