Jodie:
—¿No le parezco atractiva?
Arrojo la pelota y Pretzel va enseguida a buscarla, me la regresa y vuelvo a arrojarla.
—Pues lo soy, soy bastante atractiva. —Le hablo a mi perro, quien solo desea que le arroje la pelota. —Lo soy... que no le guste... no me hará dudar que lo soy.
Se cansa de esperarme y corre hacia unos perros que pasan con su dueña, ella se sobresalta un momento hasta que los dos empiezan a saludarse moviendo sus colas.
—Hey. —Lo tomo del lomo y me disculpo con la mujer. —Te dije que no muy lejos.
—¡Jodie!
Volteo y encuentro que Edward viene hacia nosotros, suspiro y vuelvo a colocar a pretzel sobre el suelo para regresar.
—Ya vamos. —Le ordeno que me siga y el corre en dirección contraria siguiendo el camino del otro perro.
—Mierda.
Lo persigo y escucho a mis espaldas que Edward me llama, pero no alcanzo a verlo y voy detrás de Pretzel, a quien temo perder de vista.
—¡Pretzel, ya basta!
No es buena idea sacar un cachorro sin correa.
Las personas ponen los ojos en nosotros y cuando creo que lo he alcanzado, me doy cuenta que ya no está persiguiendo al perro sino jugando conmigo.
Trato de no perderlo de vista y por un momento lo pierdo cuando unas personas se me ponen en frente.
—¿Dond..
Miro hacia todos lados y entonces lo ve cerca del puente, donde olfatea el suelo.
—¡Pretzel!,
Levanta las orejas al verme y me disculpo con las personas al empujar, el perro me oye y baja del puente, pero se detiene en el rio cuando saco la pelota y lo hago sonar.
—Ya basta, ven aquí. —Le ordeno.
El perro inclina el cuerpo y mueve la cola con emoción, empieza a ladrar y le ordeno que venga...
Y después lo veo caer.
Edward:
—¡¿Qué demonios estás haciendo?! —Me exalto a ver a Jodie debajo del puente y no solo debajo, dentro del agua.
—¡Ayúdame a sacarlo! —Su voz dolida me hace reaccionar y no es hasta que veo el pelo color dorado salir a la superficie, que corro hacia ella.
Tomo al animal y le ordeno a Jodie.
—Sal de aquí.
—¡Pero el!
—¡Que salgas!
Me mira temblorosa unos segundos y ella sale, veo como le ofrecen una manta y levanto al Pretzel, el animal no deja de temblar y hemos logrado lo que no quería, que hubiera una multitud y vea a Jodie.
Jodie se me acerca y un hombre me presta una chaqueta, con la que envuelvo al perro.
—¿Se pondrá bien? —Pregunta Jodie.
—La veterinaria. ¡¿Dónde está la veterinaria?!
(***)
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El Desastre de Jodie
RomanceJodie Fleming tiene más defectos que virtudes, entre las que destacan ser engreída, caprichosa, petulante y superficial. Y cuando la "Niña de papí" se ve involucrada en un problema, no le queda de otra que irse lejos de todo lo que ama. Sin embargo...