𝙿𝚛ó𝚕𝚘𝚐𝚘

36 6 2
                                    


una-scrittore que me está ayudando a tratar bien el tema



Prólogo


—Peach.

Doy media vuelta hacia la mujer apoyada en el quicio de mi habitación. Sé que va a intentar detenerme por todos los medios, pero esto ya lo habíamos hablado: necesitaba hacer cosas de una chica de mi edad.

—Mamá, por favor, no insistas, no voy a seguir.

—Es por tú bien...

—¡Joder, mamá estoy cansada! Solo quiero vivir mi vida como alguien de veintiún años. Quiero hacer cosas que valgan la pena y no estar encerrada en mi habitación porque tengas miedo... Escuche tú conversación con el doctor Schimmer.

Mi madre abre los ojos, sorprendida.

Mamá, una mujer de cincuenta años que se conservaba muy bien. Era pelirroja, genes que yo he sacado aunque el suyo quizá fuera un rojo más oscuro y el mío tiraba más a naranja como mi hermana. Mi madre siempre ha cuidado de mi hermana y de mi sola desde que nuestro padre nos abandonará hará unos... ¿quince años? No sé, pero yo tenía seis años y Charlotte, mi hermana mayor, diez.

Me acerco a ella cuando veo que sus ojos están llenándose de lágrimas y presiono sus hombros con ambas manos, sonriéndola.

—Mama, sé que te duele. Se que todo esto te destruye más a ti que a mí, pero no hay nada que hacer.

—Peach yo... —sus llantos no aguantan. Llora y yo la abrazo —Podemos seguir con las revisiones, pequeña... No te rindas, por favor.

En ese momento, Charlotte, mi hermana mayor, entra en mi habitación. Debe haber llegado de la Uni y no nos hemos enterado. Al vernos a mamá y a mi abrazadas y luego mi ropa junto a una maleta en la cama, sabe lo que estoy planeando.

Esta, me mira con los mismos ojos azules que yo, y solo con una mirada nos entendemos: mi hermana sabe que no aguanto más.

—Mamá...

Pero ni siquiera puede apartar la mirada de mí.

Charlotte continua:

—Podemos hacer algo —ahora sí que la prestamos atención —El Doctor Schimmer nos ha hablado de unos polvos. Mamá, Peach merece salir de casa. ¿Recordáis lo que tomaba de pequeña de Modulen? —ambas asentimos recordando aquel medicamento. —El doctor dijo que todavía podía tomarlo debido a que perdió peso y estos llevan lo que necesita. Puede tomárselos mientras vive su vida, así te aseguras que no le da ningún brote, porque lleva medicación. ¿Qué me dices?

Mamá me mira. Le seco las mejillas empapadas y sonriendo, acepto el trato de Charlotte.

—Todo estará bien —le digo.

Tarda bastante en aceptar, pero al verme en el rostro que no podía seguir más, acaba asintiendo con lágrimas en los ojos.

—Prométeme que me llamarás y escribirás y si te pasa algo, vuelves a casa. 


PROXIMAMENTE EN WATTPAD


Todo París |PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora