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Jodie:

"Abro la pequeña caja encontrando dos cadenas, las que al sacarlo descubro que es un relicario, miro emocionada a mi amiga y  ella me entrega uno, luego sostiene el otro, compartimos una mirada y presionamos el botón que libera lo que hay en su interior.

Una foto de ambas en cada uno.

—¡Me encanta!—Chillo.

—Feliz día de la amistad, Jodie.

—Feliz día de la amistad, Margot.

Seremos amigas por siempre"


Lo siento...—Repito sollozando y me cubro las orejas.—Lo siento.

Mis lagrimas manchan mis mejillas y enseguida siento lamidas en mi rostro, levanto la mirada observando a Pretzel, acerco mi mano a su lomo y lo acaricio.

—Lamento haberte puesto en esta situación.

Vuelve a lamer mi mejilla.

—Pero me alegra no estar sola.—Ni bien digo las palabras una sombra aparece detras de la puerta y que logro distinguir debajo del rabillo de la puerta.

Tio André irrumpe en la habitación y me aferro a Pretzel temiendo lo peor, no me quita al perro y tiene el móvil en la mano.

—Es hora.

Mis latidos crecen y al ver que no me muevo, tira de mi.

—Es hora de ver a tu novio.




(***)




—Camina.—Ordena tio André y Leo me entrega una chaqueta negra.—Ponte eso. Ahora.—Alza la voz al último.

Leo menciona.—Hay -10C° afuera, es mejor que hagas caso.

Lo hago bajando a Pretzel, coloco los brazos y luego acabo cerrando el cierre, retiro mi cabello hacia atrás y miro a ambos.

—¿Debo agradecer porque vas a abrigarme antes de matarme?

Los dientes le suenan.—No me hagas enojar, Jodie, no estas en posición.

—Soy la rehen, sino no hay nada que intercambiar no te darán la memoria ¿Me equivoco?

Ambos se me quedan viendo y es tio Andrew quien levanta su arma, apuntando mi cabeza, mi pulso se acelera y trago saliva.

—André.—Lo llama Leo queriendo que pare, pero la mirada asesina del hermano de mi padre continua.

Entonces deja de apuntar mi cabeza para hacerlo en mi hombro.

—No puedes...—Le recuerda Andre.

—No, no puedo, pero si debo dispararte para que camines lo hare asi que tu decides.—Amenaza quitándole el seguro.—Yo ya me canse de ti, no quiero más juegos, Jodie, asi que tu decides.

Trago saliva y aun con el arma sobre mi, me agacho a recoger a Pretzel, Leo viene en mi dirección cuando tio Andre hace un gesto con la cabeza para que se acerque.

Mi mirada encuentra la suya y da la orden.

—Camina, Jodie.

Trago saliva y empiezo a andar.



(***)



El coche se estaciona en el lugar acordado, estoy sentada en el asiento de copiloto con Pretzel sobre mis piernas, tio Andre esta de conductor y en la parte de atrás, en los asientos y en medio de ellos se encuentra Leo, con el arma levantada y apuntando mi cabeza.

Miro a los alrededores, solo veo nieve, hielo, el lago congelado y pinos cubiertos de nieve en la parte de atrás, ha elegido un lugar solitario y sin casi nada de vegetación y según entiendo el intercambio se dará en el lago congelado, todo para evitar algún truco.

Lo ha planeado todo.

Respiro profundo y me aferro a Pretzel abrigándolo con mi chaqueta, tio André no deja de mirar a los costados y lo escucho maldecir para luego verlo bajar del coche y azotar la puerta con rabia.

Entonces lo veo.

Veo venir desde el bosque a Edward, lleva un abrigo negro y largo, botas y las manos las tiene metidas dentro del abrigo.

—Supongo que es el.

Tio André sonríe al darse cuenta que si esta solo y el peligro que corre me pone nerviosa, mis latidos crecen y no los controlo, el hermano de mi padre rodea el vehículo y se acerca a mi ventana abierta.

—No hagas ninguna estupidez o le volare los sesos a tu novio.—Amenaza y mira detrás de mi.—Leo, si intenta algo que no te tiente la mano al disparar.

—¿Qué haremos con el?—Pregunta seguramente por Edward.

—En cuanto me de la memoria, dispárale.—Me mira y sonríe de forma macabra .—A ambos.


El Desastre de JodieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora