El Desastre de Jodie

Epílogo

Un año despues:

Edward:

Vuelvo a leer la tarjeta en mis manos y lo guardo. 

No me he mentalizado volver, no me siento listo para hacerlo y llevo casi los mismos meses fuera de servicio que los de ese día.

Tras la muerte de Margot me encerré, pero despues de que Jodie también me dejó fue incluso más duro y llegue a pensar que simplemente no sirvo para esto.

Entregue mi placa y mi arma, también se me cuestiono la muerte de André debido a mi familiaridad con el caso y Margot, pero finalmente me dejaron ir, el padre de Jodie me felicito y agradeció en vivo despues de haber ganado las elecciones.

Elecciones que ni se detuvieron aunque velaron a su hija, tampoco fui al funeral, sentí que era una burla cuando yo le había prometido protegerla. 

Y ahora me están invitando al aniversario de su muerte.

Mis dientes chasquean.

Ya todos han avanzado, incluso los padres y yo sigo estancado en el mismo lugar porque no puedo aceptarlo.

Una parte de mi jamás lo hara.

(***)

Cruzo la iglesia, la misma que esta vacía y reviso la tarjeta al no encontrar a nadie, sin embargo la madre de Jodie aparece en mi campo visual.

—Edward.

—Creí haberme equivocado.—No veo a nadie detrás de ella.—¿Me equivoque de horario?

Ella niega.—Nada de eso.

Recibo su apretón y siento algo entre sus manos,  y cuando lo aparta observo lo que ha dejado en mi palma.

—A Jodie le hubiera gustado que lo conservaras.

El relicario de Margot...

Trago saliva.—Gracias.

Ella se marcha y sujeto la cadena, una sonrisa curva mis labios y presiono el botón liberando lo que hay adentro, una fotografía de mi hermana y Jodie, sin embargo también hay algo doblado, levanto la mirada buscando a la señora Fleming, pero la he perdido de vista, mis ojos regresan al relicario y desdoblo la tarjeta.

Es una Aurora Boreal.

Reconocer el lugar me aprieta el pecho y le doy la vuelta a la tarjeta.

"Invierno es una excelente fecha para visitar las auroras boreales"

El corazón se me acelera y con lo que llevo puesto,  hago parar un taxi.

—¿A donde?

Trago saliva y vuelvo a leer la tarjeta, esta vez leyendo las dos iniciales.

"V.C"

 —Al aeropuerto.

(***)

Llego a Nuuk, Groenlandia.

Recorro el pueblo y llego hasta la cabaña, el frio es como lo recordaba y no me quedo de otra que comprar ropa abrigadora, entro al lugar deshabitado y una presión me oprime el pecho, escucho a las personas fuera del lugar reuniéndose para el escenario de luces que va a iniciar en el cielo y no es hasta que veo al perro correr que acabo saliendo detrás de este.