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Los últimos días habían pasado volando para Daniela, María José había ido diariamente a su trabaja, se quedaba ahí esta qué terminará y la acompañaba a su casa, ella de verdad era una buena novia y aunque aveces no sabía como actuar siempre se dejaba llevar por lo que sentía, y por supuesto Daniela estaba más que encantada, amaba como la chica dejo lado su carácter frío por ella. Era demaciado para su corazón.

Ahora mismo ya era hora de ir a la universidad y Daniela se encontraba esperando a Maria José, esta última quería llegar con ella para que todos vieran qué era su novia y no debías acercarse demaciado.

El auto de Poché se estaciono enfrente de ella y bajo la ventana, tenía una pequeña sonrisa.

- Hola, ¿estas lista, mi pequeña?

- Claro, ¿no vas a abrime la puerta? - pregunto con su manos en su cadera y una sonrisa coqueta

- ¿Porque? Tienes dos manos en perfecto estado. - bromio y rápido se bajó para rodear el coche y abrir la puerta - corre, vamos a llegar tarde.

- Es temprano aun, no exageres . - dijo deteniendose antes de entrar al auto y se volteo para verla

- Entonces creo que tenemos tiempo de saludarnos bien - comento insinúante y con rapidez le rodeo la cintura - no tienes idea de lo preciosa que te vez, de verdad - su rostro se había ocultado en el cuello de Calle para oler su delicioso olor a vainilla

Daniela sintió sus piernas fallar, tener ala chica tan cerca no era bueno, sentía a sus hormonas revolverse y crear una sensación rara en su estómago.

- Tu te vez el doble de guapa, y muy muy sexy.

- Pero no se puede comprar con tu hermosura, muero porque todos esos idiotas sepan que eres mía - La chica recorría su cuello con la nariz y Daniela no hacía nada más que acariciar su espalda

- No seas tan pocesiva, ¿si sabes que tengo amigos honbres, no?

- Sebastián no cuenta - por fin se separó y la vio - el quiere algo más contigo y no puedo evitar sentir cosas raras. Solo, no estés tan cerca de él, ¿si?

- No puedes pedirme eso, es mi amigo y me a ayudado mucho, no puedo simplemente dejar de hablarle o ponerme cortante.

Los ojos de Maria José ardieron, quería decirle que le causaba inseguridad y que temia que la dejara por el, pero se lo cuardo creyendo que estaba exagerando, solo soltó un suspiro.

- Lo siento, no puedo evitarlo pero me voy a esforzar.

- Esta bien - la abrazo - no te sientas mal por eso, entiendo que tu persona es muy pocesiva, pero no puedes decirme a quien acercarme.

El pecho de Maria José se oprimio, de verdad intentaba entender pero por su personalidad eso lo estaba tomando como un rechazo, sin embargo intentaría cambiar aquello.

- Entiendo. Deberíamos irnos ya. - la soltó y fue a su asiento.

Daniela la miro rodear el auto y meterse al mismo, sabía que algo andaba mal y esperaba que le dijera en lo que llegaban a la universidad pero no pasó, María José le habló de todo menos sobre su actitud.

- hay mucha gente para ser tan temprano - le dijo Daniela y la miro, María José frunció el ceño y su sonrisa se volvió en una línea recta

El pecho de Calle sintió pequeños pinchazos al pensar que Poché no quería que las vieran llegar juntas, y a pesar de que recordó sus palabras de la mañana no se sintió mejor, al contrario tal vez la chica de labios grandes ya no quería que todos vieran que eran novias

- No pienses cosas que no, Calle - hablo cuando le abrió la Puerta y tomo su mano para que saliera

- No estoy pensando nada - mintió

- claro - entrelazo sus dedos y ambas sintieron escalofríos - voy a hacer como que te creo.

Caminaron en silencio y con incomodidad, no por ellas, si no por los susurro nada discretos de su compañeros, las miradas nada disimuladas qué les daban.

"¿Como es posible que Maria José salga con esa chica? Ni siquiera la conozco"

" Daniela debe estar con alguien que la valore, María José solo jugará con ella"

"deben ser muy populares para que todos hablen de ellas"

"Yo creo que se ven hermosas, deberíamos sacarles foto"

Maria José rodó los ojos al escuchar todo aquello, ¿no podían solo callarse y dejarlas en paz? Además, ¿desde cuando ella era popular? Eso era lo que menos quería. Seguieron con paso seguro mientras se murmuraban entre ellas que no los escucharán.

La mirada de todos los jóvenes puestas en Daniela no pasaron desapercibidas, los celos invadieron el pecho de Poché y detuvo su paso haciendo que Calle también se detuviera, miro a su alredor soltando una risa sinica, chasqueo la lengua y llevo sus manos a las mejillas de Daniela y ahí, delante de todos literalmente le doboro la boca, sin rodeos, sin pausas.

Y se sintió genial.

Lamento mucho aver tardado tanto, y además es corto, lo siento, no tenía imaginación y preferí no escribir. No importa, disfruten.

Mi Novia FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora