El Desastre de Jodie

19

Jodie:

Las piernas no me responden, no, es mi cuerpo el que no me responde y está pegado contra el suelo.

Tiene una foto de Margot.

¿Por qué?

Y todo este tiempo ¿Por qué no lo menciono?

Me ha mentido y si me ha mentido es porque...

El empieza a moverse y reacciono, se vuelve hacia mí y mi cuerpo se tensa, los ojos de Edward se abren encontrándome y yo me quedo paralizada mientras una sonrisa curva sus labios.

—¿Qué haces en el suelo?

Trago saliva.

Levántate....

—¿Jodie? —Pregunta al ver que no reacciono.

Se sienta sobre la cama y quita las sabanas, no es hasta que lo veo ponerse de pie con el cuerpo totalmente desnudo que mi cuerpo reacciona y logro pararme, me observa extrañado y luego su mirada se dirige a la fotografía.

Puedo ver como su cuerpo se tensa creyendo lo peor, retrocede y levanta la mirada a mi rostro.

—Ahh.. —Dice calmado, pero lo que más me alarma es que esconde la mano detrás acercándose más a la cama. —Jodie.

Se acacha y no se la fuerza de donde la saco, pero ya estoy corriendo escaleras abajo.

—¡Jodie!

Intento ir a la puerta y cuando la abro, me la cierra de un golpe, me sujeta y lucho contra su fuerza.

—¡Jodie, cálmate!

Todo regresa y me refiero a esa noche, el miedo me atormenta al igual que el recuerdo que tengo del dolor de esa herida.

Me dispararon...

Yo...

Le muerdo la mano y el grita, mi corazón late con mucha prisa mientras él me persigue, llego a la cocina y forcejeo con él, no escucho lo que me dice y comienzo a arrojar todo lo que encuentro para mantenerlo lejos.

El pecho me duele y me cuesta respirar, el intenta acercarse, pero ya no es su cara la que veo, sino esa cara que no tiene rostro y que me disparo.

No...

No quiero volver a sentir ese dolor.

—¡Jodie!

—¡No te acerque, no!

—¡Soy yo, Jodie, reacciona, por favor!

—¡No, no no!

—¡Estas teniendo un ataque de pánico, por favor regresa a mi!

Los ojos se me llenan de lágrimas y siento que mis manos cogen algo más duro.

—Puedo explicarlo.... Cálmate, respira conmigo, Jodie ¡Respira...

Pero ya he golpeado su cabeza con lo primero que encontré y es el rodillo de amasar pizza.

Retrocedo viéndolo inconsciente y volteo a ver el rodillo, el cual se encuentra manchado con un líquido rojo.

Lo dejo caer junto a él y retrocedo tropezándome contra la repisa, me dejo caer y las lágrimas llenan mis ojos, la respiración la tengo obstruida y no puedo...

Siento que no puedo...

Mis manos van a mi cuello y mi pecho sube y baja rápidamente.

—No puedo respirar, no puedo...