Capítulo 13 - Encantos y tropiezos.

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Después de haber llegado a casa, Noah me despertó suavemente. Suspiré y salí del auto, sintiendo el cansancio en cada fibra de mi cuerpo. Al entrar a la casa, no pensé en otra cosa más que en mi cama. Subí rápidamente las escaleras y, tan pronto como me aventé sobre las sábanas, el sueño me venció de nuevo.


POV; Jenna.

Entré a mi casa radiante, con una emoción que apenas podía contener.

— ¡Tom, adivina qué! — exclamé al acercarme a él, la felicidad desbordando en mi voz.

— ¿Qué pasó? — preguntó, mirándome con curiosidad.

— ¡Ya tengo novia! — anuncié con una sonrisa que casi me dolía de lo amplia que era.

Tom se quedó perplejo por un instante, antes de esbozar una pequeña sonrisa.

— Wow, eso es increíble... espero que duren mucho. — me dio una pequeña sonrisa que, aunque contenía un atisbo de sorpresa, parecía genuina.

— Dios... me siento tan bien — dije, dejándome llevar por la euforia.

— ¿Ella te lo pidió? — cuestionó, y asentí con entusiasmo.

— Bien, espero que al menos seas feliz. Si no te trata bien, házmelo saber, ¿ok? —

— No te preocupes, Tom, todo va a estar bien. — Le aseguré con una sonrisa.

En ese momento, mamá nos llamó desde la cocina.

— ¡Chicos, vengan a comer!

Después de cenar, me encontraba en mi habitación, recostada en la cama, pensando en Stanley cuando mi teléfono sonó. Era ella.

— ¡Hola, linda! — su voz sonaba un poco ronca, pero eso solo la hacía más adorable.

— Hola, bonita, ¿cómo estás? — pregunté, recordando lo que había pasado más temprano.

— Estoy bien, gracias por preguntar — respondió con una risa suave que me hizo sonreír.

— Qué bueno. — sentí que mi corazón latía más rápido al escucharla.

— ¿Quieres venir a mi casa? — propuso.

— ¡Claro! Me encantaría, solo déjame pedir permiso. — dije, ya levantándome de la cama.

— Ok, te espero. —

Bajé corriendo las escaleras y encontré a mamá en la cocina.

— Mamá, ¿puedo ir a la casa de Stanley? — pregunté, tratando de sonar lo más casual posible.

— ¿A qué? ¿Qué van a hacer? — preguntó, sospechando un poco.

— No lo sé... por favor, déjame ir. — casi le rogué.

Mientras ella dudaba, recibí un mensaje de Stanley: "Pásame a tu mamá, yo la convenzo."

— Mamá, ella quiere hablar contigo. — le pasé el teléfono.

— ¿Hola? — preguntó mi mamá.

— ¿Qué onda, suegrita? — Stanley soltó una pequeña risa que pude escuchar desde donde estaba.

— ¿Cómo que suegrita? — Mamá levantó una ceja, mirándome con una sonrisa.

Yo me eché a reír, sabiendo que Stanley tenía un talento especial para ganarse a la gente.

— Es una larga historia, pero déjela venir a mi casa, prometo que no le voy a hacer nada. — Stanley le aseguraba.

Jugando a amar || Jenna Ortega x Fem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora