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Dedicado a: rosarubi_

🎮


Vuelvo a perder y Jack gana por séptima vez.

El chico malo se ríe cuando tiro el mando de su play sobre la alfombra y me cruzo de brazos enfadada. Este pausa la pantalla dejándonos con la cara de Mario Bros congelada y se acerca a mí, pero yo le empujo con el brazo. Sigue riéndose el idiota.

—No te enfades, Melocotón, ya lo conseguirás. 

—Claro, para ti es fácil porque es tú videojuego favorito —cuando suelto aquello este frunce el ceño, estupefacto por mis palabras —¿Qué?

—¿Cómo sabes que Mario Bros es mi favorito?

Me encojo de hombros y restándole importancia, le confieso:

—Desde que llevamos jugando esta mañana y cuando yo he ido a por un vaso de agua, al volver lo he visto —me paro esperando que entienda ya lo que quiero decirle, pero no — El brillo en tus ojos al presentarme el juego, al comenzar a jugar... Esos detalles que para cualquiera serían insignificantes, para mí no lo son. Me gustas... digo, me gusta verte feliz e ir conociéndote poco a poco. No ha hecho falta ser muy lista para saber que es tu juego favorito y me atrevería a decir, que es tu saga favorita de todos los videojuegos del mundo; que no podrías vivir sin Mario Bros.

—Guau, Melocotón. Luego soy yo el observador.

Doy gracias que no se haya dado cuenta cuando he dicho "me gustas" antes de corregirlo a "me gusta". Aunque no quiero cantar victoria, porque sé que Jack se da cuenta de muchas más cosas que yo y si me ha oído decir esas palabras, seguramente no lo vaya a decir para no hacerme sentir incomoda.

Ayer, después de que me dejara en el hotel al terminar de bailar, no pude dormir. Y lo intenté, pero nada. Así que decidí ponerme a escuchar su banda favorita para conocerla y, a decir verdad, no está nada mal. Me gustó muchísimo y le di un punto a Jack por buen gusto. Nos quedamos en completo silencio. Estamos en su piso. Jugando a su Play desde las diez de la mañana después de que me despertara a las nueve y fuéramos a desayunar a una cafetería; no creo que pase nada por otro día sin tomarme la medicina. Por lo visto luego tenía clases por la tarde y quería aprovechar la mañana conmigo. 

En ese momento, cuando vuelvo a mirar inconscientemente a su techo, veo de nuevo las estrellas pegadas y no hace falta preguntar nada, porque al darse cuenta de lo que miro, es él quien me responde:

—Las pegué la primera noche que vine a París. —Bajo la vista hacia Jack que ahora es él quien mira el techo — En Canadá, mi cuarto de allí, me construyeron una ventana en el techo porque me gustaba observar estrellas y mis padres contrataron a los mejores arquitectos solo para mí. Era pequeño, seis o siete años cuando se lo pedí.

—Creo que en mi casa no llegaba el dinero para hacer reformas. Cuéntame más.

—¿Segura?—asiento. Conocer más de Jack era mi pasatiempo favorito desconocido —: Todas las noches, mi madre llegaba de la empresa y en lugar de decirle a las sirvientas que me cuidaran, se ponía el pijama y era ella quien me cuidaba. Me contaba historias con las estrellas, inventadas, mi madre no sé sabe leyendas de astronomía ni nada. —Veo un halo de tristeza en su voz y sus ojos diferente al que tenía con el videojuego —Puede que no estuvieran mucho en casa, sobre todo mi padre que es el jefe alto de las empresas, pero cuando estaban... Estaban de verdad. 

Todo París |PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora