011

26 1 161
                                    



Dedicado a: rosarubi_ mi lectora 0 

🍑


Traqueteo con los dedos en el reposabrazos mientras que una pierna va de arriba abajo muy rápido. Se notaba mi inquietud a tres mil kilómetros. Jack vuelve y me tiende el vaso de agua que había pedido, pero ni siquiera me entraba nada en el estómago. Aun puedo recordar las imágenes que vi en mi teléfono de Dustin con otra chica besándose. Desde que conozco a Dustin nunca me pareció el típico chico que engañaba a su novia, es más, cuando veía a mi hermana hablando de su novio lo hacía con un brillo que se notaba el amor de los cuentos. 

Hasta él hablaba de Charlotte tan dulcemente.

Pero con esto me demuestra una vez más el universo que el amor verdadero solo existía en los cuentos y en los libros de romance. Que ningún chico iba a romper las reglas para demostrar su amor. Que nadie te escribiría 365 cartas para pedirte disculpas como Noah en El diario de Noah.

—¿Todo bien, Peach?

Niego, limpiándome las lágrimas con la manga de la chaqueta.

—Tenías razón —digo, mirándole a los ojos, pero apenas puedo ver bien —Tú fuiste el primero en sospechar que algo podría pasar con Dustin y yo no te creí. Estaba demasiado ciega en que era amor verdadero que no quise creerte cuando dijiste que algo podría haber pasado. Tú eres listo y yo solo una niña tonta que cree en tonterías del destino.

Me apoyo contra el respaldo del asiento y absorbo por la nariz intentando calmar la llorera que estaba teniendo como una cría. Jack hace lo que menos me esperaba en ese momento. Coge mi barbilla con los dedos y me gira la cabeza para luego plantar sus labios en los míos.

Rompe el silencio:

—No eres tonta por creer en el amor, melocotón.

—Siempre he querido a Dustin como un hermano y mira, ha engañado a mi hermana, ¿pero sabes que me jode más? Que no he sabido ver lo que la pasaba... ¡Joder, soy su hermana!

—No querría preocuparte.

—Pero siempre nos contábamos todo.

Jack me limpia las lágrimas de las mejillas y los bordes de los ojos antes de continuar hablando:

—Si de verdad fueras tonta en el amor, no habrías conseguido que yo creyera en esas cosas, amore. Si tú eres tonta, entonces yo soy aún más por haber preferido pedirles a mis padres un avión para que tú estés con Charlotte antes que pedirte oficialmente ser mi novia...

—¿Ibas a pedirme ser tu novia?

Asiente, una sonrisilla tímida le asoma en el rostro. Es la primera vez que Jack se sonroja.

—Gracias por acompañarme a Texas, Jack.

—Gracias a ti por dejarme acompañarte, Peach.

Horas más tarde, llegamos.

 Nunca creí volver al lugar donde nací tan pronto y mucho menos con Jack. Cogemos el autobús que nos lleva a mi barrio después de que Jack le dé instrucciones al piloto del avión que nos había traído y este desapareciera de nuestra vista. No sé exactamente el motivo si es por estar horas llorando o qué, pero cuando me siento junto a la ventana y el autobús arranca, acabo quedándome dormida sobre el hombro de Jack.

Todo París |PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora