No le importas a nadie y no, no te estoy mintiendo. Cuando te quedas todas esas noches llorando en la comodidad de tu cama o sufriendo por cómo te ves, por cómo eres... nadie está pensando en ti, nadie.
Miras a la luna y le cuentas tus secretos porque nadie quiere escucharlos y aunque la luna no hable ayuda más que comunicarlo con tus palabras. Escuchas el sonido de la lluvia y le cuentas tus inseguridades esperando que se las lleve cuando el sol vuelva a aparecer de entre las nubes.
Has ido a tantos sitios hermosos, valorando su belleza sin ver que eres igual de perfecta que ese atardecer. Te abrazas para calmar a aquella sombra que se oculta en tu pecho, aquella sombra que no te deja respirar y sólo te hace llorar.
Estás en silencio y solo tú te escuchas porque sabes que nadie lo hará, guardas tus sentimientos en una caja por el miedo a las burlas, disfrutas más de tu compañía y la de un libro que la de la gente...
Cuando sales a la calle lo haces con tus cascos, no quieres escuchar a los demás, bastante tienes con escucharte a ti, admiras aquel cielo rosáceo y piensas que en un futuro serás igual de guapa.
Nadie sabe lo que tu corazón esconde porque lo maquillas con una sonrisa y un "estoy bien" cuando sabes que no es así, miras el techo de tu habitación deseando irte del mundo, cada vez te sientes más sola, estás rodeada de gente que no te entiende, que no te valora, que no te escucha, que no te ve y te preguntas qué pasaría si tú te convirtieras en ese atardecer.
El viento se lleva ese secreto y mientras acaricia tu cara te hace saber que estarás bien, solo necesitas ese abrazo que tú te das por las noches pues en el fondo quieres sentirte viva y querida.
La leve música del piano inunda tu corazón mientras escribes, es lo único que no te ha dejado de gustar, sientes que estás en paz, que hablando contigo y creando personas estás bien y ahora miras a la luna y le cuentas que sientes esperanza de nuevo.
Cierras los ojos y dejas que sea tu cerebro quién salve a tu corazón, no te quieres dejar vencer, quieres seguir viendo la luna y has dejado de desearte la muerte.
Escuchas música en tus cascos mientras escribes, observas a la gente para hacerles sentir vistos, les escuchas, sonríes para darles un poco de confort.
La luna está orgullosa de en la persona que te has convertido, la lluvia sigue guardando tus inseguridades y aquel viento que te dió esperanza hace que te sientas viva. Has vuelto a ser tú, a ser aquella chica que admiraba su propia compañía pero a la que también le gusta la compañía de los demás, a veces te sigues sintiendo sola y vuelves a desear ser ese cielo tan hermoso pero es el proceso, supongo.
Así que querida yo, cuando sientas que el mundo cae a tus pies, que esa sombra vuelve a aparecer hablale a la luna, abrazate a ti misma pero sobretodo, recuerda al viento.
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El diario de una persona rota
PoesíaEsto es un libro que abarca diferentes temas, un libro que acompaña al lector con sentimientos que puede estar experimentando o situaciones que pueden haberle pasado.