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German Calle estaba preocupado, su niñita tenía pareja y aún no se hacía la idea, su lado sobreprotector salió ala luz en cuanto esucho que la chica tenía novia. Él tenía un plan para alejar a esa mujer de su bebé, le diría algo vergonzoso sobre Daniela para que saliera huyendo.

- ¿Le digo que moja su cama? No, sería demasiado- se susurro a él mismo- ¿y si le digo que es una drogadicta? Eso la alejaría de inmediato.

Con una sonrisa decidió que esa era una buena opción, era obvio que esa chica se alejaría apenas él le contara que su hija era adicta a toda clase hierbas y pastillas, estaba dispuesto a todo con tal de que su pequeña no se vaya aún.

Domingo 1:37 a.m.

Daniela y sus amigas estaban en la habitación de la anterior mencionada buscando la ropa perfecta para que conozca a su "suegro" Laura le mostraba varios atuendo pero las otras tres negaban.

- ¡Coño, nada les gusta! - lala estaba perdiendo la paciensa, si su amiga no decidía en los próximos minutos agarraria su ropa, se la metería por el culo y se largaria de ahí

- Los jeans nunca fallan, con una chaqueta de jean y una camiseta Blanca la armas.

- Eso me gusta - dijo Daniela lo que hizo molestar a Laura, ese fue el primer outfit que le mostro pero la chica dijo "demasiado casual" tomo las prendas y se las arrojó a la cara

- Estupida, hubieras dicho eso desde el principio.

- Estoy nerviosa, perdón, lala.

- Ya, voy por un vaso de agua.

La chica salió enojada, de verdad necesitaba refrescarse.

- Bueno, ve a la ducha, lávate el culazo y arreglate, ahorita subo para ayudarte con tu pelo.

Kim y Juli bajaron también dejando a la castaña sola, la chica soltó un suspiro y arrastrando los pies fue ala regadera, iba a ser un largo día.

40 minutos después Daniela ya estaba arreglada, solo faltaba terminar de maquillarse y que Juli le termine de hacer ondas de el cabello. Mientras tanto en la planta baja las amigas de la castaña hablaban con su hermana, le intentaban describir a María José.

Minutos después el tiembre de la casa sonó y rápidamente el papá fue a abrir, detrás de la puerta estaba una chica vestida en su mayoria del color negro, chaqueta negra, pantalón negro, tenis negros y camisa gris, Germán no entendía los gustos de su hija.

- Hola, ¿esta Daniela?

- Sí, ¿quién eres?

- María José, su novia.

Mafe de inmediato quito a su esposo de la puerta al oír que era la novia de su hija.

- Hola, cariño, pasa, estás en tu casa - la señora abrió la puerta para dejarla entrar, Poché le sonrio

- Muchas gracias.

- Enseguida le hablo, siéntate - Poché asintió con una sonrisa, la señora era un amor

- a Daniela le gusta el crack - solto Germán sin detenerse a pensar en lo que decía

Las tres chicas en la sala abrieron sus ojos como plato, Laura se llevó las manos ala cabeza, horrorizada, Kim se comenzó a reír y juliana fue por su papá, rápido lo apartó de la chica quien parecía estar en shock.

- Ignoralo, ha tenido síntomas de demencia, no sabe lo que dice.

- ¡Juliana!

María José parpadio varias veces, confundida, soltó una pequeña risa y se sentó en la espera de Daniela lo cual no tardó mucho, máximo fueron 5 minutos los que espero, la chica bajo junto a su amiga y madre, estaba preciosa pero era obvio que no se lo iba a decir. Poché se levanto y fue a su encuentro, sus fosas nasales se llenaron de ese delicioso olor a vainilla y no pudo avitar cerrar los ojos.

- Bueno, ya vámonos, mi papá nos está esperando - le dijo y dio media vuelta para salir, Calle se despidió de sus amigas y familia y fue detrás de ella

Se montó en el puesto del copiloto,  cerró su puerta y se puso el cinturón, Poché arranco segundos después. El camino fue algo incómodo, ninguna hablo, Poché no quería y no tenia ganas de hablar de nada y Calle no sabia que decir. María José miraba el camino y Daniela la ventana. De verdad fue incómodo.

Unos 15 minutos después estaban enfrente de una casa color café oscuro, era grande y lucia muy elegante.

- Perdón si te llegan a incomodar, mi papá es muy cariñoso y no me sorprendería que te abrazara y mi hermana es peor. Son muy tiernos, solo quería que lo supieras.

Una mirada diferente le dio, una de disculpas, ya no era fría ni de enojo, eso le agradó pero inmediatamente llevo sus manos ala cara de la chica para ver si tenía temperatura, estaba disculpándose  de algo que un no pasaba, eso era muy raro.

María José volvió a su típica mirada de enojo - Quita tus asquerosas manos de mi cara, no tengo tiempo para esto.

Empujo sus manos de un manotazo y salió del auto, Calle se quejó y fue detrás de ella.

- Oye, lo siento y sobre lo de tu familia no importa, me sentiré menos nerviosa si me tratan bien.

Poché sonrio levemente y camino hacia la puerta para abrirla, dejo pasar a Calle primero y luego de que ella misma entrara la cerro. La casa era linda, el color blanco y gris inundaban, había ciertos toques de azul en el suelo, en las paredes habían muchas fotografías y varios cuadros. Tenían buen gusto.

- Siéntate, vamos a esperarlos.

Calle asintió y fue al sillón café, la mesita del centro de cristal tenía una pequeña planta, le dio ternura. Literalmente después de que terminara de ver la planta se escucharon ruidos en la planta alta y luego se escucharon pisadas en las escaleras, su puso nerviosa y volteo a ver, una chica y un pug bajaban rápidamente, la chica era muy parecida a María José, era como su doble, el perrito era tan adorable que sus ojos no se despegaron de él.

- ¡Pochas! - la chica se lanzó sobre María José y ella la envolvió con sus brazos, tenía una sonrisa completa, no pequeña ni a medias, completa que hasta podía ver sus dientes, sin duda su sonrisa era hermosa.

- Hola, Vale - se separaron y María José miró a Calle - yo... te presento a mi hermana, Daniela, ella es Valentina.

Calle se levantó deprisa cuando la chica soltó a Poché y volteo hacia ella, Calle levantó su mano para saludarla pero la chica le dio un pequeño abrazo

- ¿De dónde la conseguiste, Poché? ¡Es hermosa! - la chica se separó - Soy Valentina, y este de aquí es Ramón.

Ambas voltearon a ver al perrito que intentaba escalar las piernas de María José para que lo acariciara, Poché se puso de cuclillas y jugó con él.

- Yo soy Daniela, un gusto.

- El gusto es mío, hace tanto que no le veía una novia a Poché que creí que sería una eterna solterona.

Calle se río de eso pero se le borró la sonrisa al ver la mirada de enojo de Poché.

- ¿Como te enamoraste de esta gruñona? Es una amargada - Valentina le dio un beso en la mejilla a su hermana pero esta se separó y se limpió el beso - ¿ves? Una gruñona. Ahorita regresó, voy por mi papá.

Calle volvió a ponerse nerviosa, era la hora de conocer al papá y aún no sabía como actuar o que decir frente al señor.

- Bueno eh ¿Poché?

- Es un apodo, me lo puso cuando éramos niñas, una larga historia - le explico y luego frunció el ceño- ni se te ocurra llamarme así en la universidad.

- ¿Puedo decirte así cuando solo estemos las dos?

Poché lo penso pero al final termino asintiendo - Solo tú, nadie más.

Las pisadas en las escaleras llamaron la atención de las dos chicas quienes voltearon, un hombre bajaba las miraba con una sonrisita.

- Perdón la demora, soy Juan Carlos, el papá Poché.

Estas semanas que vienen estaré tardando un poco en actualizar, besos.

Mi Novia FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora