Capítulo 7

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¿Honestamente? Aunque la idea de este capítulo nació por escuchar la canción tal y como puse a Miroh (solo el instrumental) la letra me caló mucho más profundo de lo que creí por lo que, como respeto -y cierto tributo- decidí dejarla tal cual.

Así que nada, espero que lo disfruten y que pueda decir que este capítulo es Hellevator.

Hellevator by Stray Kids.

Hellevator by Stray Kids

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-¿Jezel?

Solo fue capaz de decir el nombre una vez entró en la sala de entrenamiento donde su hijo solía esconderse desde que era un niño. ¿Cuándo fue la última vez que aquello ocurrió? Solo podía acordarse de los momentos más raros y cuando peor se sentía Jezel en tantos aspectos que Sean prefirió mandarlos al fondo de su mente para no obsesionarse con ello. Ahora solo tenía en su mente encontrarlo antes de que hiciera algo tan temerario como lanzarse a una cruzada por su cuenta. Sin embargo, lo conocía lo suficientemente bien como para asegurarse de que él no estaría fuera, sino allí, escondido en la sala de entrenamiento que había sido reacondicionada para causar un reto mayor por su telequinesis.

Sin embargo, a comparación de sus antiguas memorias donde Jezel se encontraba todo el tiempo entrenando para ser capaz de defenderse tras frustrarse por lo complicado que era el idioma, por no ser capaz de leer o escribir al mismo nivel que el resto de los niños, ahora estaba sentado, su espalda encorvada y abrazando a sus piernas mientras los pies se movían de tal forma en que creaban aquel sonido que servía para tranquilizarlo desde que era un niño. Giró sobre sus talones solo para ver que nadie lo hubiera seguido antes de cerrar la puerta, colocando un código de seguridad que solo ellos tres podrían identificar.

Aún con tantos años, Jezel no paraba de tener ciertas manías y supo -más bien, confirmó- que lo que Damien y él estaban planeando era lo correcto: encontrar un modo de mandar a Jezel, mucho más adelante, hacia la Tierra.

Caminó lo más lento que pudo, casi siendo silencioso al saber que a Jezel le perturbaban los ruidos fuertes, por lo que tardó un poco más de lo esperado para llegar a su lado. Una vez consiguió sentarse a su lado, con la espalda apoyada contra la pared, se quedó mirando hacia el otro lado para permitirse ir hilando las ideas que quería armar en su cabeza.

-¿Qué fue lo que le ocurrió? -preguntó Jezel, su voz rota por el probable llanto que estuvo conteniendo hasta encerrarse y causar todo el daño que era visible en la sala. Había fracturas en varias de las paredes que solo podrían deberse a sus gritos. Aún era un misterio qué tan fuerte sería su mente para causar tanto daño sin volver a sangrar de la nariz, era algo imposible de medir. Por lo poco o nada que recordaba, su hijo había dejado de necesitar las manos para ordenarle a su mente qué era lo que había que hacer unos treinta años después de desarrollarla-. Por favor, no me mientas, papá.

Sean suspiró.

-Como diría Vanessa: se hizo el héroe -respondió, dejando pequeños toques en el cabello de su hijo-. Zed descubrió algo curioso. Todos los que fueron atacados tenían el mismo color de ojos. Ninguna variación, consiguió fotografías de casi todos los que fueron víctimas gracias a los soldados a quienes instruyó para conseguirlas. Según el reporte de Maaya y Quyndel, una o'gan que corría por su vida se tropezó con él, aunque no están seguros de cómo llegaron porque estaban lejos. Solo que, de la nada, no había nadie y, después, los dos cayeron a sus pies.

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