CROWN OF BOUNDS - nikolai lantsov

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CAPÍTULO NUEVE:

La primera vez que me metí a un lago casi morí ahogada. Nadie me había enseñado a nadar con anterioridad y pensé que podía hacerlo con la misma facilidad que mis hermanos. Pero para aquel entonces yo tenía 4 años, y no sabía nada sobre cómo funcionaban las cosas.

Nuestros padres nos habían dejado a cuidado de los abuelos, dos viejos bastante hogareños y que también cargaban con el pelirrojo y el rubio que predominaba en el árbol genealógico de los Stepanov. Yo era castaña pero aún así mis abuelos se portaron muy bien conmigo, después de todo, había salido del cuerpo de su hija, así que cualquier cosa hecha por la señora Stepanov era bienvenida a los brazos de mis abuelos.

Eloise y Ethan se limitaron a reír en la orilla mientras miraban como yo pataleaba y gritaba. No recuerdo cuánto tardó mi abuelo en meterse en el agua a sacarme de allí. Me echó la bronca por haber sido tan irresponsable, pero a los días me enseñó a nadar, y era sorprendentemente buena en ello.
Todo eso fue años antes de que ellos murieran, primero la abuela, una buena mujer con arte en la costura, y luego mi abuelo, un noble de extensas tierras y dinero inacabable.

No sé por qué se me vino a la cabeza aquello en ese momento, mientras estaba siendo retenida boca abajo en el suelo. Viendo a Andrei mirar a Nikolai.

—Príncipe Nikolai, hijo de la madre de Ravka.—Habló con lentitud, para asegurarse de que escuchásemos cada palabra que salía de su boca.

—¿Cómo?—Preguntó Nikolai con la voz entrecortada, y su mirada se dirigió hacia mí. Yo negué.

Se pensaba que yo se lo había contado a Andrei, me dolió que dudase de mí, pero en el fondo entendí que lo hiciera.

—Ah, no.—Río Andrei.—Ella no me dijo nada.—Se acercó a nosotros.—Fue suficiente atar cabos.—Fue levantando dedos por cada razón que daba.—El príncipe desaparece de la corte y meses después aparece un gran corsario con fondos ilimitados, tu disfraz no es tan increíble como te imaginas, las paredes no son tan finas y la última; el príncipe Nikolai adquirió una escudera hace dos años...—Cerré los ojos y fruncí el ceño en derrota.—Elora Stepanov, la exiliada.

No me lo podía creer, había sido una ingenua. Había estado besándome y tuteando con un hombre horrible, que ahora apuntaba un arma a nuestras cabezas. Todo era un desastre, no sabía cómo salir de esa, con las manos atadas, la puerta cerrada, y todos arriba vigilando a ese barco acercarse, pensé y entonces abrí los ojos.

—Ese barco... es vuestro.—Murmuré.

—Claro que es nuestro, preciosa.—Me contestó.—Y ahora este se anexionará a nuestras adquisiciones.

—Si lo que queréis es el barco, entonces podemos negociar, podemos llegar a un acuerdo.—Habló apresuradamente Nikolai, yo cerré los ojos en decepción, estaba nervioso y eso solamente alimentaba la sed de los depredadores.—Negociemos.

Andrei volvió a echarse a reír, y esta vez todos los demás se unieron con él.—Oh, su alteza real, es usted de lo más gracioso.—Dijo acercándose a él, poniéndose de cuclillas para mirarle.—Me encanta que quiera negociar conmigo, con un simple plebeyo. Sin embargo...—Se levantó y se dirigió a mí. Se me heló la sangre mientras le hizo una seña a Ivan y Dasha para dejarme ir y me puso una pistola en la parte trasera de mi cabeza.—No hay que ser muy listo para darse cuenta que la que lleva el cotarro aquí es ella.