(LGBTIQ) En el misterioso mundo de O'im, Daniel, un humano con habilidades especiales para la tecnología de otro mundo, regresa después de su periodo en la universidad. Durante su estadía, es asignado a una peligrosa misión que resulta en severas he...
Tengo que decir que tuve que volver a buscar mi libreta donde hice los acontecimientos que tenía que llevar de este arco. En ello descubrí que este, en realidad, era un arco corto como el anterior PERO lo alargué de forma inconsciente porque puedo.
Debo de decir también que no tengo mucha idea de cómo se sienta porque, literalmente, de una sentada lo saqué al completo, aunque es un poco más corto de lo usual pues no quería seguir alargando algunas cosas más allá que dejar en claro que Daniel, con sus amigos, confía.
En fin.
Lonely St. by Stray Kids.
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Para cuando finalmente llegaron al lugar, Daniel sintió una mezcla extraña de emociones al ver a la cantidad de o'gans que había herido. Por suerte, se dijo, no había matado a ninguno como en un primer momento pensó, sin embargo, eso no quitaba que podrían morir si sus cuerpos no resistían las heridas que Daniel les había hecho. Además, de muchísimos de ellos que estaban malheridos de una forma diferente, y esperaba no haber provocado que tuvieran que quitarles nada. Por lo que se mantuvo en silencio mientras escuchaba a medias a Avigdor recalcar cuáles eran los daños, sin embargo, este tampoco parecía muy enérgico a pasar tiempo con Daniel debido, en esencia, a la forma de pensar de él sobre su orientación como una enfermedad.
Por ello, en cuanto Avigdor se fue, regresó sobre sus pasos para llegar a la bestia y darle un par de golpes en su cabeza con tal de indicarle que debía permitirle subir de nuevo. En respuesta, este le permitió subir de nuevo y buscar de nuevo aquella pantalla para colocar unos últimos protocolos. Sabía que tendría que pasar más tiempo para combatir la infección que aquella hipotética abeja reina tenía, por lo que aquella bestia se quedaría allí todo el tiempo para vigilarlo, sin embargo, había mandado una nueva tarea para el resto de sus compañeros.
Todos los días, sin falta, debían de llevar a los guardias que encontraran y a sus familias. La idea se le había ocurrido mientras veía a Adrien y a su hermana, como el único modo que había de conseguir que aquel viejo guardia pudiera ver a sus hijos de vuelta y poder aprender lo necesario.
Hecho aquello, bajó de la bestia con un suave movimiento y le dejó pequeños golpes en su cabeza para que se fuera. No tenía mucha idea del cómo tomarse el que ahora parecieran... más unas mascotas que las máquinas de matar a las que estaba acostumbrado y a las que aún temía, sin embargo, no pensó mucho en ello tampoco para no paralizarse del miedo. En cuanto entró, se sintió ciertamente intimidado por saberse responsable de las heridas de aquellos, sin embargo, pasó saliva y trató de no sobre pensar en aquel tema mientras se deslizaba por aquel punto.
No parecía la gran cosa en la superficie. Y la cosa estaba en ese tema. La superficie, porque, en realidad, a pesar de ser un viejo edificio de unos buenos diez metros, la gran parte estaba destruida por lo que solo quedaba habilitado como una especie de punto mecánico, lo que le servía un poco para su propósito de cuidar de las bestias dos veces por día para verificar que las cosas no fueran a ir a peor en cosa de segundos.
