Importante: el concierto al que van Jack y Peach a ver, es ficticio. No se si hay conciertos ene se país o no, pero en la historia si
Dedicado a: RosaRubi_
💏
Parce que je t'aime.
Jack pronuncia aquel idioma tan bonito como si saboreada un dulce. Ni siquiera entiendo lo que ha dicho mi novio, pero aquí estábamos, aprendiendo francés. Bueno, la que está aprendiendo soy yo, él ya tenía bastante nivel después de tres años en la ciudad. La verdad es que, cuando lo dijimos por primera vez, nunca creí que de verdad me quisiera enseñar a hablar francés, pero debo darme cuenta que el señorito es de esos que nunca romperían una promesa y ahora lo debo tener más en cuenta.
—A ver, repite conmigo —habla Jack sacándome de mi ensimismamiento y es que me había quedado mirándole.
—Perdón, ¿Qué?
Se ríe, pero no se enfada.
Todavía me sigue afectando los días anteriores cuando le grité por culpa del Crohn y, aunque desde entonces no ha dejado de insistirme en que no está enfadado conmigo por gritarle ni nada, yo le sigo pidiendo perdón cuando tengo ocasiones.
—Melocotón, sé que tú profesor te tiene loca, pero céntrate, por favor.
—Mi profesor es un engreído.
Después de mis últimas palabras, este me besa tirando de mi nuca hacia él sin que lo vea venir. Un beso con sabor a fresa teniendo en cuenta que acabábamos de comernos unas fresas mientras estábamos allí en el césped. Cuando se separa, dice:
—¿Un engreído haría eso?
—Un engreído presumiría de lo bien que besa y lo restregaría al mundo —me burlo escondiendo la sonrisa.
—Entonces... ¿beso bien, melocotón?
—Ross Lynch lo haría muchísimo mejor —le chincho y esto es divertido.
—Bueno es difícil superar a Austin Moon, Melocotón.
Entonces, me quedo de piedra y me aparto un poco con los ojos super abiertos al oír que conoce la serie de Disney Channel. Jack empieza a reírse por mi acción, pero no dice nada hasta que soy yo quien le pregunta si conoce la serie. Este asiente y descubro otra cosa más de él.
—¿Una serie donde la mayor parte es saber que los sueños se cumplen? Era mi favorita, melocotón. Me encantaba porque ninguno de los personajes se rendía con la música.
—Austin y Ally también era mi favorita.
—Al final vamos a tener más cosas en común que el color de ojos.
Me río y Jack me sigue después.
Poco después, cuando estamos tumbados en el césped habiendo dejado de practicar francés, mi querido novio juguetea con mis dedos entre los suyos como si estuviese nervioso por lo siguiente que fuera a decirme. ¿Jack nervioso? Esto había que exponerlo en los mejores museos. Hasta que por fin se decide a hablar:
—Oye, Melocotón —comenta al tiempo que saca su móvil con un nudo en la garganta —¿Te importa si llamo a mi madre? Quiero que la conozcas.
De repente, en cuestión de segundos las tornas cambian y ahora soy yo quien se encuentra nerviosa cuando siento que me sube el calor por las mejillas. Sus palabras me han sorprendido tanto que si soy sincera no sé de dónde saco la fuerza para acabar diciéndole que sí, porque me daba miedo que, cuantas más personas me presentara Jack, luego me dolería más dejarlas ir, sin embargo es lo que hago porque cuando me doy cuenta, en cinco minutos Jack se recoloca en una posición cómoda para abrazarme y ambos aparecemos en pequeñito en su pantalla.
