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Dedicado a: rosarubi_

😢


Finalizamos otra semana de junio. 

La penúltima de aquel mes tan caluroso repleto de sentimientos encontrados. Una semana había pasado desde lo vivido. Una semana desde nuestro beso y que nunca iba a olvidar esa fecha, 17 de junio de 2023. Una semana en laque no hemos vuelto a hablar ni quedar para recorrer las calles de París y lo que me jode es que me duele. Me duele el hecho de que no puedo parar de pensar en lo sucedido y en que ambos parece que estamos evadiendo el tema como si no pudiéramos emitir palabras para hablar de lo que ha pasado. Como si nos diera vergüenza.

Tal vez los dos hemos pensado lo mismo: tomar cierta distancia para entender las cosas.

Me retuerzo en la cama de dolor llevando las manos a mi abdomen y dejo de pensar en Jack. Hoy me había levantado con bastantes dolores en aquella zona y sabía perfectamente que no era por la regla. Tengo la suerte de que mi periodo fuera regular lo que me permitía saber que días me vendría y pocas veces se me retrasaba, siempre me viene cuando me tiene que venir y este no es el día. Aun me quedaban unos días para que me bajara. Sin embargo, apenas puedo levantarme de la cama por los dolores y llevo así desde que me he despertado.

Los malditos dolores venían por culpa de mi enfermedad.

Apenas podía moverme sin retorcerme.

En un torpe intento de levantarme de la cama, acabo tirándome al suelo por el dolor y me deslizo hasta el baño. Horas después, no sé exactamente cuánto llevo ahí dentro, pero si las suficientes, salgo y vuelvo a la cama. Incómoda, busco la mejor posición que el dolor me deja, pero es misión imposible. Me paso veinte minutos  aproximados intentando buscar la postura cómoda sin éxito. En ese instante, mi teléfono comienza a sonar y al ver el nombre de "mamá", me pongo pálida. Mamá seguro que notaría que algo no anda bien solo con oír mi voz y no quería que viniera a buscarme para volver a Texas.

Ignorando los dolores como pueda, respiro hondo y contesto; sé que no hacerlo sería peor.

—Mamá... —me regaño a mí misma por sonar muy nerviosa.

—Peach, ¿Qué tal por París? ¿Te estás tomando eso?

Doy gracias a que no lo haya notado y asiento, maldiciéndome a mí misma, y agradezco de que no pueda verme. Le digo que sí y esta parece notar que algo me pasa cuando pregunta lo siguiente:

—¿Seguro que está todo bien? Te noto rara.

—Ay, mamá, que sí. Que está todo bien. —Digo, molesta y parece que estoy cabreada.

—Perdona cariño, es que sabes que me preocupo por ti. Charlotte siempre me dice que no sea tan pesada, pero no puedo evitarlo. ¿Has comido algo? Sabes que debes nutrirte bien junto con los polvos.

Si le decía a mamá que apenas había probado bocado desde esta mañana en el desayuno, me echaría el sermón de siempre y ahora mismo no estaba para eso. Apenas me entra nada ni siquiera un mísero vaso de agua. Me recoloco en la cama, agobiándome cada dos por tres por no encontrar una postura. Siento sudor por todo el cuerpo y cansancio. Después de cualquier intento por estar cómoda, le respondo a mi madre.

—Si, he comido. Es más, acabo de terminarme un sándwich.

Me sentía mal cada vez que la mentía, sin embargo, no quería preocuparla más como para que me obligará a volver allí. Quería ser libre y por fin lo había conseguido. Debo reconocer que después de mucho tiempo, era lo que se dice "experta" en mentir porque ya no me pillaba ninguna... O casi ninguna. Había aprendido a decirlas. Para dejar de hablar de mí y que no sospechara de nada, cambio drásticamente de tema y la pregunto por Charlotte. El suspiro que suelta a continuación me dice que sigue rara.

Mi hermana apenas pasa por casa, miente incluso a Leila su mejor amiga y hace cosas que antes no hacía. Cuando regresa a casa, se encierra en su habitación y no sale hasta la hora de la comida o cena y todo en silencio. Cada palabra que sale de mi madre hace que me preocupe un poco más. Media hora más tarde, ambas nos despedimos y colgamos a la vez. Una lágrima se me escapa porque me dolía demasiado mentirla. ¡Joder, era mi madre! Intento recomponerme, me limpio las lágrimas y mando un mensaje a mi hermana, pero pasados varios minutos sigue sin responder y sé que lo ha visto.  

Dejo de torturarme por lo que sea que le esté pasando y me digo a mí misma que ya me responderá luego y acabo metiéndome en el chat con Jack. Miro su foto de perfil. Echo de menos salir por ahí y ver la ciudad con él. ¿Y si por culpa de un beso perdía su amistad? 

Jack me había hecho sentir yo misma en pocos días.

Me salgo corriendo en cuanto veo que está en línea. Entonces, me vuelven los dolores haciendo que me incline hacia delante por este mismo. Me levanto, pero apenas puedo andar recta y lo tengo que hacer un poco doblada. Y en aquel momento no aguanto más y me tiro al suelo, llorando, implorando que pare el sufrimiento. Mi único pensamiento se pasa por mi cabeza allí mismo:

"¿Por qué no podía ser una chica normal sin enfermedad?"

"¿Por qué no podía ser una chica normal sin enfermedad?"

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¿Qué os ha parecido este capítulo?

Contarme vuestra opinión de los dos anteriores y como Jack la besa bajo la lluvia.


Todo París |PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora