Jugando a amar || Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 7 - Solo llama mi nombre.

Al llegar a casa, me sorprendió encontrar a los chicos reunidos en la sala.

— ¿Qué hacen aquí? — pregunté, confundida, al ver que se acercaban rápidamente hacia mí.

— ¿Cómo te fue? — inquirió Noah con una expresión ansiosa.

— Quetin. — respondí, intentando aligerar el tono.

— ¿Quetin? — preguntó Aidan, evidentemente desconcertado.

— Quetinporta. — añadí con una sonrisa forzada.

— No, ya en serio. — Noah me miró, preocupado. — ¿Cómo estuvo realmente?

— No es de su importancia. Déjenme en paz. — le pedí, mientras él colocaba su mano sobre mi hombro. La aparté suavemente y me dirigí hacia las escaleras.

Mientras subía, escuché a Sadie cuestionar:

— No entiendo cómo es tu hermana, o cómo no la odias.

— Pero ¿cómo podría odiarla, si ella es lo mejor de mi vida? — respondió Noah con una sinceridad que me dejó estupefacta.

Me detuve en seco. A pesar de todo lo que le he causado, él aún me ama.

No escuché más y continué mi camino hacia mi habitación.

(...)

El siguiente día transcurrió con la misma rutina de siempre. Desactivé la alarma y me dirigí al baño para mi aseo matutino. Tras vestirme con un pantalón de mezclilla y una sudadera de Noah que encontré en el armario, me preparé para salir.

En el camino a la preparatoria, no podía dejar de pensar en lo que ocurrió el día anterior con Noah.

Al llegar a la escuela, todo transcurrió con normalidad. Noah y yo teníamos la misma clase, así que nos dirigimos juntos hacia ella.

— Perdón. — dije de manera espontánea.

— ¿Ah? — Noah preguntó, confundido.

— Sé que a veces soy una carga contigo. — lo miré con seriedad. — Pero aún así, te quiero, porque eres mi hermano. Si algún día me necesitas, solo llama mi nombre y estaré ahí.

Sonriendo, Noah me abrazó de repente. Me sorprendió, pero correspondí al abrazo. Al separarnos, entramos al salón en silencio.

— ¡Ya llegó la popular llamada Nerd! — un chico exclamó al vernos.

— Gracias por llamarme inteligente. — respondí con sarcasmo. — A ti apenas te conocen en tu casa. — me senté junto a Noah, quien soltó una risa mientras el resto del salón se unía.

La clase transcurrió sin mayores incidentes.

— Hagan parejas de dos. — ordenó la profesora antes de salir del aula.

— ¡Hey, gay! Digo, Noah. — una chica se burló de Noah, seguida por risas burlonas.

Me volví de inmediato hacia ella, después de notar la tristeza en el rostro de Noah.

— A ver, pedazo de mierda. ¿Te calmas o te calmo de un golpe? — me exasperé, causando que la chica se sobresaltara.

— Solo bromeaba, relájate. — dijo la chica, cuyo nombre no conocía. — Solo quería saber si quería hacer equipo conmigo.

— Guarda tus bromas estúpidas. Él hará equipo conmigo. — respondí, volviendo a concentrarme en mi libro.

— Tú eras la que hacía las bromas. — un chico comentó, claramente sorprendido.