El diario de una persona rota

Capítulo VI: Esas chicas

Nunca seré ese amor de verano de una persona, tampoco seré la razón de parte de su felicidad ni de su despertar.

Siempre he escuchado las historias de la gente enamorada y deseaba que me pasase algo parecido, que alguien al mirarme sienta que está en paz, que me digan que soy hermosa cuando esté despeinada y con una sonrisa tonta en mi cara.

Supongo que siempre estaré tras la sombra de esas mujeres tan atractivas que siempre llevan ropa bonita y elegante, que siempre llevan los cascos puestos con su música y huelen a colonia cara, esas mujeres que hechizan a cada chico al que se acercan con su carisma, esas mujeres que tienen escrito en la frente "mírame, soy hermosa"

Soy solo una chica sin esperanzas en el amor, sé que llegará ese alguien que me ame con mis defectos y virtudes pero también creo que es difícil que les guste o atraiga nada más me vean, que digan "guau, qué chica más guapa"

Siempre que un chico me ha gustado ellos se reían de mí o se burlaban de mi aspecto físico, temo enamorarme de alguien que no me ame o respete, de alguien que no me ame de vuelta.

Cada día pasa cada vez más lento para mí, veo a gente dejar a sus parejas por tonterías y pienso para mis adentros que son muy afortunados por al menos poder haberse sentido amados por otra persona, por ser vistos y escuchados.

He intentado cambiar, verme más guapa y aun así no hay persona alguna que me mire y suspire por mí, o cuya mirada refleje mi ser, que me desee más que a nadie o que por las noches se imagine estando conmigo, creo que el problema soy yo.

Siempre que voy por la calle con una amiga o con mi hermana y un chico se queda mirando siento que las miran a ellas, que yo soy solo su sombra.

Mis inseguridades solo me generan preocupaciones sin sentido, pensamientos que van en mi contra. Por eso opino que soy mi peor enemiga, siempre me rebajo porque no me veo de forma positiva, no me veo capaz de ser amada.

Y otra vez estoy aquí, sola, escribiendo mis preocupaciones porque no sé cómo desahogarme de otra forma.