Define odiar

Capítulo 8

Así que ese algo sigue.

Las semanas pasan y Louis puede resumirlas en sexo.

Pero hay un problema. Harry no deja de estar en su cabeza. No puede dejar de pensar en él. No puede dejar de pensar en él cuando veía algo, se pregunta si se reiría de eso, si se burlaría, si le gustaría, si se enojaría o asquearía.

Claro que puede preguntarle, pero nunca tienen una conversación real, ni por mensaje, ni en persona, solo intercambian alguna que otra palabra, follan y luego cada quien a su casa.

Está bien con eso, pero por alguna razón su cuerpo estaba pidiendo atención, sobre todo luego del sexo, quiere atención que Harry apenas le da. Si lo hace, pero puede sentir la duda en sus movimientos lo que lo frustra demasiado y entiende el porque, entiende que Harry se extrañara, lo entiende porque él mismo se siente raro. No quiere pensar el por qué de todo eso, solo quiere actuar sin pensar ya que se ha dado cuenta que si lo hace llega a una conclusión que no le gusta.

Entonces así actúa, sin pensar. Sin pensar se dirige a la casa de Harry a la hora de ir al instituto esperando encontrarlo cuando ya esté de camino.

Lo ve caminar con una de sus faldas azul pastel y un suéter blanco. Tal vez lo insulte, le diga algo como psicópata o algo parecido, pero le da igual en ese momento. Detuvo el auto frente a él quien levanta su mirada y al verlo frunce el ceño en una mueca confundida.

—¿Louis?

El castaño desvía la mirada y traga saliva queriendo encontrar un tono adecuado para hablarle, le ha estado hablando tan mal por dos años seguidos que no sabe cómo hacerlo bien.

—Sube —dice en un tono simple no queriendo sonar demandante.

—¿Por qué? — alza una ceja entrecerrando sus ojos con duda.

—¿Ir a clases?, duh.

—¿Juntos?, ¿no temes que nos vean? —ladea su cabeza confundido.

—Tu baja primero y luego voy a aparcar, nadie va a vernos —rueda los ojos.

—¿Por qué querrías llev...

—Solo hazlo, ¿sí? —bufa.

—Que agradable —dice con sarcasmo y camina hacia la puerta del acompañante, la abre y entra al auto. Cuando se gira a Louis este se acerca hacia su rostro como si esperara algo— ¿Qué?

—Bésame —susurra.

—No voy a follar ahora, Louis —niega— Tenemos clase y no pienso llegar tarde.

—Solo bésame —frunce el ceño y toma el mentón con delicadeza— Hazlo.

Harry siente que está raro, que le pasa algo, pero igualmente se inclina a dejar un suave beso en los labios. Intenta apartarse, pero el castaño toma ambas mejillas volviendo a unir sus labios con suavidad moviéndolos con lentitud.

Harry se siente extraño, hace tiempo no besa de esa forma, sin insinuaciones, tocamientos o algo parecido, solo un beso suave como una caricia. Es lindo. Y Harry no va a negarse, corresponde sin problema, aunque fuese algo que se prometió mentalmente no hacer. Besar de esa forma. Pero lo está haciendo, besar de esa forma a Louis. Sin pensar.

—Me gusta besarte —Louis confiesa sobre sus labios.

El rizado no contesta, desvía la mirada ruborizado.

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Tal como Louis dijo Harry se baja del auto y nadie los ve o presta atención, Louis se va a estacionar y Harry entra al instituto. Nada más entrar Niall se acerca pasando un brazo por sus hombros.